¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con las malas noticias económicas. La OCDE, esos señores gringos que siempre tienen algo que decir, nos han soltado un análisis bastante frío sobre nuestra economía. Parece que la cosa no va tan regalada como algunos querían hacernos creer. Básicamente, dicen que estamos teniendo problemas serios para crear nuevos trabajos, y eso, como sabemos todos acá en Costa Rica, le pega duro al bolsillo de cada quien.
El reporte, que salió este martes, pinta un panorama preocupante, aunque no totalmente sombrío. Reconocen que nuestro crecimiento ha sido decente, unos 4,4% en los últimos trimestres – casi igualito al año pasado – pero advierten que esto podría cambiar drásticamente. Les preocupa que la creación de empleo esté flaqueando, y que eso frene el consumo, que es uno de los motores principales de nuestra economía. Como si estuviéramos tratando de subir una montaña con una llanta ponchada, ¿me entienden?
Y ni hablar de los números concretos. Entre junio, julio y agosto del 2025, perdimos cerca de 81 mil empleos. Ochenta y una mil personas, ¡mae! Eso es muchísima gente buscando qué comer. Lo peor es que la mayoría de esas pérdidas fueron entre las mujeres, con unas 55 mil empleadas que tuvieron que dejar de trabajar. Se nota que el brete está pegándole más duro a nuestras hermanas, y eso nunca es bueno. El INES, como siempre, confirma que la estadística no miente; es algo estadísticamente significativo, según ellos, pero nosotros lo sentimos en carne propia.
El gobierno de Don Rodolfo Chaves, con su estilo particular, achaca esta situación a que muchas personas mayores de 60 años están optando por jubilarse y dejar el mercado laboral. Puede ser cierto, pero muchos sospechamos que hay otros factores en juego, como la incertidumbre económica y la falta de oportunidades. Hay que decirlo, la confianza en el futuro no está precisamente por las nubes, y eso hace que la gente se aferre a sus trabajos existentes, en lugar de buscar nuevas opciones.
Pero la cosa no termina ahí. La OCDE también apunta a otros problemas que le pueden pegar un buen susto a nuestra economía. Les preocupa el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos, especialmente porque dependemos mucho de las exportaciones de dispositivos médicos. Imagínense un escenario donde nos ponen trabas para vender nuestros productos a gringolandia... ¡Qué torta! Además, resaltan nuestro alto nivel de dolarización, lo cual nos hace vulnerables a las fluctuaciones del tipo de cambio y dificulta el acceso a financiamiento externo.
Según el análisis, la incertidumbre en las políticas económicas y comerciales puede asustar a los inversionistas extranjeros y limitar la inversión pública. Esto, a su vez, frenaría aún más el crecimiento. Es un círculo vicioso, ¿verdad? Tenemos que agarrarle el toro por los cuernos y empezar a tomar decisiones que generen confianza y fomenten la inversión. Porque, díganlo claro, así no podemos seguir adelante. Necesitamos darle un empujón a la economía, y rápido.
Afortunadamente, la OCDE también nos da algunas recomendaciones. Sugieren mejorar nuestra infraestructura portuaria, enfocarnos en la formación profesional en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y eliminar las regulaciones innecesarias que obstaculizan la participación del sector privado en la producción de energía. Son ideas interesantes, pero necesitamos ponerlas en práctica de forma efectiva y rápida. Que no sean promesas vacías de políticos que buscan quedar bien, sino acciones concretas que beneficien a toda la población. De verdad, ya estamos cansados de escuchar las mismas canciones viejas.
Entonces, ¿qué les parece, compas? Con todas estas alertas y recomendaciones, ¿creen que el gobierno realmente tomará cartas en el asunto y pondrá en marcha las reformas necesarias para reactivar la economía y crear empleos? ¿O seguiremos viendo cómo la situación se agrava trimestre tras trimestre? Déjenme saber su opinión en los comentarios. ¡Díganme qué piensan!
El reporte, que salió este martes, pinta un panorama preocupante, aunque no totalmente sombrío. Reconocen que nuestro crecimiento ha sido decente, unos 4,4% en los últimos trimestres – casi igualito al año pasado – pero advierten que esto podría cambiar drásticamente. Les preocupa que la creación de empleo esté flaqueando, y que eso frene el consumo, que es uno de los motores principales de nuestra economía. Como si estuviéramos tratando de subir una montaña con una llanta ponchada, ¿me entienden?
Y ni hablar de los números concretos. Entre junio, julio y agosto del 2025, perdimos cerca de 81 mil empleos. Ochenta y una mil personas, ¡mae! Eso es muchísima gente buscando qué comer. Lo peor es que la mayoría de esas pérdidas fueron entre las mujeres, con unas 55 mil empleadas que tuvieron que dejar de trabajar. Se nota que el brete está pegándole más duro a nuestras hermanas, y eso nunca es bueno. El INES, como siempre, confirma que la estadística no miente; es algo estadísticamente significativo, según ellos, pero nosotros lo sentimos en carne propia.
El gobierno de Don Rodolfo Chaves, con su estilo particular, achaca esta situación a que muchas personas mayores de 60 años están optando por jubilarse y dejar el mercado laboral. Puede ser cierto, pero muchos sospechamos que hay otros factores en juego, como la incertidumbre económica y la falta de oportunidades. Hay que decirlo, la confianza en el futuro no está precisamente por las nubes, y eso hace que la gente se aferre a sus trabajos existentes, en lugar de buscar nuevas opciones.
Pero la cosa no termina ahí. La OCDE también apunta a otros problemas que le pueden pegar un buen susto a nuestra economía. Les preocupa el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos, especialmente porque dependemos mucho de las exportaciones de dispositivos médicos. Imagínense un escenario donde nos ponen trabas para vender nuestros productos a gringolandia... ¡Qué torta! Además, resaltan nuestro alto nivel de dolarización, lo cual nos hace vulnerables a las fluctuaciones del tipo de cambio y dificulta el acceso a financiamiento externo.
Según el análisis, la incertidumbre en las políticas económicas y comerciales puede asustar a los inversionistas extranjeros y limitar la inversión pública. Esto, a su vez, frenaría aún más el crecimiento. Es un círculo vicioso, ¿verdad? Tenemos que agarrarle el toro por los cuernos y empezar a tomar decisiones que generen confianza y fomenten la inversión. Porque, díganlo claro, así no podemos seguir adelante. Necesitamos darle un empujón a la economía, y rápido.
Afortunadamente, la OCDE también nos da algunas recomendaciones. Sugieren mejorar nuestra infraestructura portuaria, enfocarnos en la formación profesional en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y eliminar las regulaciones innecesarias que obstaculizan la participación del sector privado en la producción de energía. Son ideas interesantes, pero necesitamos ponerlas en práctica de forma efectiva y rápida. Que no sean promesas vacías de políticos que buscan quedar bien, sino acciones concretas que beneficien a toda la población. De verdad, ya estamos cansados de escuchar las mismas canciones viejas.
Entonces, ¿qué les parece, compas? Con todas estas alertas y recomendaciones, ¿creen que el gobierno realmente tomará cartas en el asunto y pondrá en marcha las reformas necesarias para reactivar la economía y crear empleos? ¿O seguiremos viendo cómo la situación se agrava trimestre tras trimestre? Déjenme saber su opinión en los comentarios. ¡Díganme qué piensan!