¡Ay, Dios mío, qué carga de talento corre por esas venas roperinas! La jugadora costarricense Samira Roper Morales está haciendo temblar el mundo del fútbol universitario en Estados Unidos, llevándose el premio a Jugadora Ofensiva del Año con una temporada que, pa' ponerle crema, fue sencillamente espectacular. Desde Minnesota, nos llegan noticias que nos llenan de orgullo y confirman que el legado de Howard Roper, el ícono del fútbol tico, sigue más vivo que nunca.
Para los que no estén enterados, la familia Roper es pura gallina en el fútbol. Su abuelo, Howard, dejó el listón altísimo hace décadas, y su hijo, Atim, ha sabido transmitir esa pasión y disciplina a sus propios hijos. Ahora, Samira, con apenas unos años, está demostrando que el apellido Roper es sinónimo de esfuerzo, constancia y, por supuesto, mucho futbol. Y eso, amigos, es algo que hay que aplaudir a rabiar.
La temporada de Samira con la Universidad Xavier de Louisiana fue de infarto. Veintiséis goles en diecinueve partidos… ¡diay, con esos números hasta el mismísimo Pelé se hubiera puesto a sudar! Lo que es aún más admirable es que lo logró estando lejos de casa, enfrentando la presión de representar a Costa Rica en un escenario tan competitivo como el fútbol universitario estadounidense. Esa chica es pura fibra, ¡qué tremenda!
En declaraciones exclusivas para Grupo Extra, Samira admitió que este reconocimiento tiene un valor sentimental inmenso. “Muchísimo orgullo, principalmente porque estoy lejos de mi familia,” confesó. “Estoy acá sola, llega un punto en el que tengo que ser más independiente.” Pero a pesar de la distancia y la soledad, Samira no se rindió y continuó trabajando duro para alcanzar sus metas. Y vaya si lo hizo.
Su papá, Atim Roper, visiblemente emocionado, destacó el esfuerzo de su hija y cómo ha sabido llevar adelante el legado familiar. “Es parte del trabajo, de las buenas decisiones que he tratado de tomar con mis hijos,” afirmó. “Es gracias al esfuerzo de ella, porque cuando alguien logra sobresalir en un entorno donde nadie sabe de dónde viene ni quién es, y aun así consigue estos méritos, es muy gratificante para la familia.” Además, añadió que su otro hijo también está teniendo un buen desempeño en otra universidad, lo que demuestra que el ADN futbolístico de los Roper es genuino.
Pero la historia no termina ahí. Recordemos que el debut de Atim Roper en el Deportivo Saprissa en 2022 también generó gran expectativa. Ahora, tanto él como su hermana Samira, representan a Costa Rica a nivel internacional, llevando el nombre de su familia a nuevas alturas. El legado de Howard Roper no solo se mantiene vivo, sino que se expande, contagiando a toda una generación de jóvenes talentosos que sueñan con hacer historia en el balompié.
Y hablando de futuro, Samira tiene claro cuál es su próximo paso: seguir mejorando, superándose a sí misma y, por supuesto, representando a su país con honor. Quiere seguir escribiendo su propia historia, una que ya engrandece el apellido Roper y nos recuerda que con esfuerzo y dedicación, se pueden lograr cosas increíbles, sin importar de dónde vengas. ¡Esta muchacha es un ejemplo para todos nosotros!
Así que dime, ¡compita!: ¿Crees que Samira Roper podrá llegar a jugar en alguna liga europea y convertirse en una estrella mundial, o seguirá destacándose en el ámbito universitario de Estados Unidos?
Para los que no estén enterados, la familia Roper es pura gallina en el fútbol. Su abuelo, Howard, dejó el listón altísimo hace décadas, y su hijo, Atim, ha sabido transmitir esa pasión y disciplina a sus propios hijos. Ahora, Samira, con apenas unos años, está demostrando que el apellido Roper es sinónimo de esfuerzo, constancia y, por supuesto, mucho futbol. Y eso, amigos, es algo que hay que aplaudir a rabiar.
La temporada de Samira con la Universidad Xavier de Louisiana fue de infarto. Veintiséis goles en diecinueve partidos… ¡diay, con esos números hasta el mismísimo Pelé se hubiera puesto a sudar! Lo que es aún más admirable es que lo logró estando lejos de casa, enfrentando la presión de representar a Costa Rica en un escenario tan competitivo como el fútbol universitario estadounidense. Esa chica es pura fibra, ¡qué tremenda!
En declaraciones exclusivas para Grupo Extra, Samira admitió que este reconocimiento tiene un valor sentimental inmenso. “Muchísimo orgullo, principalmente porque estoy lejos de mi familia,” confesó. “Estoy acá sola, llega un punto en el que tengo que ser más independiente.” Pero a pesar de la distancia y la soledad, Samira no se rindió y continuó trabajando duro para alcanzar sus metas. Y vaya si lo hizo.
Su papá, Atim Roper, visiblemente emocionado, destacó el esfuerzo de su hija y cómo ha sabido llevar adelante el legado familiar. “Es parte del trabajo, de las buenas decisiones que he tratado de tomar con mis hijos,” afirmó. “Es gracias al esfuerzo de ella, porque cuando alguien logra sobresalir en un entorno donde nadie sabe de dónde viene ni quién es, y aun así consigue estos méritos, es muy gratificante para la familia.” Además, añadió que su otro hijo también está teniendo un buen desempeño en otra universidad, lo que demuestra que el ADN futbolístico de los Roper es genuino.
Pero la historia no termina ahí. Recordemos que el debut de Atim Roper en el Deportivo Saprissa en 2022 también generó gran expectativa. Ahora, tanto él como su hermana Samira, representan a Costa Rica a nivel internacional, llevando el nombre de su familia a nuevas alturas. El legado de Howard Roper no solo se mantiene vivo, sino que se expande, contagiando a toda una generación de jóvenes talentosos que sueñan con hacer historia en el balompié.
Y hablando de futuro, Samira tiene claro cuál es su próximo paso: seguir mejorando, superándose a sí misma y, por supuesto, representando a su país con honor. Quiere seguir escribiendo su propia historia, una que ya engrandece el apellido Roper y nos recuerda que con esfuerzo y dedicación, se pueden lograr cosas increíbles, sin importar de dónde vengas. ¡Esta muchacha es un ejemplo para todos nosotros!
Así que dime, ¡compita!: ¿Crees que Samira Roper podrá llegar a jugar en alguna liga europea y convertirse en una estrella mundial, o seguirá destacándose en el ámbito universitario de Estados Unidos?
