¡Ay, Dios mío! La paciencia de los limonenses llegó a su límite. Ya casi tres décadas esperando un hospital decente y la respuesta sigue siendo la misma: estudios, trámites, promesas incumplidas... ¡Qué torta! La urgencia es palpable, el clamor popular retumba en cada esquina, y los diputados, bueno, ahí andan, debatiendo mientras la salud de nuestra gente se pone en riesgo.
Como bien saben, el Hospital Tony Facio lleva quince años funcionando a marchas forzadas, con un hacinamiento que da pena ajena. Niños que necesitan atención especializada en San José que mueren en el camino por la complicada carretera 32, personas mayores sufriendo por la falta de equipos básicos, médicos y enfermeras agotadas… ¡Un brete pa’ todos! Y ni hablar del riesgo de catástrofes naturales, la CCSS ya declaró el lugar inhabitable, pero parece que a algunos les cuesta entender la gravedad de la situación. La verdad es que es desesperante.
Julio Humphreys, de la Comisión Mixta Pro Hospital Nuevo de Limón, le dio caña a los diputados en la última reunión. No se guardó nada: "Tenemos que atenderlos con un hospital con alta capacidad resolutiva, necesitamos los especialistas, necesitamos equipo médico, necesitamos infraestructura, no un salón de emergencias tan saturado como está hoy. Hay gente quejándose, gente muriendo. El pueblo no va a tolerar que el hospital se atrase". ¡Digo, amén! Nadie quiere ver más tragedias evitables.
El problema ahora es el famoso criterio de Setena, ese que dice que el terreno elegido, cerca de un humedal, no es viable. Pero, ¡aguas!, el Ministro Franz Tattenbach salió al frente diciendo que tienen listo un decreto de 2016 para habilitar la construcción. Asegura que los impactos ambientales serán mínimos y los beneficios sociales, enormes. Espero que no nos estén vendiendo humo, porque esto ya tiene sabor a campaña política. Tenemos que estar ojo avizor con este tema.
Hablando de números, el terreno que quieren usar mide 18 hectáreas, con 4 dedicadas a la construcción. Un buen pedazo de tierra que podría hacer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos limonenses. Imaginen un hospital moderno, equipado, con todas las comodidades para recibir a los pacientes y brindarles la mejor atención posible. ¡Qué chiva sería! En vez de andar parcheando soluciones temporales y viendo cómo la salud de nuestros vecinos se deteriora.
La ruta 32 siempre ha sido un factor de riesgo, pero agravado por la precariedad del hospital actual, es imperdonable seguir demorando esta obra. Los tiempos de traslado son críticos, y cada segundo cuenta cuando se trata de salvar vidas. ¡Que le den duro a los tecnicismos legales y a los intereses políticos! Lo importante es la salud y el bienestar de la población.
No podemos permitir que la burocracia y la politiquería sigan obstaculizando este proyecto vital. Este no es un capricho, es una necesidad urgente, una deuda pendiente con la comunidad limonense. Necesitamos presión constante, movilización social y un compromiso firme por parte de nuestros representantes. Es hora de dejar de lado las excusas y ponernos las pilas para lograr este sueño hecho realidad, porque la vida de muchas personas depende de ello. Se necesita que hasta el Presidente se involucre, que mande a revisar y agilizar esos papeles, que muestre que realmente le importa la salud de todos los costarricenses, no sólo de aquellos que votan en zonas estratégicas.
En fin, la pelota está en el tejado de nuestros diputados y autoridades competentes. ¿Serán capaces de escuchar el grito de auxilio de los limonenses y priorizar este proyecto crucial? O seguiremos arrastrando los pies mientras la esperanza se desvanece lentamente... ¿Ustedes creen que finalmente veremos un hospital digno para Limón en nuestro tiempo, o esto seguirá siendo una eterna promesa electoral?
Como bien saben, el Hospital Tony Facio lleva quince años funcionando a marchas forzadas, con un hacinamiento que da pena ajena. Niños que necesitan atención especializada en San José que mueren en el camino por la complicada carretera 32, personas mayores sufriendo por la falta de equipos básicos, médicos y enfermeras agotadas… ¡Un brete pa’ todos! Y ni hablar del riesgo de catástrofes naturales, la CCSS ya declaró el lugar inhabitable, pero parece que a algunos les cuesta entender la gravedad de la situación. La verdad es que es desesperante.
Julio Humphreys, de la Comisión Mixta Pro Hospital Nuevo de Limón, le dio caña a los diputados en la última reunión. No se guardó nada: "Tenemos que atenderlos con un hospital con alta capacidad resolutiva, necesitamos los especialistas, necesitamos equipo médico, necesitamos infraestructura, no un salón de emergencias tan saturado como está hoy. Hay gente quejándose, gente muriendo. El pueblo no va a tolerar que el hospital se atrase". ¡Digo, amén! Nadie quiere ver más tragedias evitables.
El problema ahora es el famoso criterio de Setena, ese que dice que el terreno elegido, cerca de un humedal, no es viable. Pero, ¡aguas!, el Ministro Franz Tattenbach salió al frente diciendo que tienen listo un decreto de 2016 para habilitar la construcción. Asegura que los impactos ambientales serán mínimos y los beneficios sociales, enormes. Espero que no nos estén vendiendo humo, porque esto ya tiene sabor a campaña política. Tenemos que estar ojo avizor con este tema.
Hablando de números, el terreno que quieren usar mide 18 hectáreas, con 4 dedicadas a la construcción. Un buen pedazo de tierra que podría hacer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos limonenses. Imaginen un hospital moderno, equipado, con todas las comodidades para recibir a los pacientes y brindarles la mejor atención posible. ¡Qué chiva sería! En vez de andar parcheando soluciones temporales y viendo cómo la salud de nuestros vecinos se deteriora.
La ruta 32 siempre ha sido un factor de riesgo, pero agravado por la precariedad del hospital actual, es imperdonable seguir demorando esta obra. Los tiempos de traslado son críticos, y cada segundo cuenta cuando se trata de salvar vidas. ¡Que le den duro a los tecnicismos legales y a los intereses políticos! Lo importante es la salud y el bienestar de la población.
No podemos permitir que la burocracia y la politiquería sigan obstaculizando este proyecto vital. Este no es un capricho, es una necesidad urgente, una deuda pendiente con la comunidad limonense. Necesitamos presión constante, movilización social y un compromiso firme por parte de nuestros representantes. Es hora de dejar de lado las excusas y ponernos las pilas para lograr este sueño hecho realidad, porque la vida de muchas personas depende de ello. Se necesita que hasta el Presidente se involucre, que mande a revisar y agilizar esos papeles, que muestre que realmente le importa la salud de todos los costarricenses, no sólo de aquellos que votan en zonas estratégicas.
En fin, la pelota está en el tejado de nuestros diputados y autoridades competentes. ¿Serán capaces de escuchar el grito de auxilio de los limonenses y priorizar este proyecto crucial? O seguiremos arrastrando los pies mientras la esperanza se desvanece lentamente... ¿Ustedes creen que finalmente veremos un hospital digno para Limón en nuestro tiempo, o esto seguirá siendo una eterna promesa electoral?
