¡Ay, patojo! Quién iba a decir que aquella juntadota de amigos amantes del atletismo en el '93 se convertiría en la Maratón San José, un evento que ya lleva 29 ediciones y se ha ganado el corazón de todos los costarricenses. Este domingo, la capital vibró con el paso de corredores de todas partes del mundo, demostrando que el deporte sí sabe unirnos, ¡más que un debate político, vamos!
Todo empezó como una idea loca, una chispa entre unos panas que querían organizar una carrera a lo grande, digna de cualquier campeonato internacional. Y vaya si lo lograron; en 1995, con Emperatriz Wilson y Mario Peña encabezando la lista de ganadores, echaron a andar la primera edición, poniendo en el mapa a Costa Rica como sede de eventos deportivos de alto calibre. ¡Un verdadero jaleo el que armaron esos pioneros!
Ahora, treinta años después, la Maratón San José es pura tradición. Ya no es solo una carrera, es una fiesta, un pretexto para vernos las caras, celebrar la vida sana y sentirnos orgullosos de nuestra Pura Vida. Con atletas representando a más de 35 países, desde Europa hasta África, pasando por Asia y América, este evento atrae a personas de todas las latitudes, ¡menuda mezcla cultural!
Este año, la jornada arrancó puntual a las seis de la mañana con el disparo de salida oficial a cargo del ministro de Cultura, Jorge Rodríguez Vives, rodeado de representantes de los patrocinadores: Marcial Chaverri Rojas de Banano de Costa Rica, Oscar Cascante de Roma Price y Guillermo Sáenz, figura clave de la Asociación Internacional Marathon Costa Rica. El clima acompañó de maravilla, empezando fresco y terminando soleado, ¡aunque a algunos les costó aguantar el calorcito! Lo importante es que dieron lo mejor de sí.
Desde el 5K hasta la maratón completa, todos tuvieron su oportunidad de demostrar su gallardía. En el 5K, Crisdyala Moraga y Luis Muñoz se llevaron los primeros lugares con tiempos impresionantes. En los 10K, Priscila Solís y Luis Quesada dominaron la competencia. Y en la temida media maratón, Rosibel Salazar y Pedro Luis Chacón mostraron su resistencia y fuerza de voluntad. Pero la verdadera gloria se la llevó Ángelo Olivo y María Herrera, quienes cruzaron primero la meta del maratón, ¡con sudor y lágrimas, pero con una sonrisa de oreja a oreja!
Y ni hablar de Luis Navarro Bonilla, que se lució en triciclo en la media maratón, demostrando que la discapacidad no es un límite para perseguir nuestros sueños. ¡Ese mae nos dio una lección de vida, qué envidia sana! Ver esa determinación y ese espíritu guerrero es precisamente lo que hace tan especial a la Maratón San José: une a personas de todas las condiciones y motivaciones en torno a un objetivo común: superarse a uno mismo.
El ambiente era pura alegría, risas y motivación mutua. Se sentía el apoyo del público, la energía de la música y el orgullo de representar a nuestro país. ¡Una fiesta deportiva de verdad, chiva a rabiar! Las familias se reunieron para animar a sus seres queridos, los voluntarios trabajaron incansablemente para asegurar el éxito del evento y los asistentes disfrutaron de un día lleno de actividad física y compañerismo. Simplemente espectacular, ¡qué nivel!
Después de tres décadas de historia, la Maratón San José sigue siendo un motivo de orgullo para Costa Rica. ¿Qué opinan ustedes, compatriotas? ¿Consideran que este tipo de eventos deportivos masivos contribuyen a promover un estilo de vida saludable y fortalecer el sentido de comunidad en nuestro país?
Todo empezó como una idea loca, una chispa entre unos panas que querían organizar una carrera a lo grande, digna de cualquier campeonato internacional. Y vaya si lo lograron; en 1995, con Emperatriz Wilson y Mario Peña encabezando la lista de ganadores, echaron a andar la primera edición, poniendo en el mapa a Costa Rica como sede de eventos deportivos de alto calibre. ¡Un verdadero jaleo el que armaron esos pioneros!
Ahora, treinta años después, la Maratón San José es pura tradición. Ya no es solo una carrera, es una fiesta, un pretexto para vernos las caras, celebrar la vida sana y sentirnos orgullosos de nuestra Pura Vida. Con atletas representando a más de 35 países, desde Europa hasta África, pasando por Asia y América, este evento atrae a personas de todas las latitudes, ¡menuda mezcla cultural!
Este año, la jornada arrancó puntual a las seis de la mañana con el disparo de salida oficial a cargo del ministro de Cultura, Jorge Rodríguez Vives, rodeado de representantes de los patrocinadores: Marcial Chaverri Rojas de Banano de Costa Rica, Oscar Cascante de Roma Price y Guillermo Sáenz, figura clave de la Asociación Internacional Marathon Costa Rica. El clima acompañó de maravilla, empezando fresco y terminando soleado, ¡aunque a algunos les costó aguantar el calorcito! Lo importante es que dieron lo mejor de sí.
Desde el 5K hasta la maratón completa, todos tuvieron su oportunidad de demostrar su gallardía. En el 5K, Crisdyala Moraga y Luis Muñoz se llevaron los primeros lugares con tiempos impresionantes. En los 10K, Priscila Solís y Luis Quesada dominaron la competencia. Y en la temida media maratón, Rosibel Salazar y Pedro Luis Chacón mostraron su resistencia y fuerza de voluntad. Pero la verdadera gloria se la llevó Ángelo Olivo y María Herrera, quienes cruzaron primero la meta del maratón, ¡con sudor y lágrimas, pero con una sonrisa de oreja a oreja!
Y ni hablar de Luis Navarro Bonilla, que se lució en triciclo en la media maratón, demostrando que la discapacidad no es un límite para perseguir nuestros sueños. ¡Ese mae nos dio una lección de vida, qué envidia sana! Ver esa determinación y ese espíritu guerrero es precisamente lo que hace tan especial a la Maratón San José: une a personas de todas las condiciones y motivaciones en torno a un objetivo común: superarse a uno mismo.
El ambiente era pura alegría, risas y motivación mutua. Se sentía el apoyo del público, la energía de la música y el orgullo de representar a nuestro país. ¡Una fiesta deportiva de verdad, chiva a rabiar! Las familias se reunieron para animar a sus seres queridos, los voluntarios trabajaron incansablemente para asegurar el éxito del evento y los asistentes disfrutaron de un día lleno de actividad física y compañerismo. Simplemente espectacular, ¡qué nivel!
Después de tres décadas de historia, la Maratón San José sigue siendo un motivo de orgullo para Costa Rica. ¿Qué opinan ustedes, compatriotas? ¿Consideran que este tipo de eventos deportivos masivos contribuyen a promover un estilo de vida saludable y fortalecer el sentido de comunidad en nuestro país?