¡Ay, Dios mío, qué harta wevadura con el marchamo! Parece mentira que sigamos pagando impuestos así, cambiando precios cada año. Pero parece que la cosa podría cambiar, porque los diputados del PLP le dieron duro al asunto y proponen quitarle el dolor de cabeza a toa’ la gente.
Resulta que Gilberto Campos, el jefe de fracción del Partido Liberal Progresista (PLP), ha impulsado una reforma al famoso impuesto del derecho de circulación – el marchamo para los que no andan al día – que busca darle fin al sistema actual. Ya saben, ese donde te cobran diferente según el tipo de carro que tengas. Lo quieren simplificar para que sea una tarifa plana para todos, sin tantos rodeos ni complicaciones.
Este proyecto, que corre bajo el expediente 25.292, plantea que los dueños de carros particulares paguen ¢50.000 fijos, mientras que los autobuses y camiones que transportan pasajeros tendrían una cuota de ¢25.000. Una diferencia sí hay, pero al menos sería un alivio para muchos, especialmente para aquellos que tienen esos chimichurri de vehículos más modernos y costosos que terminan saliendo por las nubes.
Lo interesante es dónde va a parar el dinerito que se recaude. Según explican, el Ministerio de Hacienda debería repartir el 50% al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para que se pongan las pilas en arreglar nuestras carreteras, esas que parecen pistas de carreras abandonadas. Y el otro 50% iría directo a las municipalidades, para que arreglen las callecitas de nuestros barrios, que también están pidiendo a gritos un poco de cariño.
Campos, bien claro, dice que esto se trata de pensar en el bolsillo del pueblo, porque ya nos dan hartas penas con los altos precios y la economía apretada. Quiere evitar que nos saquen más plata de la que podemos dar y, además, aprovechar la oportunidad para achicar un poquito el tamaño del Estado. Porque díganle a alguien que con tanto impuesto y burocracia, a veces parece que vivimos en un país socialista.
"Es una injusticia que esta Asamblea Legislativa haya aprobado leyes para bajarle al marchamo y que el Gobierno, desde el primer día, haga todo lo posible para evitarlo", exclamó Campos, visiblemente molesto. "Seguramente ustedes y yo ya estamos cansados de este jueguito. Hoy presentamos un proyecto de ley para eliminar definitivamente el marchamo tal y como lo conocemos, y sustituirlo por un derecho de circulación con una sola tarifa plana para todos". Agregó, con énfasis: “Para que de ahora en adelante ese dinero se use específicamente para arreglar las calles del país, que es lo que todo el mundo reclama”.
No se preocupen, los carros diplomáticos y los de organismos internacionales, las ambulancias y las unidades de rescate de la Cruz Roja y el Seguro Social, entre otros, quedan exentos de pagar esta contribución. Así que, digamos, que hay algunas excepciones para lo esencial. Y hablando de eso, si tienes un carrete importado, tranquilízate, ese también queda fuera de esta movida. Un respiro para algunos, vamos.
En fin, la pelota está en el tejado de la Asamblea Legislativa. Veremos si este proyecto avanza y logra convertirse en realidad. Pero bueno, mientras tanto, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que una tarifa plana para el marchamo es una buena idea, o prefieren mantener el sistema actual? ¿Y cómo creen que afectaría esto sus bolsillos?
Resulta que Gilberto Campos, el jefe de fracción del Partido Liberal Progresista (PLP), ha impulsado una reforma al famoso impuesto del derecho de circulación – el marchamo para los que no andan al día – que busca darle fin al sistema actual. Ya saben, ese donde te cobran diferente según el tipo de carro que tengas. Lo quieren simplificar para que sea una tarifa plana para todos, sin tantos rodeos ni complicaciones.
Este proyecto, que corre bajo el expediente 25.292, plantea que los dueños de carros particulares paguen ¢50.000 fijos, mientras que los autobuses y camiones que transportan pasajeros tendrían una cuota de ¢25.000. Una diferencia sí hay, pero al menos sería un alivio para muchos, especialmente para aquellos que tienen esos chimichurri de vehículos más modernos y costosos que terminan saliendo por las nubes.
Lo interesante es dónde va a parar el dinerito que se recaude. Según explican, el Ministerio de Hacienda debería repartir el 50% al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para que se pongan las pilas en arreglar nuestras carreteras, esas que parecen pistas de carreras abandonadas. Y el otro 50% iría directo a las municipalidades, para que arreglen las callecitas de nuestros barrios, que también están pidiendo a gritos un poco de cariño.
Campos, bien claro, dice que esto se trata de pensar en el bolsillo del pueblo, porque ya nos dan hartas penas con los altos precios y la economía apretada. Quiere evitar que nos saquen más plata de la que podemos dar y, además, aprovechar la oportunidad para achicar un poquito el tamaño del Estado. Porque díganle a alguien que con tanto impuesto y burocracia, a veces parece que vivimos en un país socialista.
"Es una injusticia que esta Asamblea Legislativa haya aprobado leyes para bajarle al marchamo y que el Gobierno, desde el primer día, haga todo lo posible para evitarlo", exclamó Campos, visiblemente molesto. "Seguramente ustedes y yo ya estamos cansados de este jueguito. Hoy presentamos un proyecto de ley para eliminar definitivamente el marchamo tal y como lo conocemos, y sustituirlo por un derecho de circulación con una sola tarifa plana para todos". Agregó, con énfasis: “Para que de ahora en adelante ese dinero se use específicamente para arreglar las calles del país, que es lo que todo el mundo reclama”.
No se preocupen, los carros diplomáticos y los de organismos internacionales, las ambulancias y las unidades de rescate de la Cruz Roja y el Seguro Social, entre otros, quedan exentos de pagar esta contribución. Así que, digamos, que hay algunas excepciones para lo esencial. Y hablando de eso, si tienes un carrete importado, tranquilízate, ese también queda fuera de esta movida. Un respiro para algunos, vamos.
En fin, la pelota está en el tejado de la Asamblea Legislativa. Veremos si este proyecto avanza y logra convertirse en realidad. Pero bueno, mientras tanto, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que una tarifa plana para el marchamo es una buena idea, o prefieren mantener el sistema actual? ¿Y cómo creen que afectaría esto sus bolsillos?