¡Aguántense, pues! Después de un año entero de rumores y especulaciones, el querido Maynor Solano, nuestro comentarista deportivo favorito, finalmente soltó la sopa sobre su separación de Karina Rodríguez. Un tema que, créanlo o no, mantuvo en el más absoluto sigilo, a pesar de que todos estaban al tanto.
Como ya saben, Solano y Rodríguez estuvieron casados por una docena de años, tiempo suficiente para formar una linda familia con dos hijitos. Pero, aparentemente, las cosas no terminaron tan bien como uno quisiera. Aunque siempre han sido figuras públicas, decidieron manejar esta situación muy a puerta cerrada, protegiendo así su privacidad y, sobre todo, la de sus pequeños. Qué buena onda de su parte, sinceramente.
Según fuentes cercanas, la formalización del divorcio se dio hace poco, y vaya que se hizo con toda la madurez del mundo. Nada de escándalos, nada de demandas agresivas, ni de esos reality shows baratos que vemos últimamente. Al parecer, optaron por resolverlo como adultos responsables, pensando primero en el bienestar de sus hijos. Eso sí que es ejemplo a seguir, mándale duro.
Y aquí viene la nota que nos alegra el día: a pesar de que ya no son pareja, Maynor y Karina se llevan como fichus. ¡Diay, qué bueno! La comunicación entre ellos fluye sin problemas y siguen trabajando juntos como padres, enfocándose en criar a sus hijos en un ambiente estable y lleno de amor. Pura armonía, vamos.
En un país donde las separaciones de famosos suelen convertirse en dramas dignos de telenovela, este caso refresca el alma. Demuestra que aún existen parejas capaces de poner fin a una relación sin necesidad de recurrir a los insultos y las acusaciones públicas. Un respiro para tanta negatividad que nos rodea, ¿verdad?
Esta decisión de mantener la privacidad también refleja una tendencia creciente entre las figuras públicas costarricenses: valorar su espacio personal por encima del morbo mediático. Entendemos que somos curiosos y queremos saber todo, pero hay cosas que simplemente deben mantenerse en la sfera íntima. Y Solano, con su actitud calmada y reservada, nos demuestra que eso es posible.
Ahora, Solano cierra un capítulo importante de su vida, demostrando que, a pesar de los cambios, su compromiso con sus hijos sigue siendo inquebrantable. Un papá presente y dedicado, eso es lo que cuenta al final del día. Y vaya que el hombre se merece unas buenas vacaciones, pues se habrá cansado de tanto brete administrativo y emocional.
Así que, díganos, ¿qué opinan ustedes de la manera en que Maynor y Karina manejaron su separación? ¿Creen que es un modelo a seguir para otras parejas que atraviesan situaciones similares, o creen que esconder estas cosas solo alimenta los rumores y el chisme?
Como ya saben, Solano y Rodríguez estuvieron casados por una docena de años, tiempo suficiente para formar una linda familia con dos hijitos. Pero, aparentemente, las cosas no terminaron tan bien como uno quisiera. Aunque siempre han sido figuras públicas, decidieron manejar esta situación muy a puerta cerrada, protegiendo así su privacidad y, sobre todo, la de sus pequeños. Qué buena onda de su parte, sinceramente.
Según fuentes cercanas, la formalización del divorcio se dio hace poco, y vaya que se hizo con toda la madurez del mundo. Nada de escándalos, nada de demandas agresivas, ni de esos reality shows baratos que vemos últimamente. Al parecer, optaron por resolverlo como adultos responsables, pensando primero en el bienestar de sus hijos. Eso sí que es ejemplo a seguir, mándale duro.
Y aquí viene la nota que nos alegra el día: a pesar de que ya no son pareja, Maynor y Karina se llevan como fichus. ¡Diay, qué bueno! La comunicación entre ellos fluye sin problemas y siguen trabajando juntos como padres, enfocándose en criar a sus hijos en un ambiente estable y lleno de amor. Pura armonía, vamos.
En un país donde las separaciones de famosos suelen convertirse en dramas dignos de telenovela, este caso refresca el alma. Demuestra que aún existen parejas capaces de poner fin a una relación sin necesidad de recurrir a los insultos y las acusaciones públicas. Un respiro para tanta negatividad que nos rodea, ¿verdad?
Esta decisión de mantener la privacidad también refleja una tendencia creciente entre las figuras públicas costarricenses: valorar su espacio personal por encima del morbo mediático. Entendemos que somos curiosos y queremos saber todo, pero hay cosas que simplemente deben mantenerse en la sfera íntima. Y Solano, con su actitud calmada y reservada, nos demuestra que eso es posible.
Ahora, Solano cierra un capítulo importante de su vida, demostrando que, a pesar de los cambios, su compromiso con sus hijos sigue siendo inquebrantable. Un papá presente y dedicado, eso es lo que cuenta al final del día. Y vaya que el hombre se merece unas buenas vacaciones, pues se habrá cansado de tanto brete administrativo y emocional.
Así que, díganos, ¿qué opinan ustedes de la manera en que Maynor y Karina manejaron su separación? ¿Creen que es un modelo a seguir para otras parejas que atraviesan situaciones similares, o creen que esconder estas cosas solo alimenta los rumores y el chisme?
