¡Ay, Dios mío! Este caso de Tayron Sánchez me dejó helada, sinceramente. Un nene de apenas dos años y ocho meses, caminando casi un kilómetro tras ser atropellado... parece sacado de película, pero es duro como la realidad que nos toca vivir. La historia llegó al Foro de Costa Rica llena de preguntas y conmoción, y la verdad, nadie entiende bien qué pasó.
Según contó doña Elizabeth Dávila, la madre de Tayron, el peque salió de su casa en el barrio San Martín durante la madrugada del sábado pasado. Se movió desde allí hasta cerca del Colegio Técnico de Venecia, un trecho considerable para alguien de su edad. En redes sociales andaba circulando un video, medio borroso, donde se le ve caminando solito por ahí, sin que nadie lo estuviera cuidando de cerca. Da escalofríos pensar en todo lo que pudo haberle pasado durante esas horas.
Después de eso, lo encontraron tirado en la carretera, empapado y lleno de golpes. ¡Imagínense el susto! Rápidamente lo llevaron al Hospital de la zona y luego lo trasladaron al Hospital de Niños, donde todavía está internado. Al parecer recibió un golpe tremendo de un carro que, ¡para colmo!, se escapó sin dejar rastro. No hay justicia ni nada, ¿verdad?
Doña Elizabeth está destrozada, obviamente. Dice que a su hijito le quitaron el sedante ayer, pero no ha despertado. Está pendiente a ver si hoy lo puede visitar en la mañana. La condición de Tayron se mantiene reservada, así que solo podemos esperar que se recupere pronto y vuelva a reír como antes. Que se le quite este brete tan feo.
Pero lo que realmente me tiene pensando es la intervención del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). De inmediato decomisaron los teléfonos celulares tanto de ella como del papá de Tayron, y les hicieron exámenes toxicológicos. Ya saben, quieren investigar a fondo cómo pudo salir el niño de casa y caminar esa distancia sin que nadie se diera cuenta. Parece que quieren meter pata, pues todos sabemos que los niños pequeños se escapan, ¡son pura energía!
La investigación está complicada, porque hay muchas variables. ¿Cómo hizo para llegar tan lejos? ¿Lo vio alguien más? ¿Por qué el conductor huyó dejando atrás a un niño herido? Todas estas son preguntas que el OIJ necesita responder, y nosotros también, como sociedad. Vamos viendo cómo avanza esto, porque con tanta información dando vueltas, uno ya no sabe en quién creer. Todo este revuelo podría tener consecuencias graves para la familia, y eso es lo que preocupa más.
Este caso pone en evidencia varias cosas. Primero, la necesidad de fortalecer la supervisión de los niños pequeños, especialmente en zonas cercanas a carreteras peligrosas. Segundo, la importancia de que haya más iluminación en calles poco transitadas, para evitar tragedias como esta. Y tercero, la urgencia de que los conductores respeten las normas de tránsito y se hagan responsables de sus actos, porque aquí estamos hablando de la vida de un inocente, ¡una vida!
En fin, este caso de Tayron me hace reflexionar sobre nuestra responsabilidad como comunidad. ¿Ustedes creen que deberíamos implementar medidas más estrictas para proteger a nuestros niños, aunque esto implique restringir libertades? ¿Consideran que la respuesta debe ser enfocarse en mejorar la seguridad vial, creando espacios más seguros para peatones? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan delicado!
Según contó doña Elizabeth Dávila, la madre de Tayron, el peque salió de su casa en el barrio San Martín durante la madrugada del sábado pasado. Se movió desde allí hasta cerca del Colegio Técnico de Venecia, un trecho considerable para alguien de su edad. En redes sociales andaba circulando un video, medio borroso, donde se le ve caminando solito por ahí, sin que nadie lo estuviera cuidando de cerca. Da escalofríos pensar en todo lo que pudo haberle pasado durante esas horas.
Después de eso, lo encontraron tirado en la carretera, empapado y lleno de golpes. ¡Imagínense el susto! Rápidamente lo llevaron al Hospital de la zona y luego lo trasladaron al Hospital de Niños, donde todavía está internado. Al parecer recibió un golpe tremendo de un carro que, ¡para colmo!, se escapó sin dejar rastro. No hay justicia ni nada, ¿verdad?
Doña Elizabeth está destrozada, obviamente. Dice que a su hijito le quitaron el sedante ayer, pero no ha despertado. Está pendiente a ver si hoy lo puede visitar en la mañana. La condición de Tayron se mantiene reservada, así que solo podemos esperar que se recupere pronto y vuelva a reír como antes. Que se le quite este brete tan feo.
Pero lo que realmente me tiene pensando es la intervención del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). De inmediato decomisaron los teléfonos celulares tanto de ella como del papá de Tayron, y les hicieron exámenes toxicológicos. Ya saben, quieren investigar a fondo cómo pudo salir el niño de casa y caminar esa distancia sin que nadie se diera cuenta. Parece que quieren meter pata, pues todos sabemos que los niños pequeños se escapan, ¡son pura energía!
La investigación está complicada, porque hay muchas variables. ¿Cómo hizo para llegar tan lejos? ¿Lo vio alguien más? ¿Por qué el conductor huyó dejando atrás a un niño herido? Todas estas son preguntas que el OIJ necesita responder, y nosotros también, como sociedad. Vamos viendo cómo avanza esto, porque con tanta información dando vueltas, uno ya no sabe en quién creer. Todo este revuelo podría tener consecuencias graves para la familia, y eso es lo que preocupa más.
Este caso pone en evidencia varias cosas. Primero, la necesidad de fortalecer la supervisión de los niños pequeños, especialmente en zonas cercanas a carreteras peligrosas. Segundo, la importancia de que haya más iluminación en calles poco transitadas, para evitar tragedias como esta. Y tercero, la urgencia de que los conductores respeten las normas de tránsito y se hagan responsables de sus actos, porque aquí estamos hablando de la vida de un inocente, ¡una vida!
En fin, este caso de Tayron me hace reflexionar sobre nuestra responsabilidad como comunidad. ¿Ustedes creen que deberíamos implementar medidas más estrictas para proteger a nuestros niños, aunque esto implique restringir libertades? ¿Consideran que la respuesta debe ser enfocarse en mejorar la seguridad vial, creando espacios más seguros para peatones? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan delicado!
