Bueno, pues llegó la hora de desenmascarar la realidad, ¿verdad, compas? La Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), esos que siempre andan ojo avizor para el negocio, soltaron un comunicado que te pone un frío en la espalda. Básicamente, dicen que estamos en una encrucijada, un brete que requiere que todos –políticos, empresarios, hasta nosotros los ciudadanos– pongamos manos a la obra si queremos evitar que esto se vaya al traste antes de las próximas elecciones en 2026.
Y no es que estén exagerando, diay. El tema del colón, que ya veníamos arrastrando desde el año pasado, sigue dando brincos como rana en olla caliente. Los del Banco Central dicen que es cosa del mercado, que se acomoda solito… ¡Pero bueno!, eso le digo yo a mi abuela cuando me dice que coma más verduras, pa’ tranquilizarla, ¿sí o no?
Pero el problema del colón es solo la punta del iceberg, má’s bien. La CICR saca a relucir que nuestra infraestructura está hecha cosquillas. Carreteras que parecen canicas, aeropuertos a medio construir y puertos que, con todo respeto, dan pena ajena. Imagínate qué pasa si llega una tormenta tropical o necesitamos mover mercancías rápido… ¡Qué despiche!
Y luego está la seguridad, que vamos directo al infierno. No hay quien niegue que la cosa está feísima en todo el país. Robos, asaltos, cosas que antes eran menos comunes ahora son parte del día a día. El presidente de la CICR, Sergio Capón, lo dijo claro: el próximo gobierno tendrá que lidiar con un contexto desafiante que va a exigir acuerdos gordinflones para poder competir, porque así no vamos a ningún lado.
Además de todo esto, la CICR enumera un montón de otros problemas que necesitan atención urgente. Falta de gente capacitada para trabajar, cargas sociales que ahogan a las empresas, listas interminables en la Caja, electricidad que cuesta un riñón, puertos viejos, carreteras en ruinas... ¡Un arsenal de calamidades! También mencionan la necesidad de darle un empujoncito a la innovación, incentivar la producción local y buscar mercados afuera, porque depender tanto de Estados Unidos, a la larga, nos puede salir caro.
Ahora, miren la cosa globalmente: el mundo no es precisamente un lugar tranquilo. Barreras arancelarias, costos de producción por las nubes... Estados Unidos ya está aplicando nuevas tarifas desde abril del 2025, así que tenemos que apurarnos a diversificar nuestras exportaciones y encontrar nuevos socios comerciales. Y ahí es donde entra Comex y Cancillería, que tienen que ponerse las pilas y negociar como diablos para proteger nuestros productos y mantenernos competitivos. ¡Que no se duerman en los laureles!
En resumen, señores, no pinta fácil. Costa Rica necesita urgentemente una visión clara y ambiciosa, una estrategia que nos saque del atolladero y nos ponga en el camino del progreso. Un plan con visión de futuro que nos permita ser un país más próspero, competitivo y, sobre todo, seguro. Porque, díganlo ustedes mismos, la inseguridad nos está comiendo vivo. Que alguien les diga a los políticos que dejen de pelear por el sillón y empiecen a pensar en el bienestar de todos, porque este ritmo no es sostenible. ¡Vamos, ayúdame, Dios mío!
Entonces, compas, dime tú: ¿crees que la CICR está siendo alarmista o realmente estamos ante una crisis que requiere medidas drásticas? ¿Qué estrategias crees que debería implementar el próximo gobierno para afrontar estos desafíos y evitar que nuestro país se vaya al traste? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
Y no es que estén exagerando, diay. El tema del colón, que ya veníamos arrastrando desde el año pasado, sigue dando brincos como rana en olla caliente. Los del Banco Central dicen que es cosa del mercado, que se acomoda solito… ¡Pero bueno!, eso le digo yo a mi abuela cuando me dice que coma más verduras, pa’ tranquilizarla, ¿sí o no?
Pero el problema del colón es solo la punta del iceberg, má’s bien. La CICR saca a relucir que nuestra infraestructura está hecha cosquillas. Carreteras que parecen canicas, aeropuertos a medio construir y puertos que, con todo respeto, dan pena ajena. Imagínate qué pasa si llega una tormenta tropical o necesitamos mover mercancías rápido… ¡Qué despiche!
Y luego está la seguridad, que vamos directo al infierno. No hay quien niegue que la cosa está feísima en todo el país. Robos, asaltos, cosas que antes eran menos comunes ahora son parte del día a día. El presidente de la CICR, Sergio Capón, lo dijo claro: el próximo gobierno tendrá que lidiar con un contexto desafiante que va a exigir acuerdos gordinflones para poder competir, porque así no vamos a ningún lado.
Además de todo esto, la CICR enumera un montón de otros problemas que necesitan atención urgente. Falta de gente capacitada para trabajar, cargas sociales que ahogan a las empresas, listas interminables en la Caja, electricidad que cuesta un riñón, puertos viejos, carreteras en ruinas... ¡Un arsenal de calamidades! También mencionan la necesidad de darle un empujoncito a la innovación, incentivar la producción local y buscar mercados afuera, porque depender tanto de Estados Unidos, a la larga, nos puede salir caro.
Ahora, miren la cosa globalmente: el mundo no es precisamente un lugar tranquilo. Barreras arancelarias, costos de producción por las nubes... Estados Unidos ya está aplicando nuevas tarifas desde abril del 2025, así que tenemos que apurarnos a diversificar nuestras exportaciones y encontrar nuevos socios comerciales. Y ahí es donde entra Comex y Cancillería, que tienen que ponerse las pilas y negociar como diablos para proteger nuestros productos y mantenernos competitivos. ¡Que no se duerman en los laureles!
En resumen, señores, no pinta fácil. Costa Rica necesita urgentemente una visión clara y ambiciosa, una estrategia que nos saque del atolladero y nos ponga en el camino del progreso. Un plan con visión de futuro que nos permita ser un país más próspero, competitivo y, sobre todo, seguro. Porque, díganlo ustedes mismos, la inseguridad nos está comiendo vivo. Que alguien les diga a los políticos que dejen de pelear por el sillón y empiecen a pensar en el bienestar de todos, porque este ritmo no es sostenible. ¡Vamos, ayúdame, Dios mío!
Entonces, compas, dime tú: ¿crees que la CICR está siendo alarmista o realmente estamos ante una crisis que requiere medidas drásticas? ¿Qué estrategias crees que debería implementar el próximo gobierno para afrontar estos desafíos y evitar que nuestro país se vaya al traste? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
