¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el circo, imagínate. El diputado Antonio Ortega, que no se anda con rodeos, explotó contra la decisión de la policía de detener a Don Roy Fallas, un agricultor que andaba protestando frente a Casa Presidencial. La cosa se puso fea, mándale, y ahora Ortega está buscando cómo ayudarle.
Todo empezó este martes, cuando un grupo de agricultores decidieron bloquear la zona y expresar su hartazgo con las políticas gubernamentales. Se fueron pa’l centro de San José, luego avanzaron hasta Zapote, buscando que el Presidente Chaves les echara un ojo a sus problemas. Pero la cosa se complicó cuando unos polis de Fuerza Pública agarraron a Don Roy y se lo llevaron directo al Primer Circuito Judicial. ¡Un pura patada!
Y ahí fue donde entró Ortega, que viendo la bronca, se dirigió al juzgado para darle apoyo a Fallas y tratar de buscarle la salida. “Esto es inadmisible”, soltó Ortega, visiblemente molesto. “Le pegaron, lo esposaron de manera totalmente injustificada, solo por manifestarse en contra del gobierno. ¡Pero qué barbaridad!”.
Según lo que se pudo ver en algunos videos que circularon en redes sociales –porque eso sí, la gente siempre grabando–, los agentes de Fuerza Pública redujeron al agricultor y lo subieron a una patrulla. Una escena que, según Ortega, muestra claramente la actitud represiva del gobierno hacia quienes piensan diferente. Que te jalará si lo quieres negar.
Ahora, resulta que Fallas está en la zona de flagrancia, esperando a ver qué pasa. Y Ortega, rápido, ya tiene listo un recurso de habeas corpus, por si acaso las autoridades deciden seguir adelante con el proceso. “No vamos a dejar que esto pase así nomás”, afirmó el legislador. “Tenemos todos los papeles listos para defender los derechos de este campesino”.
Ortega aprovechó la oportunidad para criticar duramente al Presidente Chaves, acusándolo de sentirse amenazado por las voces disidentes. Según él, al gobierno simplemente no le gusta que la gente exprese su desacuerdo. “Es evidente que a este señor le molestan las personas humildes, las que trabajan duro y tienen opiniones diferentes. Parece que prefiere rodearse de lamebotas”, sentenció con sorna.
Este incidente ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión y el derecho a la protesta en Costa Rica. Muchos ciudadanos han expresado su preocupación por lo que consideran una escalada de la tensión entre el gobierno y los sectores populares. Algunos recuerdan tiempos atrás, cuando manifestaciones eran vistas con otra perspectiva. Otros dicen que es el curso normal de las cosas en cualquier país.
Definitivamente, este caso plantea interrogantes importantes sobre el respeto a los derechos fundamentales y el rol de la policía en el manejo de las protestas. Ahora bien, ¿crees que la actuación de la Fuerza Pública en este caso fue proporcional y justificada, o consideras que se cruzaron líneas peligrosas en el ejercicio del poder?
Todo empezó este martes, cuando un grupo de agricultores decidieron bloquear la zona y expresar su hartazgo con las políticas gubernamentales. Se fueron pa’l centro de San José, luego avanzaron hasta Zapote, buscando que el Presidente Chaves les echara un ojo a sus problemas. Pero la cosa se complicó cuando unos polis de Fuerza Pública agarraron a Don Roy y se lo llevaron directo al Primer Circuito Judicial. ¡Un pura patada!
Y ahí fue donde entró Ortega, que viendo la bronca, se dirigió al juzgado para darle apoyo a Fallas y tratar de buscarle la salida. “Esto es inadmisible”, soltó Ortega, visiblemente molesto. “Le pegaron, lo esposaron de manera totalmente injustificada, solo por manifestarse en contra del gobierno. ¡Pero qué barbaridad!”.
Según lo que se pudo ver en algunos videos que circularon en redes sociales –porque eso sí, la gente siempre grabando–, los agentes de Fuerza Pública redujeron al agricultor y lo subieron a una patrulla. Una escena que, según Ortega, muestra claramente la actitud represiva del gobierno hacia quienes piensan diferente. Que te jalará si lo quieres negar.
Ahora, resulta que Fallas está en la zona de flagrancia, esperando a ver qué pasa. Y Ortega, rápido, ya tiene listo un recurso de habeas corpus, por si acaso las autoridades deciden seguir adelante con el proceso. “No vamos a dejar que esto pase así nomás”, afirmó el legislador. “Tenemos todos los papeles listos para defender los derechos de este campesino”.
Ortega aprovechó la oportunidad para criticar duramente al Presidente Chaves, acusándolo de sentirse amenazado por las voces disidentes. Según él, al gobierno simplemente no le gusta que la gente exprese su desacuerdo. “Es evidente que a este señor le molestan las personas humildes, las que trabajan duro y tienen opiniones diferentes. Parece que prefiere rodearse de lamebotas”, sentenció con sorna.
Este incidente ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión y el derecho a la protesta en Costa Rica. Muchos ciudadanos han expresado su preocupación por lo que consideran una escalada de la tensión entre el gobierno y los sectores populares. Algunos recuerdan tiempos atrás, cuando manifestaciones eran vistas con otra perspectiva. Otros dicen que es el curso normal de las cosas en cualquier país.
Definitivamente, este caso plantea interrogantes importantes sobre el respeto a los derechos fundamentales y el rol de la policía en el manejo de las protestas. Ahora bien, ¿crees que la actuación de la Fuerza Pública en este caso fue proporcional y justificada, o consideras que se cruzaron líneas peligrosas en el ejercicio del poder?