¡Ay, Dios mío! El Partido Liberación Nacional (PLN) anda más apurado que chancho en rodeo, tratando de arreglar el lio que tienen en San Ramón. Parece que esto del cambio climático político los agarró desprevenidos, diay. Después de un montón de idas y vueltas, amanecimos con la noticia de que quieren cerrar este capítulo este fin de semana, convocado a una asamblea territorial para rearmar las estructuras y ponerle pañitos tibios a la situación.
Según Álvaro Ramos, el candidato presidencial –que parece estar sudando la gota gorda con esto– ya le dieron el visto bueno para echar a los asambleístas que andaban más perdidos que ciego en carreta. No dio números exactos, pero aseguró que la mayoría, ¡más de la mitad!, estaban haciendo más de cuenta que trabajar. Imagínate la bronca, mae… así no se puede llevar un partido adelante. Resulta que estos señores no iban a las reuniones, ni chistah, y eso puso a todo el mundo en aprietos.
La historia es larga, pero básicamente el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) les puso el dedo en el renglón, diciéndoles que cumplieran con lo que habían prometido y que hicieran algo, por favor. Así que entraron en modo “operación rescate” y ahora los suplentes, esos que estaban esperando pacientemente su turno, pasan a ser los nuevos protagonistas. Van a tener que demostrar si valen la pena o si también se van a ir perdiendo en el camino. Según contaron desde 'El Observador', esta será la decimoséptima ocasión que intentan concretar esto, ¡una locura!
Pero la vaina no pinta tan rosita. Este lío de San Ramón viene arrastrando un pasado turbio. Desde hace rato, varios asambleístas estaban molestos con el proceso interno, especialmente con la figura del secretario general, Miguel Guillén. Se rumora que hubo empujones, discusiones acaloradas y hasta algunos portazos dignos de telenovela. Al final, después de mucho batallar y de presentar recursos ante el PLN y el TSE –los cuales, por cierto, fueron rechazados–, al menos 40 personas quedaron fuera del juego. ¡Un buen recorte, chunche!
Y como si fuera poco, todo este drama ha afectado las finanzas del partido. Aparentemente, los bancos se pusieron más tiesos que palo de escoba y redujeron el préstamo que le iban a dar. Ramos confirmó que consiguieron un crédito con el Banco Central Costarricense (BCT), pero sin dar cifras. Lo único que soltó fue que es menos de la mitad de lo que les habían prestado en campañas anteriores. ¡Imagínate el aguante que tendrán que aguantar los militantes!
La verdad, parece que el PLN está pasando por un brete importante. Las divisiones internas, la pérdida de apoyo financiero y la constante presión del TSE los tienen contra la pared. Uno se pregunta qué estará pasando realmente detrás de cámaras. ¿Será que hay intereses creados, luchas de poder o simplemente falta de organización? Es difícil saberlo con certeza, pero lo que sí es claro es que necesitan urgentemente poner orden en sus filas si quieren aspirar a llegar al Castillo de cara al 2026.
Ahora bien, analizando la situación desde una perspectiva más amplia, este caso de San Ramón refleja una problemática mayor dentro de muchos partidos políticos en Costa Rica. La falta de transparencia, la manipulación interna y la dificultad para renovar las estructuras son problemas que socavan la confianza ciudadana y debilitan la democracia. Si los partidos no se toman en serio la tarea de fortalecer sus procesos internos y promover la participación activa de sus miembros, corremos el riesgo de seguir viendo escándalos y crisis como esta durante mucho tiempo. ¡Qué torta!
En fin, con todo este panorama, me pregunto... ¿Cree usted que el PLN logrará superar esta crisis y salir fortalecido de ella, o estamos presenciando el principio del fin de esta histórica agrupación política? Déjeme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!
Según Álvaro Ramos, el candidato presidencial –que parece estar sudando la gota gorda con esto– ya le dieron el visto bueno para echar a los asambleístas que andaban más perdidos que ciego en carreta. No dio números exactos, pero aseguró que la mayoría, ¡más de la mitad!, estaban haciendo más de cuenta que trabajar. Imagínate la bronca, mae… así no se puede llevar un partido adelante. Resulta que estos señores no iban a las reuniones, ni chistah, y eso puso a todo el mundo en aprietos.
La historia es larga, pero básicamente el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) les puso el dedo en el renglón, diciéndoles que cumplieran con lo que habían prometido y que hicieran algo, por favor. Así que entraron en modo “operación rescate” y ahora los suplentes, esos que estaban esperando pacientemente su turno, pasan a ser los nuevos protagonistas. Van a tener que demostrar si valen la pena o si también se van a ir perdiendo en el camino. Según contaron desde 'El Observador', esta será la decimoséptima ocasión que intentan concretar esto, ¡una locura!
Pero la vaina no pinta tan rosita. Este lío de San Ramón viene arrastrando un pasado turbio. Desde hace rato, varios asambleístas estaban molestos con el proceso interno, especialmente con la figura del secretario general, Miguel Guillén. Se rumora que hubo empujones, discusiones acaloradas y hasta algunos portazos dignos de telenovela. Al final, después de mucho batallar y de presentar recursos ante el PLN y el TSE –los cuales, por cierto, fueron rechazados–, al menos 40 personas quedaron fuera del juego. ¡Un buen recorte, chunche!
Y como si fuera poco, todo este drama ha afectado las finanzas del partido. Aparentemente, los bancos se pusieron más tiesos que palo de escoba y redujeron el préstamo que le iban a dar. Ramos confirmó que consiguieron un crédito con el Banco Central Costarricense (BCT), pero sin dar cifras. Lo único que soltó fue que es menos de la mitad de lo que les habían prestado en campañas anteriores. ¡Imagínate el aguante que tendrán que aguantar los militantes!
La verdad, parece que el PLN está pasando por un brete importante. Las divisiones internas, la pérdida de apoyo financiero y la constante presión del TSE los tienen contra la pared. Uno se pregunta qué estará pasando realmente detrás de cámaras. ¿Será que hay intereses creados, luchas de poder o simplemente falta de organización? Es difícil saberlo con certeza, pero lo que sí es claro es que necesitan urgentemente poner orden en sus filas si quieren aspirar a llegar al Castillo de cara al 2026.
Ahora bien, analizando la situación desde una perspectiva más amplia, este caso de San Ramón refleja una problemática mayor dentro de muchos partidos políticos en Costa Rica. La falta de transparencia, la manipulación interna y la dificultad para renovar las estructuras son problemas que socavan la confianza ciudadana y debilitan la democracia. Si los partidos no se toman en serio la tarea de fortalecer sus procesos internos y promover la participación activa de sus miembros, corremos el riesgo de seguir viendo escándalos y crisis como esta durante mucho tiempo. ¡Qué torta!
En fin, con todo este panorama, me pregunto... ¿Cree usted que el PLN logrará superar esta crisis y salir fortalecido de ella, o estamos presenciando el principio del fin de esta histórica agrupación política? Déjeme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el pueblo!
