POR DECADAS DESVIARON LA ATENCION DE SUS PUEBLOS HACIA ISRAEL
La prioridad más urgente que dicta el “Manual de Guía”, del Tirano, es buscar un enemigo externo para distraer la atención de las masas. Esta ha sido prescripción política más exitosa y duradera en el Medio Oriente, por décadas déspotas autoritarios-populistas se gastaron medio siglo instigando a sus masas a que ignoraran las fechorías de sus gobiernos, desviando su atención a un “conflicto externo”. Los déspotas mantuvieron la rabia de sus poblaciones a “medio fuego” como una “válvula de escape”, dirigida hacia el vecino más pequeño Israel, irónicamente el único lugar de la región donde existe y funciona el sistema democrático parlamentario y donde todo un gobierno puede perder en las urnas electorales. Con las recientes protestas coyunturales de la primavera árabe, queda evidente que por ahora esta perniciosa estrategia de satanizar a Israel como un “chivo expiatorio” no está funcionando; ya no pueden enfocar la inconformidad y rabia de sus desatendidos y reprimidos pueblos contra Israel y responsabilizarlo como la causa de inestabilidad y inseguridad en el medio oriente. Por décadas los funcionarios occidentales que viajaban a las capitales árabes tenían que sentarse a oír a los déspotas repetir la misma patraña: “que el peligro más grande de la región y la causa de desestabilización social en esa región era la ocupación israelí”- y mientras repetían la patraña, “por debajo” subsidiaban con millones de petrodólares a una organización terrorista como la OLP, de Yasser Arafat. Los funcionarios aceptaron la patraña; el suministro del petróleo era de vital importancia, y los problemas más apremiantes de los regímenes Árabes se excluyeron de sus agendas y se desatendieron graves problemas que eran una bomba de tiempo, como la represión, el estancamiento económico, la pobreza, la desigualdad, el analfabetismo y la insalubridad. La explosión social en el mundo árabe ha probado que Israel no era “La Madre de Todos Los Problemas”; aunque la paz entre Israelíes y palestinos es una meta muy importante, tampoco era el origen de todos los males que afligen al medio oriente. Por ahora Es difícil predecir cuáles tiranos caerán, y más difícil aun quienes los substituirán, solo podemos reflexionar con ese refrán que dice: “Es preferible el mal conocido, que un mal por conocer”.
La prioridad más urgente que dicta el “Manual de Guía”, del Tirano, es buscar un enemigo externo para distraer la atención de las masas. Esta ha sido prescripción política más exitosa y duradera en el Medio Oriente, por décadas déspotas autoritarios-populistas se gastaron medio siglo instigando a sus masas a que ignoraran las fechorías de sus gobiernos, desviando su atención a un “conflicto externo”. Los déspotas mantuvieron la rabia de sus poblaciones a “medio fuego” como una “válvula de escape”, dirigida hacia el vecino más pequeño Israel, irónicamente el único lugar de la región donde existe y funciona el sistema democrático parlamentario y donde todo un gobierno puede perder en las urnas electorales. Con las recientes protestas coyunturales de la primavera árabe, queda evidente que por ahora esta perniciosa estrategia de satanizar a Israel como un “chivo expiatorio” no está funcionando; ya no pueden enfocar la inconformidad y rabia de sus desatendidos y reprimidos pueblos contra Israel y responsabilizarlo como la causa de inestabilidad y inseguridad en el medio oriente. Por décadas los funcionarios occidentales que viajaban a las capitales árabes tenían que sentarse a oír a los déspotas repetir la misma patraña: “que el peligro más grande de la región y la causa de desestabilización social en esa región era la ocupación israelí”- y mientras repetían la patraña, “por debajo” subsidiaban con millones de petrodólares a una organización terrorista como la OLP, de Yasser Arafat. Los funcionarios aceptaron la patraña; el suministro del petróleo era de vital importancia, y los problemas más apremiantes de los regímenes Árabes se excluyeron de sus agendas y se desatendieron graves problemas que eran una bomba de tiempo, como la represión, el estancamiento económico, la pobreza, la desigualdad, el analfabetismo y la insalubridad. La explosión social en el mundo árabe ha probado que Israel no era “La Madre de Todos Los Problemas”; aunque la paz entre Israelíes y palestinos es una meta muy importante, tampoco era el origen de todos los males que afligen al medio oriente. Por ahora Es difícil predecir cuáles tiranos caerán, y más difícil aun quienes los substituirán, solo podemos reflexionar con ese refrán que dice: “Es preferible el mal conocido, que un mal por conocer”.
