¡Aguante si me equivoco, pura vida! Pero vaya escándalo se ha desatado en la Asamblea Legislativa, ¿eh? Resulta que el exministro Luis Amador soltó la bomba de que el Presidente Chaves le estaba apremiando pa’ que se le diera la obra Barranca–Limonal a Tradeco. Unos rumores pesados, vamos.
Para ponerlos al tanto, la Comisión de Ingreso y Gasto Público tuvo a Amador presente, juramentado encima, contando cómo el Presidente lo presionaba mes tras mes. Dice que había llamadas constantes desde Casa Presidencial y que él le manifestaba sus inquietudes, basadas en cositas que le habían llegado de familiares en México sobre la empresa. Imagínense la cosa, señores... ¡qué brete!
Según testimonió Amador, estos familiares le pasaron información sobre supuestos problemas que tenía Tradeco en México, cosas que parecían ser de conocimiento público allá. Aparte de eso, metieron en la conversación a un tal Randal Chunken, alguien cuya participación en el proyecto generaba algunas sospechas, según el exministro. Uno se queda pensando, ¿quién es este Chunche?
Y no paramos ahí, porque la cosa se puso aún más interesante. Los diputados, obviamente preocupados por esto, ya pidieron a Casa Presidencial que les manden las bitácoras de ingresos de Don Randal desde que empezó el gobierno. Además, citaron a la expresidenta ejecutiva del INS, Mónica Tylor, pa’ que dé más detalles sobre el caso. ¡Se armó la de chorrada, mi gente!
Esto viene a meterle todavía más ganas a la polémica en torno a la adjudicación de la obra. Ya sabemos que la Barranca–Limonal es un proyecto clave para mejorar la infraestructura del país, pero ahora pinta que hay intereses turbios detrás. Pura maraña, para decir la verdad. Esto nos afecta a todos, y no poco.
La oposición, claro, anda sacándose ropa. Dicen que esto confirma todas sus sospechas sobre la gestión del Presidente Chaves y piden investigaciones a fondo. Desde la bancada oficialista, afirman que se trata de ataques políticos y que el Presidente actuó siempre conforme a la ley. ¡Qué batalla campal, eh! Cada quien defendiendo su pellejo, como suele pasar.
En otras noticias, mientras tanto, en Santa Ana están celebrando que algunos edificios municipales recibieron las Bandera Azul Ecológica. Siete, ni más ni menos. Una nota positiva en medio de tanta controversia. ¡Qué bueno ver que hay quienes siguen haciendo las cosas bien, sin necesidad de escándalos ni presiones! Aunque, siendo sinceros, la noticia del Barranca–Limonal es mucho más jugosa para comentar, ¿no creen?
Para ponerlos al tanto, la Comisión de Ingreso y Gasto Público tuvo a Amador presente, juramentado encima, contando cómo el Presidente lo presionaba mes tras mes. Dice que había llamadas constantes desde Casa Presidencial y que él le manifestaba sus inquietudes, basadas en cositas que le habían llegado de familiares en México sobre la empresa. Imagínense la cosa, señores... ¡qué brete!
Según testimonió Amador, estos familiares le pasaron información sobre supuestos problemas que tenía Tradeco en México, cosas que parecían ser de conocimiento público allá. Aparte de eso, metieron en la conversación a un tal Randal Chunken, alguien cuya participación en el proyecto generaba algunas sospechas, según el exministro. Uno se queda pensando, ¿quién es este Chunche?
Y no paramos ahí, porque la cosa se puso aún más interesante. Los diputados, obviamente preocupados por esto, ya pidieron a Casa Presidencial que les manden las bitácoras de ingresos de Don Randal desde que empezó el gobierno. Además, citaron a la expresidenta ejecutiva del INS, Mónica Tylor, pa’ que dé más detalles sobre el caso. ¡Se armó la de chorrada, mi gente!
Esto viene a meterle todavía más ganas a la polémica en torno a la adjudicación de la obra. Ya sabemos que la Barranca–Limonal es un proyecto clave para mejorar la infraestructura del país, pero ahora pinta que hay intereses turbios detrás. Pura maraña, para decir la verdad. Esto nos afecta a todos, y no poco.
La oposición, claro, anda sacándose ropa. Dicen que esto confirma todas sus sospechas sobre la gestión del Presidente Chaves y piden investigaciones a fondo. Desde la bancada oficialista, afirman que se trata de ataques políticos y que el Presidente actuó siempre conforme a la ley. ¡Qué batalla campal, eh! Cada quien defendiendo su pellejo, como suele pasar.
En otras noticias, mientras tanto, en Santa Ana están celebrando que algunos edificios municipales recibieron las Bandera Azul Ecológica. Siete, ni más ni menos. Una nota positiva en medio de tanta controversia. ¡Qué bueno ver que hay quienes siguen haciendo las cosas bien, sin necesidad de escándalos ni presiones! Aunque, siendo sinceros, la noticia del Barranca–Limonal es mucho más jugosa para comentar, ¿no creen?
