¡Ay, Dios mío! Después de una década arrastrando este brete, parece que Correos de Costa Rica va a poder echar pa’ lante. Resulta que ahora, gracias a una votación en la Asamblea Legislativa, esos montones de paquetes olvidados van a tener un destino digno: ayudar a los muchachos y muchachas de la Ciudad de los Niños. ¡Una verdadera bendición!
La historia es así: durante unos diez añitos, Correos ha tenido acumulados cerca de 20 toneladas de envíos que nunca llegaron a sus destinatarios. Imagínate, 20 toneladas de chunches dando vueltas por ahí, ocupando espacio y generando gastos. Esto era un dolor de cabeza enorme, especialmente porque cada vez que intentan devolverlas a los países de origen, sale más caro que comprar unas vacas flotas.
Lo que hicieron los diputados fue aprobar una reforma a la Ley de Correos. Básicamente, le dan luz verde para subastar estos paquetes sin dueños. Pero ojo, no es cualquier subasta; el dinero recaudado irá directo a la Ciudad de los Niños, una institución que lleva formándoles la mente a jóvenes de entre 12 y 22 años desde 1958. ¡Eso sí es darle un giro positivo a la cosa!
Según la diputada Paulina Ramírez, quien impulsó esta iniciativa, la subasta es la opción más sensata para resolver este lío. Dice que quedarse con esos paquetes costando una fortuna en almacenaje y papeleos es tirar el dinero a la basura. Además, afirma que mantener esas 67 tarimas de paquetes olvidados por tanto tiempo ya significaba un gasto de casi 80 millones de colones. ¡Un robo a la patria, diay!
Y hablando de plata, también hay que descontar los costos de la subasta y el papeleo que conlleva todo este proceso. Así que Correos no recibirá todo lo que salga de la puja, pero aún así, es mucho mejor que dejar que todo se vaya al traste. De hecho, la idea es poder recuperar algo de inversión y, lo más importante, ayudar a una causa noble.
Algunos podrían decir que esto es un parche, pero la verdad es que a veces los parches son necesarios para seguir avanzando. Lo importante es que Correos tendrá un respiro económico y la Ciudad de los Niños podrá seguir brindando oportunidades a jóvenes que lo necesitan. Un combo perfecto, ¿eh?
Ahora bien, queda la gran interrogante: ¿cuánto dinero se espera recaudar con estas subastas? Seguramente habrá algunas ofertas muy interesantes, considerando la variedad de productos que pueden estar incluidos en esos paquetes olvidados. Podrían salir verdaderas gangas… o quizás no, quién sabe. Pero lo cierto es que la expectativa es alta.
En fin, parece que esta vez las cosas se encaminaron por buen camino. ¡Qué chiva que nuestros representantes pudieron encontrar una solución creativa a este problema! Pero dime, compa, tú qué opinas? ¿Crees que esta medida ayudará realmente a mejorar la eficiencia de Correos y a apoyar a la Ciudad de los Niños, o sería mejor haber explorado otras alternativas?
La historia es así: durante unos diez añitos, Correos ha tenido acumulados cerca de 20 toneladas de envíos que nunca llegaron a sus destinatarios. Imagínate, 20 toneladas de chunches dando vueltas por ahí, ocupando espacio y generando gastos. Esto era un dolor de cabeza enorme, especialmente porque cada vez que intentan devolverlas a los países de origen, sale más caro que comprar unas vacas flotas.
Lo que hicieron los diputados fue aprobar una reforma a la Ley de Correos. Básicamente, le dan luz verde para subastar estos paquetes sin dueños. Pero ojo, no es cualquier subasta; el dinero recaudado irá directo a la Ciudad de los Niños, una institución que lleva formándoles la mente a jóvenes de entre 12 y 22 años desde 1958. ¡Eso sí es darle un giro positivo a la cosa!
Según la diputada Paulina Ramírez, quien impulsó esta iniciativa, la subasta es la opción más sensata para resolver este lío. Dice que quedarse con esos paquetes costando una fortuna en almacenaje y papeleos es tirar el dinero a la basura. Además, afirma que mantener esas 67 tarimas de paquetes olvidados por tanto tiempo ya significaba un gasto de casi 80 millones de colones. ¡Un robo a la patria, diay!
Y hablando de plata, también hay que descontar los costos de la subasta y el papeleo que conlleva todo este proceso. Así que Correos no recibirá todo lo que salga de la puja, pero aún así, es mucho mejor que dejar que todo se vaya al traste. De hecho, la idea es poder recuperar algo de inversión y, lo más importante, ayudar a una causa noble.
Algunos podrían decir que esto es un parche, pero la verdad es que a veces los parches son necesarios para seguir avanzando. Lo importante es que Correos tendrá un respiro económico y la Ciudad de los Niños podrá seguir brindando oportunidades a jóvenes que lo necesitan. Un combo perfecto, ¿eh?
Ahora bien, queda la gran interrogante: ¿cuánto dinero se espera recaudar con estas subastas? Seguramente habrá algunas ofertas muy interesantes, considerando la variedad de productos que pueden estar incluidos en esos paquetes olvidados. Podrían salir verdaderas gangas… o quizás no, quién sabe. Pero lo cierto es que la expectativa es alta.
En fin, parece que esta vez las cosas se encaminaron por buen camino. ¡Qué chiva que nuestros representantes pudieron encontrar una solución creativa a este problema! Pero dime, compa, tú qué opinas? ¿Crees que esta medida ayudará realmente a mejorar la eficiencia de Correos y a apoyar a la Ciudad de los Niños, o sería mejor haber explorado otras alternativas?
