¡Ay, Dios mío! Resulta que la Municipalidad de San José, después de tanto tiempo arrastrando los pies, finalmente anda hablando serio de arreglar las aceras. Dicen que van a invertir unos dos mil nuevecientos millones de colones en 2026 pa’ ponerle parche a catorce kilómetros de andenes en toda la ciudad. Uno se queda pensando, ¿será que esta vez sí les va a entrar el brete?
La verdad, andar por San José a veces parece una carrera de obstáculos. Con baches, cables colgando y aceras más estrechas que un callejón, uno camina con más cuidado que si estuviera pisando dinamita. Y eso sin mencionar los carros estacionados donde no deben, obligándote a brincar como canguro para evitar un golpe. ¡Qué torta!
Según nos cuentan desde la MSJ, estas nuevas aceras tendrán un ancho promedio de uno coma cinco metros, lo cual ya es un avance considerable. Además, prometen incluir áreas verdes, cajas de registro (pa’ que el agua no te lleve como resbalón) y lozeta podotáctil pa’ guiar a las personas con discapacidad visual. Suenan bien, ¿eh? Pero uno ya sabe cómo terminan estas cosas...
Ya empezaron a hacer pruebas piloto en algunos sectores de la capital, dicen. Se supone que los trabajos principales arrancarán este diciembre. Uno espera que avancen más rápido que el tráfico en hora pico, porque la paciencia se agota. Y no solamente por la comodidad, sino por seguridad, imagínate caminar por la noche con las aceras repletas de charcos y obstáculos.
Lo que preocupa a muchos vecinos es que esta promesa siempre viene acompañada de postergaciones y cambios de planes. Ya hemos visto proyectos similares irse al traste por falta de presupuesto o, peor aún, por la eterna burocracia. Esperemos que esta vez sí tengan el fondeo asegurado y que los encargados cumplan con lo dicho.
Además, hay un detalle importante que nadie quiere tocar: ¿quién va a mantener esas aceras una vez construidas? Porque si dejan que se vuelvan a llenar de basura y maleza, entonces todo habrá sido en vano. Necesitamos un plan de mantenimiento serio, no solo una solución temporal que dure lo que cueste una lluvia intensa.
Algunos expertos señalan que sería ideal aprovechar esta oportunidad para implementar un sistema de drenaje adecuado en muchas zonas de la ciudad, especialmente en aquellas propensas a inundaciones. De nada sirve tener aceras bonitas si se convierten en ríos cada vez que llueve. ¡Qué carga!
En fin, la esperanza es lo último que se pierde. Aunque uno ya ha visto tantas promesas incumplirse que le cuesta creer, se pone a rezar para que esta vez sí logren darle una solución digna a los peatones de San José. Díganos, ¿usted cree que realmente veremos esas aceras en 2026 o esto será otra campaña electoral con buenas intenciones?
La verdad, andar por San José a veces parece una carrera de obstáculos. Con baches, cables colgando y aceras más estrechas que un callejón, uno camina con más cuidado que si estuviera pisando dinamita. Y eso sin mencionar los carros estacionados donde no deben, obligándote a brincar como canguro para evitar un golpe. ¡Qué torta!
Según nos cuentan desde la MSJ, estas nuevas aceras tendrán un ancho promedio de uno coma cinco metros, lo cual ya es un avance considerable. Además, prometen incluir áreas verdes, cajas de registro (pa’ que el agua no te lleve como resbalón) y lozeta podotáctil pa’ guiar a las personas con discapacidad visual. Suenan bien, ¿eh? Pero uno ya sabe cómo terminan estas cosas...
Ya empezaron a hacer pruebas piloto en algunos sectores de la capital, dicen. Se supone que los trabajos principales arrancarán este diciembre. Uno espera que avancen más rápido que el tráfico en hora pico, porque la paciencia se agota. Y no solamente por la comodidad, sino por seguridad, imagínate caminar por la noche con las aceras repletas de charcos y obstáculos.
Lo que preocupa a muchos vecinos es que esta promesa siempre viene acompañada de postergaciones y cambios de planes. Ya hemos visto proyectos similares irse al traste por falta de presupuesto o, peor aún, por la eterna burocracia. Esperemos que esta vez sí tengan el fondeo asegurado y que los encargados cumplan con lo dicho.
Además, hay un detalle importante que nadie quiere tocar: ¿quién va a mantener esas aceras una vez construidas? Porque si dejan que se vuelvan a llenar de basura y maleza, entonces todo habrá sido en vano. Necesitamos un plan de mantenimiento serio, no solo una solución temporal que dure lo que cueste una lluvia intensa.
Algunos expertos señalan que sería ideal aprovechar esta oportunidad para implementar un sistema de drenaje adecuado en muchas zonas de la ciudad, especialmente en aquellas propensas a inundaciones. De nada sirve tener aceras bonitas si se convierten en ríos cada vez que llueve. ¡Qué carga!
En fin, la esperanza es lo último que se pierde. Aunque uno ya ha visto tantas promesas incumplirse que le cuesta creer, se pone a rezar para que esta vez sí logren darle una solución digna a los peatones de San José. Díganos, ¿usted cree que realmente veremos esas aceras en 2026 o esto será otra campaña electoral con buenas intenciones?
