¡Ay, Dios mío, qué espectáculo! Corazón de Jesús, La Tesalia, San Carlos... suena a postal, ¿verdad? Pues resulta que Alcides Rodríguez Chavarría le capturó unas fotos a unas guacamayas que pa’ orgullo nacional. Y no cualquier foto, mángue, estas tienen un nivel que te deja boquiabierto. Pareciera sacada de National Geographic, pero hechas aquí mismo, en nuestro terruño. Uno se da cuenta de lo afortunados que somos de tener tanta biodiversidad a tiro de piedra.
Verá que la vida silvestre en Costa Rica siempre ha sido un tesoro. Desde los monos araña juguetones hasta los perezosos que ni se mueven, pasando por el quetzal, símbolo de nuestra tierra. Pero a veces, en medio del trajín diario, olvidamos apreciar lo que tenemos justo delante de nuestros ojos. Esta foto es un recordatorio bien cabrón de que debemos cuidar estos ecosistemas porque, créame, no hay otro lugar igual en el mundo.
Ahora, hablando de Alcides, este señor es pura bondad. Un vecino más de la zona que decidió compartir su talento con todos nosotros. Según me comentaron, Alcides siempre ha sido aficionado a la fotografía, pero principalmente le gusta documentar la naturaleza que lo rodea. Dice que le llena el alma ver a esas aves volar libres por encima de las montañas. ¡Un mae ejemplar! Realmente inspirador verlo compartir su pasión con el resto del país. No cualquiera decide dar a conocer su arte así, diay.
Lo interesante de esta foto, además de la belleza evidente de las guacamayas, es el contexto. Corazón de Jesús, una comunidad que ha luchado mucho por conservar sus espacios naturales. Han tenido batallas con proyectos turísticos masivos que amenazaban su territorio, pero se han mantenido firmes. Esta imagen es una victoria silenciosa para ellos, una muestra de que sus esfuerzos valieron la pena. Demuestra que se puede vivir en armonía con la naturaleza, sin necesidad de destruirla. Porque eso es lo que queremos los ticos, ¿no?
Las guacamayas, como sabrán, están en peligro de extinción. La deforestación, el tráfico ilegal de animales y el uso de pesticidas son algunas de las amenazas que enfrentan. Su presencia en zonas como Corazón de Jesús es un indicio de que aún hay esperanza, pero también nos recuerda que debemos redoblar nuestros esfuerzos para protegerlas. Tenemos la responsabilidad de dejarles un legado a las futuras generaciones, un planeta donde puedan prosperar. Pa' eso necesitamos leyes más estrictas y conciencia ciudadana.
La Agencia Nacional y varias organizaciones ambientales han estado trabajando arduamente en programas de conservación. Se han implementado iniciativas para reforestar áreas degradadas, combatir el comercio ilegal de fauna y promover prácticas agrícolas sostenibles. Todo esto requiere inversión y compromiso, pero los resultados son visibles, como esta impactante imagen que nos trae Alcides. Es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre comunidades, gobierno y sector privado puede marcar la diferencia.
Y no podemos olvidar la importancia de la educación ambiental. Enseñar a los niños y jóvenes sobre la riqueza de nuestro patrimonio natural y la necesidad de protegerlo es fundamental. Si no cuidamos lo que tenemos, corremos el riesgo de perderlo para siempre. Necesitamos crear una cultura de respeto por la naturaleza, donde cada uno de nosotros asuma su papel como guardián del planeta. Porque al final del día, todos estamos conectados, y el bienestar de las guacamayas está ligado al nuestro. ¡Qué pasa si no lo entendemos!
En fin, qué chévere poder compartir esta maravilla visual con ustedes. Una imagen que nos conecta con la esencia de Costa Rica, con su belleza salvaje y su gente trabajadora. Ahora me pregunto… ¿ustedes qué opinan? Con esta ola de turismo sostenible, ¿creen que realmente estamos priorizando la protección del medio ambiente, o solo estamos buscando maneras de lucrar aprovechándonos de la naturaleza?
Verá que la vida silvestre en Costa Rica siempre ha sido un tesoro. Desde los monos araña juguetones hasta los perezosos que ni se mueven, pasando por el quetzal, símbolo de nuestra tierra. Pero a veces, en medio del trajín diario, olvidamos apreciar lo que tenemos justo delante de nuestros ojos. Esta foto es un recordatorio bien cabrón de que debemos cuidar estos ecosistemas porque, créame, no hay otro lugar igual en el mundo.
Ahora, hablando de Alcides, este señor es pura bondad. Un vecino más de la zona que decidió compartir su talento con todos nosotros. Según me comentaron, Alcides siempre ha sido aficionado a la fotografía, pero principalmente le gusta documentar la naturaleza que lo rodea. Dice que le llena el alma ver a esas aves volar libres por encima de las montañas. ¡Un mae ejemplar! Realmente inspirador verlo compartir su pasión con el resto del país. No cualquiera decide dar a conocer su arte así, diay.
Lo interesante de esta foto, además de la belleza evidente de las guacamayas, es el contexto. Corazón de Jesús, una comunidad que ha luchado mucho por conservar sus espacios naturales. Han tenido batallas con proyectos turísticos masivos que amenazaban su territorio, pero se han mantenido firmes. Esta imagen es una victoria silenciosa para ellos, una muestra de que sus esfuerzos valieron la pena. Demuestra que se puede vivir en armonía con la naturaleza, sin necesidad de destruirla. Porque eso es lo que queremos los ticos, ¿no?
Las guacamayas, como sabrán, están en peligro de extinción. La deforestación, el tráfico ilegal de animales y el uso de pesticidas son algunas de las amenazas que enfrentan. Su presencia en zonas como Corazón de Jesús es un indicio de que aún hay esperanza, pero también nos recuerda que debemos redoblar nuestros esfuerzos para protegerlas. Tenemos la responsabilidad de dejarles un legado a las futuras generaciones, un planeta donde puedan prosperar. Pa' eso necesitamos leyes más estrictas y conciencia ciudadana.
La Agencia Nacional y varias organizaciones ambientales han estado trabajando arduamente en programas de conservación. Se han implementado iniciativas para reforestar áreas degradadas, combatir el comercio ilegal de fauna y promover prácticas agrícolas sostenibles. Todo esto requiere inversión y compromiso, pero los resultados son visibles, como esta impactante imagen que nos trae Alcides. Es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre comunidades, gobierno y sector privado puede marcar la diferencia.
Y no podemos olvidar la importancia de la educación ambiental. Enseñar a los niños y jóvenes sobre la riqueza de nuestro patrimonio natural y la necesidad de protegerlo es fundamental. Si no cuidamos lo que tenemos, corremos el riesgo de perderlo para siempre. Necesitamos crear una cultura de respeto por la naturaleza, donde cada uno de nosotros asuma su papel como guardián del planeta. Porque al final del día, todos estamos conectados, y el bienestar de las guacamayas está ligado al nuestro. ¡Qué pasa si no lo entendemos!
En fin, qué chévere poder compartir esta maravilla visual con ustedes. Una imagen que nos conecta con la esencia de Costa Rica, con su belleza salvaje y su gente trabajadora. Ahora me pregunto… ¿ustedes qué opinan? Con esta ola de turismo sostenible, ¿creen que realmente estamos priorizando la protección del medio ambiente, o solo estamos buscando maneras de lucrar aprovechándonos de la naturaleza?
