¡Ay, Dios mío, qué movida! La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de darle el visto bueno a unos medicamentos para bajar de peso que están causando un revuelo a nivel mundial. Hablamos de los famosos GLP-1, esos mismos que han puesto a dieta a medio Hollywood y que prometen revolucionar la lucha contra la gordura. Pero aquí en Costa Rica, la cosa está un poco más complicada, digámoslo así.
Resulta que estos medicamentos, como el Ozempic, Wegovy o Mounjaro, no son precisamente novedad. Ya hace rato se usan para tratar la diabetes, pero ahora la OMS dice que también pueden servir para combatir la obesidad, un problema que nos afecta a muchísima gente. Según la OMS, estamos hablando de más de mil millones de personas en todo el planeta batallando con el sobrepeso, y estos fármacos podrían ser una herramienta útil en la pelea, siempre y cuando se usen con responsabilidad, claro.
Pero ojo, que no es pan comido. Aquí en Costa Rica, mientras el mundo entero discute los pros y contras de estos medicamentos, nuestra autoridades sanitarias están sonando las alarmas porque hay programitas sospechosos circulando por las redes sociales. Te venden la droga milagros para perder kilos a cambio de unas cuantas liras, sin ningún tipo de supervisión médica. ¡Una torta! Eso puede acabar muy mal, mi pana.
El Ministerio de Salud no se anda con rodeos: ha lanzado una advertencia contundente. Dicen que algunos de estos medicamentos, como la semaglutida, tirzepatida, liraglutida y cagrilintida, no están registrados en Costa Rica, o peor, que se están aplicando sin cumplir con las condiciones básicas de conservación. ¡Imagínate ponerte una aguja que ya salió del refrigerador! Ahí te puedes ir al traste rapidito, sin pena ni gloria.
Y eso no es todo, mi querido lector. Además del riesgo de comprar productos falsificados o mal conservados, también existe el peligro de automedicarse. Estos medicamentos tienen efectos secundarios, y no todos son aptos para tomar. Por ejemplo, las mujeres embarazadas deben mantenerse alejadas de estos fármacos, y algunas personas podrían experimentar problemas metabólicos o gastrointestinales. ¡No juegues con fuego!
Además, hay que recordar que estos medicamentos no son una varita mágica. No te vas a levantar un día y mágicamente verás desaparecer los kilos de más. Requieren de un compromiso serio con un estilo de vida saludable: alimentación balanceada, ejercicio físico regular y, sobre todo, ¡mucha disciplina! No esperes que una pastillita haga el trabajo sucio por ti, ¿me entiendes?
La OMS también ha hecho hincapié en que el precio de estos medicamentos es un problema importante. Son carísimos, y eso dificulta el acceso para muchas personas, especialmente en países como el nuestro, donde el sistema de salud pública todavía tiene mucho camino por recorrer. Han pedido a la industria farmacéutica que produzca versiones genéricas asequibles, pero eso llevará tiempo, claro. ¡La brecha económica, diay!
Así que ahí lo tienes, mi gente. Un nuevo capítulo en la lucha contra la obesidad, con sus oportunidades y desafíos. La clave está en informarnos bien, consultar a un médico antes de tomar cualquier decisión y, sobre todo, adoptar hábitos saludables que nos permitan vivir una vida larga y plena. Ahora dime tú, ¿crees que Costa Rica está preparada para regular el uso de estos medicamentos y evitar que se conviertan en una moda pasajera peligrosa?
Resulta que estos medicamentos, como el Ozempic, Wegovy o Mounjaro, no son precisamente novedad. Ya hace rato se usan para tratar la diabetes, pero ahora la OMS dice que también pueden servir para combatir la obesidad, un problema que nos afecta a muchísima gente. Según la OMS, estamos hablando de más de mil millones de personas en todo el planeta batallando con el sobrepeso, y estos fármacos podrían ser una herramienta útil en la pelea, siempre y cuando se usen con responsabilidad, claro.
Pero ojo, que no es pan comido. Aquí en Costa Rica, mientras el mundo entero discute los pros y contras de estos medicamentos, nuestra autoridades sanitarias están sonando las alarmas porque hay programitas sospechosos circulando por las redes sociales. Te venden la droga milagros para perder kilos a cambio de unas cuantas liras, sin ningún tipo de supervisión médica. ¡Una torta! Eso puede acabar muy mal, mi pana.
El Ministerio de Salud no se anda con rodeos: ha lanzado una advertencia contundente. Dicen que algunos de estos medicamentos, como la semaglutida, tirzepatida, liraglutida y cagrilintida, no están registrados en Costa Rica, o peor, que se están aplicando sin cumplir con las condiciones básicas de conservación. ¡Imagínate ponerte una aguja que ya salió del refrigerador! Ahí te puedes ir al traste rapidito, sin pena ni gloria.
Y eso no es todo, mi querido lector. Además del riesgo de comprar productos falsificados o mal conservados, también existe el peligro de automedicarse. Estos medicamentos tienen efectos secundarios, y no todos son aptos para tomar. Por ejemplo, las mujeres embarazadas deben mantenerse alejadas de estos fármacos, y algunas personas podrían experimentar problemas metabólicos o gastrointestinales. ¡No juegues con fuego!
Además, hay que recordar que estos medicamentos no son una varita mágica. No te vas a levantar un día y mágicamente verás desaparecer los kilos de más. Requieren de un compromiso serio con un estilo de vida saludable: alimentación balanceada, ejercicio físico regular y, sobre todo, ¡mucha disciplina! No esperes que una pastillita haga el trabajo sucio por ti, ¿me entiendes?
La OMS también ha hecho hincapié en que el precio de estos medicamentos es un problema importante. Son carísimos, y eso dificulta el acceso para muchas personas, especialmente en países como el nuestro, donde el sistema de salud pública todavía tiene mucho camino por recorrer. Han pedido a la industria farmacéutica que produzca versiones genéricas asequibles, pero eso llevará tiempo, claro. ¡La brecha económica, diay!
Así que ahí lo tienes, mi gente. Un nuevo capítulo en la lucha contra la obesidad, con sus oportunidades y desafíos. La clave está en informarnos bien, consultar a un médico antes de tomar cualquier decisión y, sobre todo, adoptar hábitos saludables que nos permitan vivir una vida larga y plena. Ahora dime tú, ¿crees que Costa Rica está preparada para regular el uso de estos medicamentos y evitar que se conviertan en una moda pasajera peligrosa?