Ay, Dios mío, qué vaina... Resulta que los trabajadores del Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart) le dieron duro a Esmirna Sánchez, la presidenta ejecutiva, con una carta que parece que salió directo del corazón. No están contentos porque dicen que los están pintando como si fueran pelao' del gobierno, como si estuvieran armando pandillas con Rodrigo Chaves, ¡y eso les hirió el orgullo!
La carta, pa' ponerla en criollo, le dice a Sánchez que pare el desmadre y que recuerde que Costa Rica sigue siendo un país donde la gente puede opinar libremente, hasta si no le gusta lo que hace el gobiernito. Le han dicho clarito que ellos van a seguir denunciando cualquier cosa que les parezca patatera, porque ahí va el rollo de defender lo que creen, ¿cachai?
Según explican los trabajadores, que están metidos con la Anep (Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados), cada quien va a votar por el candidato que le parezca, sin importarle mucho si es fulano o zutano. Pero enfatizan que el Sinart no debería convertirse en un megafoncito del gobierno, ¡ni importa quién esté sentado en la silla presidencial! Esa es la vara importante, mantener la honradez y no estar haciendo politiquerías.
Lo que realmente encendió las alarmas fue que señalan a Sánchez de andar muy compincheta con el Gobierno de Chaves, aunque reconocen que ella quizás simplemente está obedeciendo a su jefe directo. Pero bueno, ahí entra la responsabilidad de no dejarse llevar por las corrientes y mantener la integridad de la institución, ¿entiendes? Un poquito de criterio nadie pierde, diay.
Para rematar, hay que recordar que el TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) ya les puso frenazo a unos videos que estaban transmitiendo durante las campañas pasadas, porque resulta que la ley dice que el Sinart no puede meterse en cosas de propaganda política. ¡Una gaita! Eso demuestra que hasta los jueces tienen que intervenir cuando alguien se pasa de la raya.
Y hablando de pasarse de la raya, ojo que Sergio Castro, el presentador famoso del Sinart, tuvo que presentar un recurso de amparo electoral precisamente por lo de esos videos. Parece que hubo bastante movimiento detrás de cámaras y ahora los trabajadores buscan evitar que se repitan esas situaciones incómodas. Esto tiene sabor a telenovela, te digo yo.
Por su parte, Sánchez no se quedó callada y respondió diciendo que el Sinart siempre ha estado comprometido con la neutralidad y la independencia editorial. Además, asegura que anteriormente se usó el nombre del Sinart para fines políticos y causó un daño tremendo a la imagen de la institución. Promete que seguirán siendo un medio público al servicio de todos los costarricenses, con información imparcial… ¡ya veremos qué tal!, como decimos por acá.
La verdad, este brete nos deja pensando: ¿Cómo podemos garantizar que el Sinart siga siendo un baluarte de la objetividad y la transparencia, especialmente en tiempos de polarización política? ¿Deberían existir regulaciones más estrictas para evitar que se convierta en herramienta de propaganda gubernamental o, peor aún, de intereses particulares? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensas tú!
La carta, pa' ponerla en criollo, le dice a Sánchez que pare el desmadre y que recuerde que Costa Rica sigue siendo un país donde la gente puede opinar libremente, hasta si no le gusta lo que hace el gobiernito. Le han dicho clarito que ellos van a seguir denunciando cualquier cosa que les parezca patatera, porque ahí va el rollo de defender lo que creen, ¿cachai?
Según explican los trabajadores, que están metidos con la Anep (Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados), cada quien va a votar por el candidato que le parezca, sin importarle mucho si es fulano o zutano. Pero enfatizan que el Sinart no debería convertirse en un megafoncito del gobierno, ¡ni importa quién esté sentado en la silla presidencial! Esa es la vara importante, mantener la honradez y no estar haciendo politiquerías.
Lo que realmente encendió las alarmas fue que señalan a Sánchez de andar muy compincheta con el Gobierno de Chaves, aunque reconocen que ella quizás simplemente está obedeciendo a su jefe directo. Pero bueno, ahí entra la responsabilidad de no dejarse llevar por las corrientes y mantener la integridad de la institución, ¿entiendes? Un poquito de criterio nadie pierde, diay.
Para rematar, hay que recordar que el TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) ya les puso frenazo a unos videos que estaban transmitiendo durante las campañas pasadas, porque resulta que la ley dice que el Sinart no puede meterse en cosas de propaganda política. ¡Una gaita! Eso demuestra que hasta los jueces tienen que intervenir cuando alguien se pasa de la raya.
Y hablando de pasarse de la raya, ojo que Sergio Castro, el presentador famoso del Sinart, tuvo que presentar un recurso de amparo electoral precisamente por lo de esos videos. Parece que hubo bastante movimiento detrás de cámaras y ahora los trabajadores buscan evitar que se repitan esas situaciones incómodas. Esto tiene sabor a telenovela, te digo yo.
Por su parte, Sánchez no se quedó callada y respondió diciendo que el Sinart siempre ha estado comprometido con la neutralidad y la independencia editorial. Además, asegura que anteriormente se usó el nombre del Sinart para fines políticos y causó un daño tremendo a la imagen de la institución. Promete que seguirán siendo un medio público al servicio de todos los costarricenses, con información imparcial… ¡ya veremos qué tal!, como decimos por acá.
La verdad, este brete nos deja pensando: ¿Cómo podemos garantizar que el Sinart siga siendo un baluarte de la objetividad y la transparencia, especialmente en tiempos de polarización política? ¿Deberían existir regulaciones más estrictas para evitar que se convierta en herramienta de propaganda gubernamental o, peor aún, de intereses particulares? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensas tú!