El país entero quedó boquiabierto este fin de semana tras el terrible accidente en San Carlos, donde un bebito de apenas dos años resultó gravemente herido luego de ser atropellado. La historia ha dado vuelta a todas las redes sociales, y ahora, con el chofer finalmente puesto a disposición del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la polémica sigue latente. La mamá del pequeño, Elizabeth Dávila, confirmó que el hombre se presentó voluntariamente, pero la situación está lejos de resolverse, diay.
Según declaraciones de la señora Dávila, el chofer entregó toda la información requerida al OIJ desde el sábado pasado. Parece que el mae se quiso poner las cosas bien claras desde un principio, asegurando que su versión de los hechos es la verdad. "Me dijo: 'Lo que le estoy diciendo a usted es lo mismo que le dije a ellos, porque esa es mi versión, es mi verdad'," relató Elizabeth, mostrando visible preocupación por el estado de salud de su hijo.
Uno de los puntos que más ha generado controversia es la imposibilidad de comunicación entre la familia y el conductor durante estos días. Tras el incidente, tanto el teléfono de Elizabeth como el de su esposo fueron decomisados por el OIJ como parte de la investigación. Aunque no podían hablar directamente con él, aparentemente, el chofer buscaba una vía de contacto a través de amigos mutuos, tratando de mostrar alguna señal de arrepentimiento. Qué panorama, estar así sin poder siquiera saber qué pasó.
Estos intentos de comunicación, aunque válidos, llegaron con demora, y se realizaron mediante mensajes de voz enviados a través de un intermediario. Según la madre, el conductor en esos audios afirmó no haberse percatado de que había atropellado a un bebé. Aseguró haber sentido que impactó contra algo, pero nunca imaginó que fuera un infante. Esta declaración ha abierto un debate nacional: ¿puede la ignorancia ser justificación para no prestar auxilio a una víctima?
Ahora viene lo interesante, ¿no creen? El conductor argumenta que no vio al bebé, pero la madre, con justa razón, manifiesta su indignación por la falta de asistencia inmediata. "Yo le dije que lo que le resentía era que no se devolviera a auxiliar a nuestro hijo, pero él respondió: '¿Cómo iba a hacerlo si jamás pensé que era una persona?',” declaró Elizabeth, dejando claro que la respuesta del chofer no la deja conforme. ¡Imagínate cómo debe sentirse!
Mientras tanto, el pequeño permanece internado en el Hospital Nacional de Niños, recibiendo atención médica intensiva. Su estado de salud es delicado, pero estable, según informes médicos. Todos los esperamos que se recupere pronto y regrese sano y salvo a casa con sus seres queridos. Este brete es duro para toda una comunidad.
Este caso plantea interrogantes éticos y legales profundos. ¿Hasta qué punto la responsabilidad recae únicamente sobre el conductor? ¿Deberían existir leyes más estrictas respecto a la obligación de brindar auxilio a víctimas de accidentes? Muchos expertos señalan la necesidad de revisar el Código Penal en este aspecto, considerando que la falta de auxilio podría constituirse en un delito más grave. Además, resalta la importancia de crear campañas de concientización sobre la responsabilidad ciudadana en situaciones de emergencia. Definitivamente, hay mucho de qué hablar.
Esta situación es un verdadero revés para la tranquilidad de nuestra sociedad. Vemos cómo un simple paseo familiar puede convertirse en una tragedia irreparable, y es inevitable preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños y garantizar su seguridad en nuestras calles? ¿Ustedes creen que las medidas actuales son suficientes para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, o es necesario implementar cambios significativos en la legislación y en la cultura vial de nuestro país? Déjennos sus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensan ustedes sobre este tema tan sensible.
Según declaraciones de la señora Dávila, el chofer entregó toda la información requerida al OIJ desde el sábado pasado. Parece que el mae se quiso poner las cosas bien claras desde un principio, asegurando que su versión de los hechos es la verdad. "Me dijo: 'Lo que le estoy diciendo a usted es lo mismo que le dije a ellos, porque esa es mi versión, es mi verdad'," relató Elizabeth, mostrando visible preocupación por el estado de salud de su hijo.
Uno de los puntos que más ha generado controversia es la imposibilidad de comunicación entre la familia y el conductor durante estos días. Tras el incidente, tanto el teléfono de Elizabeth como el de su esposo fueron decomisados por el OIJ como parte de la investigación. Aunque no podían hablar directamente con él, aparentemente, el chofer buscaba una vía de contacto a través de amigos mutuos, tratando de mostrar alguna señal de arrepentimiento. Qué panorama, estar así sin poder siquiera saber qué pasó.
Estos intentos de comunicación, aunque válidos, llegaron con demora, y se realizaron mediante mensajes de voz enviados a través de un intermediario. Según la madre, el conductor en esos audios afirmó no haberse percatado de que había atropellado a un bebé. Aseguró haber sentido que impactó contra algo, pero nunca imaginó que fuera un infante. Esta declaración ha abierto un debate nacional: ¿puede la ignorancia ser justificación para no prestar auxilio a una víctima?
Ahora viene lo interesante, ¿no creen? El conductor argumenta que no vio al bebé, pero la madre, con justa razón, manifiesta su indignación por la falta de asistencia inmediata. "Yo le dije que lo que le resentía era que no se devolviera a auxiliar a nuestro hijo, pero él respondió: '¿Cómo iba a hacerlo si jamás pensé que era una persona?',” declaró Elizabeth, dejando claro que la respuesta del chofer no la deja conforme. ¡Imagínate cómo debe sentirse!
Mientras tanto, el pequeño permanece internado en el Hospital Nacional de Niños, recibiendo atención médica intensiva. Su estado de salud es delicado, pero estable, según informes médicos. Todos los esperamos que se recupere pronto y regrese sano y salvo a casa con sus seres queridos. Este brete es duro para toda una comunidad.
Este caso plantea interrogantes éticos y legales profundos. ¿Hasta qué punto la responsabilidad recae únicamente sobre el conductor? ¿Deberían existir leyes más estrictas respecto a la obligación de brindar auxilio a víctimas de accidentes? Muchos expertos señalan la necesidad de revisar el Código Penal en este aspecto, considerando que la falta de auxilio podría constituirse en un delito más grave. Además, resalta la importancia de crear campañas de concientización sobre la responsabilidad ciudadana en situaciones de emergencia. Definitivamente, hay mucho de qué hablar.
Esta situación es un verdadero revés para la tranquilidad de nuestra sociedad. Vemos cómo un simple paseo familiar puede convertirse en una tragedia irreparable, y es inevitable preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños y garantizar su seguridad en nuestras calles? ¿Ustedes creen que las medidas actuales son suficientes para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, o es necesario implementar cambios significativos en la legislación y en la cultura vial de nuestro país? Déjennos sus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensan ustedes sobre este tema tan sensible.