¡Ay, Dios mío! La cosa pinta turbia para nuestros productores nacionales. Resulta que los gringos, con su manito de acero, le dieron luz verde a acuerdos comerciales con El Salvador, Guatemala, Argentina y Ecuador, dejando a Costa Rica con la mosca andaba en la oreja. Parece que nos quedamos viendo cómo se les va el pan caliente, ¿eh?
Según lo que cayó, estos acuerdos significan que los países vecinos podrán exportar sus productos – especialmente banano y café, ahí donde pega – a Estados Unidos con aranceles reducidos. Esto, obviamente, afecta directamente nuestra capacidad de competir en el mercado internacional. Imagínate, el café cateto nuestro tendrá que pelear con el café ecuatoriano… ¡qué lata!
Desde Washington, el Representante Comercial estadounidense, Jamieson Greer, soltó unas frases bonitas sobre “Acuerdos de Comercio Recíprocos” y cosas así. Pero la verdad, mae, es que esto huele a podrido para nosotros. Se ve que el presidente Trump quiere hacer sentir fuerte la economía americana, y parece que para eso necesita aplastar un poquito a los demás.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anda hablando de anuncios “sustanciales” sobre precios de café y banano, como si fuera a solucionar la vaina con un truco de magia. Pero vamos, la realidad es que el aumento en los precios que hemos visto últimamente, un 21% en el caso del café en agosto, no se va a arreglar con discursos. Tenemos que ponernos las pilas y ver qué jugada hacemos, porque esto es pa’ darle duro.
Y ni hablar de lo que le pasa a Argentina. Pa’ ellos, este acuerdo significa abrirles las puertas a la carne de res y a las aves de corral americanas. ¡Imagínate la bronca que se van a armar los ganaderos argentinos! Mientras tanto, Guatemala, que provee casi la mitad de los plátanos que consumen los yanquis, y Ecuador, con un 19%, respiran tranquilos, al menos por ahora. Nosotros, pues, seguimos buscando dónde meter la pata.
Lo que más preocupa es la falta de claridad. Dicen que algunos aranceles seguirán igual, pero que habrá “reducciones” en ciertos productos. ¿Reducciones? ¿Pa' quién? ¿Pa' nosotros? Porque hasta ahora, lo único que veo es una sombra oscura sobre el futuro de muchos agricultores costarricenses. El brete está servido, y tenemos que buscarle solución rápido.
Muchos analistas políticos dicen que el gobierno está esperando el momento oportuno para iniciar negociaciones con Estados Unidos. Que estamos estudiando el terreno, buscando el ángulo perfecto para defender nuestros intereses. Pero mientras tanto, el tiempo corre y los acuerdos se firman. ¿Será que estamos demasiado lentos para esta carrera, o simplemente no queremos hacer olas?
Ahora dime, compañero del foro, ¿crees que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para proteger a nuestros productores ante esta situación o deberíamos esperar a ver cómo evoluciona la cosa? ¿Estamos preparados para enfrentar esta competencia desigual o nos tocará tragarnos la pastilla amarga?
Según lo que cayó, estos acuerdos significan que los países vecinos podrán exportar sus productos – especialmente banano y café, ahí donde pega – a Estados Unidos con aranceles reducidos. Esto, obviamente, afecta directamente nuestra capacidad de competir en el mercado internacional. Imagínate, el café cateto nuestro tendrá que pelear con el café ecuatoriano… ¡qué lata!
Desde Washington, el Representante Comercial estadounidense, Jamieson Greer, soltó unas frases bonitas sobre “Acuerdos de Comercio Recíprocos” y cosas así. Pero la verdad, mae, es que esto huele a podrido para nosotros. Se ve que el presidente Trump quiere hacer sentir fuerte la economía americana, y parece que para eso necesita aplastar un poquito a los demás.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anda hablando de anuncios “sustanciales” sobre precios de café y banano, como si fuera a solucionar la vaina con un truco de magia. Pero vamos, la realidad es que el aumento en los precios que hemos visto últimamente, un 21% en el caso del café en agosto, no se va a arreglar con discursos. Tenemos que ponernos las pilas y ver qué jugada hacemos, porque esto es pa’ darle duro.
Y ni hablar de lo que le pasa a Argentina. Pa’ ellos, este acuerdo significa abrirles las puertas a la carne de res y a las aves de corral americanas. ¡Imagínate la bronca que se van a armar los ganaderos argentinos! Mientras tanto, Guatemala, que provee casi la mitad de los plátanos que consumen los yanquis, y Ecuador, con un 19%, respiran tranquilos, al menos por ahora. Nosotros, pues, seguimos buscando dónde meter la pata.
Lo que más preocupa es la falta de claridad. Dicen que algunos aranceles seguirán igual, pero que habrá “reducciones” en ciertos productos. ¿Reducciones? ¿Pa' quién? ¿Pa' nosotros? Porque hasta ahora, lo único que veo es una sombra oscura sobre el futuro de muchos agricultores costarricenses. El brete está servido, y tenemos que buscarle solución rápido.
Muchos analistas políticos dicen que el gobierno está esperando el momento oportuno para iniciar negociaciones con Estados Unidos. Que estamos estudiando el terreno, buscando el ángulo perfecto para defender nuestros intereses. Pero mientras tanto, el tiempo corre y los acuerdos se firman. ¿Será que estamos demasiado lentos para esta carrera, o simplemente no queremos hacer olas?
Ahora dime, compañero del foro, ¿crees que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para proteger a nuestros productores ante esta situación o deberíamos esperar a ver cómo evoluciona la cosa? ¿Estamos preparados para enfrentar esta competencia desigual o nos tocará tragarnos la pastilla amarga?