¡Ay, pata arriba! Parece que nos estamos dando cuenta, bien tarde quizás, de que el mundo no espera a nadie. La Directora General de CINDE, Marianela Urgellés, le ha dado una solera a la realidad: tenemos que estar aprendiendo a marchas forzadas si queremos mantenernos a flote en este brete de la economía globalizada. Ya no basta con el título universitario, ¡eso es pa’ los abuelitos!
La verdad es que esto no es novedad para nadie que esté prestando atención. El Fondo Monetario Internacional está gritándolo desde hace rato: las empresas andan desesperadas buscando gente capacitada. Y ni hablemos de la inteligencia artificial, que parece que va a comerse hasta los trabajos que creíamos inamovibles. Según la OIT, casi el 40% de nuestras labores podría cambiar radicalmente gracias a estos programas... ¡Imagínate la torta que sería si no nos preparamos!
Urgellés, con toda la razón del mundo, dice que el esfuerzo institucional no es suficiente. Que no importa cuántos cursos ofrezca el gobierno o CINDE si nosotros no nos agarramos a picos. Tenemos que asumir la responsabilidad personal de seguir formándonos, de leer, de investigar, de estar al tanto de lo que pasa en el mundo. Porque, diay, el que no se mueve, pierde.
Y hablando de moverse, lo de dominar el inglés ya no es un lujo, es una necesidad imperiosa. Si quieres aspirar a trabajos decentes, a esos chuches que te permiten vivir dignamente, tienes que saber inglés. Y ojo, no solo hablarlo, sino entenderlo a fondo, tener fluidez. Las estadísticas lo demuestran: quien habla inglés en Costa Rica puede ganar entre un 20% y un 40% más. ¡Eso da pa' unas buenas vacaciones, chunche!
Lo bueno es que hay opciones disponibles. CINDE e IBM han lanzado unos cursos gratuitos de inteligencia artificial, buscando acercar este conocimiento a todos lados. Una iniciativa tremenda, porque democratiza el acceso a estas herramientas tan poderosas. Pero también requiere de nosotros un poquito de compromiso, de dejar de lado el reggaetón y ponerle empeño al estudio. No sean fiacos, ¡dale duro!
Desde CINDE le preguntaron a las empresas extranjeras que operan acá qué necesitan. La respuesta fue clara: ya no basta con hablar inglés y conocer la tecnología, ahora tienen que dominarlos ambos. Es como ser mago, tener dos habilidades que te abran todas las puertas. Tener ese combo te mete directo a los trabajos del futuro, esos que pagan bien y te dan estabilidad.
Ahora, claro, hay algunos que se agarran de flojo diciendo que la inteligencia artificial nos va a quitar los trabajos. ¡Bah, pura desinformación! Lo que pasa es que los trabajos van a cambiar, van a exigir nuevas habilidades. Y si no nos adaptamos, ahí nos quedamos viendo como los demás prosperan. Costa Rica tiene mucho talento, eso no lo podemos negar, pero ese talento tiene que estar actualizado, tiene que ser competitivo. Necesitamos convertir esa fortaleza en una ventaja renovada, una propuesta de valor que nos distinga del resto del mundo.
Así que, mi gente, vamos a darle con todo al aprendizaje continuo. Que dejemos de lamentarnos y empecemos a actuar. Porque el mundo no se detiene, la economía digital avanza a pasos gigantescos, y si no nos subimos al tren, nos quedaremos varados. ¿Ustedes creen que la educación formal tradicional aún es suficiente para preparar a los jóvenes costarricenses para el mercado laboral actual, o necesitamos urgentemente explorar modelos de aprendizaje más flexibles y personalizados?
La verdad es que esto no es novedad para nadie que esté prestando atención. El Fondo Monetario Internacional está gritándolo desde hace rato: las empresas andan desesperadas buscando gente capacitada. Y ni hablemos de la inteligencia artificial, que parece que va a comerse hasta los trabajos que creíamos inamovibles. Según la OIT, casi el 40% de nuestras labores podría cambiar radicalmente gracias a estos programas... ¡Imagínate la torta que sería si no nos preparamos!
Urgellés, con toda la razón del mundo, dice que el esfuerzo institucional no es suficiente. Que no importa cuántos cursos ofrezca el gobierno o CINDE si nosotros no nos agarramos a picos. Tenemos que asumir la responsabilidad personal de seguir formándonos, de leer, de investigar, de estar al tanto de lo que pasa en el mundo. Porque, diay, el que no se mueve, pierde.
Y hablando de moverse, lo de dominar el inglés ya no es un lujo, es una necesidad imperiosa. Si quieres aspirar a trabajos decentes, a esos chuches que te permiten vivir dignamente, tienes que saber inglés. Y ojo, no solo hablarlo, sino entenderlo a fondo, tener fluidez. Las estadísticas lo demuestran: quien habla inglés en Costa Rica puede ganar entre un 20% y un 40% más. ¡Eso da pa' unas buenas vacaciones, chunche!
Lo bueno es que hay opciones disponibles. CINDE e IBM han lanzado unos cursos gratuitos de inteligencia artificial, buscando acercar este conocimiento a todos lados. Una iniciativa tremenda, porque democratiza el acceso a estas herramientas tan poderosas. Pero también requiere de nosotros un poquito de compromiso, de dejar de lado el reggaetón y ponerle empeño al estudio. No sean fiacos, ¡dale duro!
Desde CINDE le preguntaron a las empresas extranjeras que operan acá qué necesitan. La respuesta fue clara: ya no basta con hablar inglés y conocer la tecnología, ahora tienen que dominarlos ambos. Es como ser mago, tener dos habilidades que te abran todas las puertas. Tener ese combo te mete directo a los trabajos del futuro, esos que pagan bien y te dan estabilidad.
Ahora, claro, hay algunos que se agarran de flojo diciendo que la inteligencia artificial nos va a quitar los trabajos. ¡Bah, pura desinformación! Lo que pasa es que los trabajos van a cambiar, van a exigir nuevas habilidades. Y si no nos adaptamos, ahí nos quedamos viendo como los demás prosperan. Costa Rica tiene mucho talento, eso no lo podemos negar, pero ese talento tiene que estar actualizado, tiene que ser competitivo. Necesitamos convertir esa fortaleza en una ventaja renovada, una propuesta de valor que nos distinga del resto del mundo.
Así que, mi gente, vamos a darle con todo al aprendizaje continuo. Que dejemos de lamentarnos y empecemos a actuar. Porque el mundo no se detiene, la economía digital avanza a pasos gigantescos, y si no nos subimos al tren, nos quedaremos varados. ¿Ustedes creen que la educación formal tradicional aún es suficiente para preparar a los jóvenes costarricenses para el mercado laboral actual, o necesitamos urgentemente explorar modelos de aprendizaje más flexibles y personalizados?