¡Aguante la FECORA! En medio de la Semana Nacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Federación Costarricense de Ráquetbol (FECORA) le dio duro a los prejuicios y demostró que el deporte sí puede ser pa’ to’l mundo. Organizaron un súper día de actividades inclusivas en la cancha de raquetbol de Ciudad Deportiva en Hatillo, donde participaron los grupos ACEFO Pavas y la Asociación Deportiva Team Down. Un verdadero ejemplo de cómo combinar sano living con respeto y oportunidades para todos.
La idea surgió con la meta clarísima de mostrar que el raquetbol no es solo pa’ los atletas profesionales, sino que puede ser disfrutado por cualquier persona, independientemente de si tienen alguna condición especial o no. Según nos cuentan desde la federación, la actividad fue un éxito rotundo, tanto para los participantes como para quienes hicieron posible este brete. Se sintió la alegría genuina de poder compartir este deporte tan vibrante y competitivo con gente que normalmente no tiene acceso a estas experiencias.
Alexander Loría, el Gestor Deportivo de la Federación, fue quien nos explicó el corazón de esta iniciativa. “Es una iniciativa que nace con la intención clara de que un deporte como el ráquetbol también es inclusivo,” nos dijo. “La actividad fue muy recreativa, novedosa para los chicos y también para la Federación. Siempre es importante proyectar valores de este deporte y uno de ellos debe ser la inclusión.” Un mae bien sincero, diay. Se nota que le importa el tema de hacer accesible el deporte a toda la población.
Para que esto fuera posible, se contó con la ayuda de varios actores clave. Ignacio Sabaté, un entrenador reconocido, se encargó de impartir la instrucción, mientras que jóvenes raquetbolistas como Alonso Chinchilla, Santiago Vargas y Adrián Elizondo brindaron su apoyo y entusiasmo. Verlos interactuar con los participantes, compartiendo consejos y animándolos, fue realmente inspirador. Una muestra de que el espíritu deportivo va mucho más allá de la competencia.
Pero no todo el mérito es de la federación solamente. El Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER) puso el dinero, el Comité Cantonal de Deportes de San José prestó las canchas necesarias, y la Asociación de Ráquetbol de Hatillo colaboró con logística. Una movida colectiva, pura colaboración, y eso es lo que necesitamos más en este país, ¿eh?
Este tipo de iniciativas nos recuerdan que el deporte es mucho más que ganar o perder; es una herramienta poderosa para construir comunidad, fomentar la autoestima y promover la igualdad. Al abrir las puertas del raquetbol a personas con discapacidad, la FECORA no solo les ofreció una oportunidad de divertirse y ejercitarse, sino que también les envió un mensaje claro: ustedes pertenecen, ustedes son parte de nuestra sociedad, y sus talentos merecen ser reconocidos.
Lo que quedó claro es que la inclusión no es un favor que hacemos a los demás, sino un derecho fundamental que debemos garantizar para todos. El ejemplo de la FECORA es digno de imitar por otras federaciones deportivas y organizaciones sociales. Es momento de romper barreras y crear espacios donde todas las personas puedan participar y desarrollar todo su potencial, sin importar sus limitaciones. Y vaya que pusieron a volar la bola con esta linda iniciativa!
Sin embargo, esta es solo una pequeña pieza de un rompecabezas mucho más grande. ¿Creen que el Estado debería invertir más recursos en programas deportivos inclusivos y accesibles para personas con discapacidad, o consideran que depende más de la iniciativa privada y de las organizaciones sin fines de lucro? ¡Den su opinión en el foro!
La idea surgió con la meta clarísima de mostrar que el raquetbol no es solo pa’ los atletas profesionales, sino que puede ser disfrutado por cualquier persona, independientemente de si tienen alguna condición especial o no. Según nos cuentan desde la federación, la actividad fue un éxito rotundo, tanto para los participantes como para quienes hicieron posible este brete. Se sintió la alegría genuina de poder compartir este deporte tan vibrante y competitivo con gente que normalmente no tiene acceso a estas experiencias.
Alexander Loría, el Gestor Deportivo de la Federación, fue quien nos explicó el corazón de esta iniciativa. “Es una iniciativa que nace con la intención clara de que un deporte como el ráquetbol también es inclusivo,” nos dijo. “La actividad fue muy recreativa, novedosa para los chicos y también para la Federación. Siempre es importante proyectar valores de este deporte y uno de ellos debe ser la inclusión.” Un mae bien sincero, diay. Se nota que le importa el tema de hacer accesible el deporte a toda la población.
Para que esto fuera posible, se contó con la ayuda de varios actores clave. Ignacio Sabaté, un entrenador reconocido, se encargó de impartir la instrucción, mientras que jóvenes raquetbolistas como Alonso Chinchilla, Santiago Vargas y Adrián Elizondo brindaron su apoyo y entusiasmo. Verlos interactuar con los participantes, compartiendo consejos y animándolos, fue realmente inspirador. Una muestra de que el espíritu deportivo va mucho más allá de la competencia.
Pero no todo el mérito es de la federación solamente. El Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER) puso el dinero, el Comité Cantonal de Deportes de San José prestó las canchas necesarias, y la Asociación de Ráquetbol de Hatillo colaboró con logística. Una movida colectiva, pura colaboración, y eso es lo que necesitamos más en este país, ¿eh?
Este tipo de iniciativas nos recuerdan que el deporte es mucho más que ganar o perder; es una herramienta poderosa para construir comunidad, fomentar la autoestima y promover la igualdad. Al abrir las puertas del raquetbol a personas con discapacidad, la FECORA no solo les ofreció una oportunidad de divertirse y ejercitarse, sino que también les envió un mensaje claro: ustedes pertenecen, ustedes son parte de nuestra sociedad, y sus talentos merecen ser reconocidos.
Lo que quedó claro es que la inclusión no es un favor que hacemos a los demás, sino un derecho fundamental que debemos garantizar para todos. El ejemplo de la FECORA es digno de imitar por otras federaciones deportivas y organizaciones sociales. Es momento de romper barreras y crear espacios donde todas las personas puedan participar y desarrollar todo su potencial, sin importar sus limitaciones. Y vaya que pusieron a volar la bola con esta linda iniciativa!
Sin embargo, esta es solo una pequeña pieza de un rompecabezas mucho más grande. ¿Creen que el Estado debería invertir más recursos en programas deportivos inclusivos y accesibles para personas con discapacidad, o consideran que depende más de la iniciativa privada y de las organizaciones sin fines de lucro? ¡Den su opinión en el foro!
