¡Aguante! El Consejo Nacional de Rectores (Conare) cambió de timonel este lunes, y ahora será el profe Jorge Herrera, de la Universidad Nacional (UNA), quien lidere el brete durante el próximo año, desde 2025 hasta 2026. Un relevo más en la tradición, donde las universidades públicas se pasan la batuta, buscando que el sistema ande coordinado y funcione, ¿sabé?
Como bien saben, el Conare tiene como chivo expiatorio mantener la casa en orden entre la UCR, el TEC, la UNA, la UNED y la UTN. Este proceso de rotación, que ya lleva tiempo, busca evitar que una sola universidad tenga demasiado poder y asegurar que todos trabajen juntos para mejorar la educación superior en el país. Al final, es para que no se lleven todo el pastel y le den oportunidad a los demás, ¿no?
Herrera asumió el cargo con unas palabras que, si me preguntan, estuvieron bien formuladas. Dijo que van a buscar tener un diálogo constante y afinar la estrategia para atender las necesidades que tiene el país en temas educativos, académicos y también considerando las diferencias regionales. Eso sí, ¡qué carga que el país demande tanto! Pero bueno, ahí va él tratando de echarle ganas.
Y ni hablar de lo que dejó la presidenta saliente, doña María Estrada, del Tecnológico de Costa Rica (TEC). Revisó los logros de su gestión, destacando que se ha puesto mucho empeño en que la educación universitaria esté conectada con el territorio, la investigación científica y la colaboración con otros países. Según ella, la educación pública sigue siendo clave para que la gente pueda subir de nivel socialmente y para defender la democracia. ¡Un aplauso pa’ ella!
Pero ojo, porque el camino no es fácil. Hay muchos desafíos pendientes. La financiación de las universidades sigue siendo un tema delicado, y hay que ver cómo se consigue más apoyo para la investigación y la innovación. Además, la creciente demanda de profesionales calificados requiere que las universidades se adapten rápidamente a las nuevas tecnologías y a las cambiantes necesidades del mercado laboral. Es un tema serio, diay...
Otro aspecto importante es garantizar que la educación superior sea accesible para todos los costarricenses, independientemente de su origen socioeconómico. Hay que seguir trabajando para eliminar las barreras económicas y sociales que impiden a muchas personas acceder a la universidad. No puede ser que solo unos pocos puedan disfrutar de una buena educación, eso no es justo, ¿verdad?
La rotación de la presidencia del Conare, como les decía, sigue un orden histórico de fundación de las universidades. Así que después de la UNA, le tocará el turno a la UNED. Eso asegura que todas tengan la oportunidad de liderar el consejo y aportar sus ideas. Al final, parece un juego de sillas, pero con alto impacto en el futuro del país, mándale hormiga.
En fin, ahora nos queda estar atentos a ver qué echa mano el profe Herrera y cómo avanza el Conare en los próximos meses. ¿Ustedes creen que este nuevo liderazgo podrá enfrentar los retos que se presentan y realmente impulsar una reforma profunda en el sistema educativo superior costarricense, o seguiremos viendo las mismas viejas caras haciendo las mismas viejas cosas? Compartan sus opiniones en el foro; ¡vamos a prender la chispa!
Como bien saben, el Conare tiene como chivo expiatorio mantener la casa en orden entre la UCR, el TEC, la UNA, la UNED y la UTN. Este proceso de rotación, que ya lleva tiempo, busca evitar que una sola universidad tenga demasiado poder y asegurar que todos trabajen juntos para mejorar la educación superior en el país. Al final, es para que no se lleven todo el pastel y le den oportunidad a los demás, ¿no?
Herrera asumió el cargo con unas palabras que, si me preguntan, estuvieron bien formuladas. Dijo que van a buscar tener un diálogo constante y afinar la estrategia para atender las necesidades que tiene el país en temas educativos, académicos y también considerando las diferencias regionales. Eso sí, ¡qué carga que el país demande tanto! Pero bueno, ahí va él tratando de echarle ganas.
Y ni hablar de lo que dejó la presidenta saliente, doña María Estrada, del Tecnológico de Costa Rica (TEC). Revisó los logros de su gestión, destacando que se ha puesto mucho empeño en que la educación universitaria esté conectada con el territorio, la investigación científica y la colaboración con otros países. Según ella, la educación pública sigue siendo clave para que la gente pueda subir de nivel socialmente y para defender la democracia. ¡Un aplauso pa’ ella!
Pero ojo, porque el camino no es fácil. Hay muchos desafíos pendientes. La financiación de las universidades sigue siendo un tema delicado, y hay que ver cómo se consigue más apoyo para la investigación y la innovación. Además, la creciente demanda de profesionales calificados requiere que las universidades se adapten rápidamente a las nuevas tecnologías y a las cambiantes necesidades del mercado laboral. Es un tema serio, diay...
Otro aspecto importante es garantizar que la educación superior sea accesible para todos los costarricenses, independientemente de su origen socioeconómico. Hay que seguir trabajando para eliminar las barreras económicas y sociales que impiden a muchas personas acceder a la universidad. No puede ser que solo unos pocos puedan disfrutar de una buena educación, eso no es justo, ¿verdad?
La rotación de la presidencia del Conare, como les decía, sigue un orden histórico de fundación de las universidades. Así que después de la UNA, le tocará el turno a la UNED. Eso asegura que todas tengan la oportunidad de liderar el consejo y aportar sus ideas. Al final, parece un juego de sillas, pero con alto impacto en el futuro del país, mándale hormiga.
En fin, ahora nos queda estar atentos a ver qué echa mano el profe Herrera y cómo avanza el Conare en los próximos meses. ¿Ustedes creen que este nuevo liderazgo podrá enfrentar los retos que se presentan y realmente impulsar una reforma profunda en el sistema educativo superior costarricense, o seguiremos viendo las mismas viejas caras haciendo las mismas viejas cosas? Compartan sus opiniones en el foro; ¡vamos a prender la chispa!
