Uy, uy, uy, parece que al gobierno le llegó el tembleke con la Ruta 32. Ya todos sabemos que ese tramo, el que va de San José al Caribe, es más un chin lío que otra cosa. Deslizamientos, baches, rocas cayéndose… uno se estresa solo pensando en tener que transitarlo, máxime si lleva prisas. Pero bueno, parece que ahora sí quieren meterle mano, y eso nos da una rayito de esperanza, diay.
El problema de la Ruta 32 es viejo como el mundo. Desde que la inauguraron en 1987, ha sido una pesadilla constante, especialmente durante la temporada de lluvia. El agua, señores míos, es el verdadero enemigo. Se infiltra, debilita el suelo y zas, ahí tienes otro deslizamiento bloqueándote el paso. Ya ni hablar de los chóferes que trabajan allá, que se saben de memoria dónde hay que ir lento y dónde rezarle a Dios para que no pasa nada.
Pero al parecer, esta vez sí quieren hacer algo diferente. Según el viceministro de Infraestructura, Pablo Camacho, van a empezar por estudiar a fondo toda la área, desde el peaje hasta el puente del río Sucio. Lo más interesante es que dicen que van a prestarle atención a la parte hidráulica y de hidrología, algo que nunca habían hecho antes. ¡Imagínate, tanto tiempo y nunca se les ocurrió analizar cómo afecta el agua al camino! Qué carga, ¿verdad?
Y claro, no todo es color de rosa. El Lanamme, esa gente de la UCR que siempre sabe qué onda, ya tiene registrados decenas de taludes inestables. Un informe de septiembre pasado señaló 132 puntos peligrosos. ¡Más de cien lugares donde la tierra quiere tragarse la carretera! Uno de los sectores más críticos, y donde ocurrió el 80% de los deslizamientos, está entre los kilómetros 28 y 31. Y ojo, porque la roca que dinamitaron la semana pasada no aparecía en los mapas de riesgo... ¡Menuda sorpresa!
Camacho asegura que las obras, si todo sale bien, arrancarán en la estación seca. Primero, van a poner sistemas para controlar el agua; contracunetas, bajantes, drenajes… todo lo necesario para evitar que el agua se acumule y provoque más problemas. Luego, podrían instalar barreras dinámicas o hacer terraceo, dependiendo de lo que determine el estudio. Eso sí, prometer es fácil, pero a ver si cumplen, ¿eh?
Laura Solano, vocera del Programa de Ingeniería Geotécnica del Lanamme, explica que la escorrentía superficial es el principal problema. Sugieren canalizar el agua de lluvia y llevarla a sistemas de alcantarillado. Suena bien en teoría, pero veamos cómo funciona en la práctica. Porque al final, si no se hace un buen trabajo, vamos a seguir viendo la misma película año tras año.
En cuanto al derecho de vía, parece que no hay problema legal. Alonso López, abogado especialista en Derecho Público, dice que la Ley General de Caminos Públicos permite al MOPT intervenir en la zona, incluso dentro de parques nacionales. Aunque el Gobierno inicialmente pensó enviar un proyecto de ley para regular esto, al final desistieron, argumentando que la ley actual ya es suficiente. A ver si no se andan agarrando de pelos con el Minambiente, que eso solo genera más chin manteca.
Bueno, pues ya vieron la movida. Parece que hay luz al final del túnel, pero todavía queda mucho por hacer. Esperemos que esta vez sí le echen duro a la Ruta 32 y que podamos viajar tranquilos sin temor a que nos venga encima un deslizamiento. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que realmente esta vez el MOPT va a resolver el problema de la Ruta 32 o será solo otra promesa vacía que se irá al traste con la próxima administración?
El problema de la Ruta 32 es viejo como el mundo. Desde que la inauguraron en 1987, ha sido una pesadilla constante, especialmente durante la temporada de lluvia. El agua, señores míos, es el verdadero enemigo. Se infiltra, debilita el suelo y zas, ahí tienes otro deslizamiento bloqueándote el paso. Ya ni hablar de los chóferes que trabajan allá, que se saben de memoria dónde hay que ir lento y dónde rezarle a Dios para que no pasa nada.
Pero al parecer, esta vez sí quieren hacer algo diferente. Según el viceministro de Infraestructura, Pablo Camacho, van a empezar por estudiar a fondo toda la área, desde el peaje hasta el puente del río Sucio. Lo más interesante es que dicen que van a prestarle atención a la parte hidráulica y de hidrología, algo que nunca habían hecho antes. ¡Imagínate, tanto tiempo y nunca se les ocurrió analizar cómo afecta el agua al camino! Qué carga, ¿verdad?
Y claro, no todo es color de rosa. El Lanamme, esa gente de la UCR que siempre sabe qué onda, ya tiene registrados decenas de taludes inestables. Un informe de septiembre pasado señaló 132 puntos peligrosos. ¡Más de cien lugares donde la tierra quiere tragarse la carretera! Uno de los sectores más críticos, y donde ocurrió el 80% de los deslizamientos, está entre los kilómetros 28 y 31. Y ojo, porque la roca que dinamitaron la semana pasada no aparecía en los mapas de riesgo... ¡Menuda sorpresa!
Camacho asegura que las obras, si todo sale bien, arrancarán en la estación seca. Primero, van a poner sistemas para controlar el agua; contracunetas, bajantes, drenajes… todo lo necesario para evitar que el agua se acumule y provoque más problemas. Luego, podrían instalar barreras dinámicas o hacer terraceo, dependiendo de lo que determine el estudio. Eso sí, prometer es fácil, pero a ver si cumplen, ¿eh?
Laura Solano, vocera del Programa de Ingeniería Geotécnica del Lanamme, explica que la escorrentía superficial es el principal problema. Sugieren canalizar el agua de lluvia y llevarla a sistemas de alcantarillado. Suena bien en teoría, pero veamos cómo funciona en la práctica. Porque al final, si no se hace un buen trabajo, vamos a seguir viendo la misma película año tras año.
En cuanto al derecho de vía, parece que no hay problema legal. Alonso López, abogado especialista en Derecho Público, dice que la Ley General de Caminos Públicos permite al MOPT intervenir en la zona, incluso dentro de parques nacionales. Aunque el Gobierno inicialmente pensó enviar un proyecto de ley para regular esto, al final desistieron, argumentando que la ley actual ya es suficiente. A ver si no se andan agarrando de pelos con el Minambiente, que eso solo genera más chin manteca.
Bueno, pues ya vieron la movida. Parece que hay luz al final del túnel, pero todavía queda mucho por hacer. Esperemos que esta vez sí le echen duro a la Ruta 32 y que podamos viajar tranquilos sin temor a que nos venga encima un deslizamiento. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que realmente esta vez el MOPT va a resolver el problema de la Ruta 32 o será solo otra promesa vacía que se irá al traste con la próxima administración?