¡Ay, Dios mío! Esto sí que está que arde. La bronca con estas frecuencias parece que va a terminar peor de lo que nadie esperaba. Resulta que un medio mexicano, 'El Heraldo', le ha puesto lupa a la jugada que estamos viviendo aquí en Costa Rica con la subasta de radiofrecuencias, y no precisamente pintándola de rositas. Lo han titulado así: 'La subasta que podría dejar sin radio y televisión a Costa Rica'. Y vaya si nos tienen razón, porque la cosa pinta feísima.
Para ponerlos al día, la Sutel abrió el baile este 21 de noviembre con 25 ofertas para 85 frecuencias. Suena bien, ¿verdad? Pero la realidad es que las emisoras tradicionales, esas que todos conocemos y hemos escuchado desde niños, quedaron afuera del juego. Ni Canara pudo echarse encima, ¡qué torta!
Y ahora viene la bomba: la Sala Constitucional, esos señores que siempre andan cuidando nuestras libertades, frenó todo el proceso. Ordenaron suspender las licitaciones para AM, FM y TV digital. Imagínense el lío, todo detenido por una decisión judicial. ¿Será que alguien vio venir este desmadre?
La Sutel, claro, dice que acatará la medida. Prometen cumplir con lo que les dijo la Sala, pero la incertidumbre sigue ahí flotando en el aire. Se siente como esa sensación de cuando vas en carro por una carretera llena de baches, sabiendo que te puedes encontrar cualquier cosa a la vuelta de la esquina. Uno nunca sabe qué va a pasar.
Lo que preocupa a mucha gente, y a mí también, es el posible impacto en los medios de comunicación. Según 'El Heraldo', podríamos estar hablando de que hasta dos tercios de las frecuencias podrían desaparecer, dejando a muchas emisoras sin poder transmitir. ¿Se imaginan Costa Rica sin sus estaciones de radio favoritas? Sería un silencio terrible, un vacío enorme en nuestra cultura diaria.
Muchos se preguntan si esto es obra de alguna estrategia política, un intento de controlar la información que llega al público. Otros creen que simplemente se trata de un error administrativo, una falla en la planificación que podría tener consecuencias devastadoras. La verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero lo que sí sabemos es que la situación es grave y requiere atención inmediata.
Algunos analistas dicen que el problema radica en que se intentó acelerar el proceso demasiado rápido, sin tomar en cuenta todas las variables. Que se privilegió la idea de modernización, de apostar por nuevas tecnologías, sin considerar el valor de lo establecido, de aquello que forma parte de nuestra identidad cultural. Es como querer cambiar el gallito por un loro, ¡qué despiche!
En fin, la pelota está en el tejado del gobierno y de la Sutel. Ahora toca demostrar que pueden solucionar este brete sin comprometer la libertad de expresión ni la diversidad de voces en nuestro país. ¿Creen ustedes que el gobierno realmente buscará una solución justa y equitativa para todos los actores involucrados, o esta subasta terminará apagando las luces de muchos medios costarricenses? Déjenme saber su opinión en los comentarios; quiero leer qué piensa la gente sobre este asunto tan crucial para todos nosotros.
Para ponerlos al día, la Sutel abrió el baile este 21 de noviembre con 25 ofertas para 85 frecuencias. Suena bien, ¿verdad? Pero la realidad es que las emisoras tradicionales, esas que todos conocemos y hemos escuchado desde niños, quedaron afuera del juego. Ni Canara pudo echarse encima, ¡qué torta!
Y ahora viene la bomba: la Sala Constitucional, esos señores que siempre andan cuidando nuestras libertades, frenó todo el proceso. Ordenaron suspender las licitaciones para AM, FM y TV digital. Imagínense el lío, todo detenido por una decisión judicial. ¿Será que alguien vio venir este desmadre?
La Sutel, claro, dice que acatará la medida. Prometen cumplir con lo que les dijo la Sala, pero la incertidumbre sigue ahí flotando en el aire. Se siente como esa sensación de cuando vas en carro por una carretera llena de baches, sabiendo que te puedes encontrar cualquier cosa a la vuelta de la esquina. Uno nunca sabe qué va a pasar.
Lo que preocupa a mucha gente, y a mí también, es el posible impacto en los medios de comunicación. Según 'El Heraldo', podríamos estar hablando de que hasta dos tercios de las frecuencias podrían desaparecer, dejando a muchas emisoras sin poder transmitir. ¿Se imaginan Costa Rica sin sus estaciones de radio favoritas? Sería un silencio terrible, un vacío enorme en nuestra cultura diaria.
Muchos se preguntan si esto es obra de alguna estrategia política, un intento de controlar la información que llega al público. Otros creen que simplemente se trata de un error administrativo, una falla en la planificación que podría tener consecuencias devastadoras. La verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero lo que sí sabemos es que la situación es grave y requiere atención inmediata.
Algunos analistas dicen que el problema radica en que se intentó acelerar el proceso demasiado rápido, sin tomar en cuenta todas las variables. Que se privilegió la idea de modernización, de apostar por nuevas tecnologías, sin considerar el valor de lo establecido, de aquello que forma parte de nuestra identidad cultural. Es como querer cambiar el gallito por un loro, ¡qué despiche!
En fin, la pelota está en el tejado del gobierno y de la Sutel. Ahora toca demostrar que pueden solucionar este brete sin comprometer la libertad de expresión ni la diversidad de voces en nuestro país. ¿Creen ustedes que el gobierno realmente buscará una solución justa y equitativa para todos los actores involucrados, o esta subasta terminará apagando las luces de muchos medios costarricenses? Déjenme saber su opinión en los comentarios; quiero leer qué piensa la gente sobre este asunto tan crucial para todos nosotros.
