¡Ay, dios mío, qué historia más linda nos traen desde Cahuita! Mil kilos de tapitas de tés y refrescos de Dos Pinos, ¡síganme el rollo!, se han convertido en la clave para que personas con discapacidad puedan disfrutar de Playa Negra. Esto sí que es darle un giro a las cosas, ¿eh?
La movida, impulsada por la Red Costarricense de Turismo Accesible (RED) y su proyecto Donatapa –que suena medio raro, pero le ponen onda–, recoge esas tapitas y las transforma en madera plástica reciclada. Con eso construyen pasarelas que le hacen frente a la arena y sillas anfibias, pa’ que todos puedan llegar al agua sin problemas.
Imagínense la diferencia: antes era un brete para muchos, tener que lidiar con la arena y la falta de acceso. Ahora, gracias a esto, personas con movilidad reducida pueden darse un chapuzón y sentir la brisa marina como cualquier otro turista. Es un granito de arena, sí, pero hace una diferencia enorme, chunche.
Stephanie Sheehy, la jefa de la RED, nos contó que esta es la tercera playa accesible en el Caribe, uniéndose a Playa Cieneguita y Playa Manzanillo. “La instalación incluye 10 módulos de pasarela de 30 metros y una silla anfibia, hechos con esos 1.000 kilos de tapas. Un verdadero esfuerzo nacional, vamos,” exclamó con orgullo.
Pero no se trata solo de infraestructura, como bien resaltó Sofía Valverde, la encargada de comunicación de Dos Pinos. Es un acto de respeto, de empatía hacia las personas y hacia nuestro planeta. Porque, díganlo conmigo, cuidar el medio ambiente también es cuidar de los demás, ¿verdad?
Y ahí entra el tema de la sostenibilidad, la educación ambiental y la economía circular. Transformar plástico en oportunidades de acceso… ¡qué nivel! Dos Pinos está metiéndose con toda en esta vaina, demostrando que hay empresas que sí le importan las causas sociales y ambientales. No todas, claro, pero estas sí están haciendo un buen brete.
Lo mejor de todo es que la administración de este nuevo espacio estará a cargo de los propios empresarios locales y dueños de restaurantes de la zona. Así, además de facilitar el acceso, se generan empleos y se apoya a la comunidad. ¡Eso es ganar-ganar, mi gente!
Ahora, cuéntenme, ¿qué opinan ustedes de esta iniciativa? ¿Creen que deberíamos implementar este tipo de proyectos en más playas del país? ¿Les parece que las empresas tienen la responsabilidad social de apoyar iniciativas como esta? Dejen sus comentarios abajo, ¡quiero leerlos!
La movida, impulsada por la Red Costarricense de Turismo Accesible (RED) y su proyecto Donatapa –que suena medio raro, pero le ponen onda–, recoge esas tapitas y las transforma en madera plástica reciclada. Con eso construyen pasarelas que le hacen frente a la arena y sillas anfibias, pa’ que todos puedan llegar al agua sin problemas.
Imagínense la diferencia: antes era un brete para muchos, tener que lidiar con la arena y la falta de acceso. Ahora, gracias a esto, personas con movilidad reducida pueden darse un chapuzón y sentir la brisa marina como cualquier otro turista. Es un granito de arena, sí, pero hace una diferencia enorme, chunche.
Stephanie Sheehy, la jefa de la RED, nos contó que esta es la tercera playa accesible en el Caribe, uniéndose a Playa Cieneguita y Playa Manzanillo. “La instalación incluye 10 módulos de pasarela de 30 metros y una silla anfibia, hechos con esos 1.000 kilos de tapas. Un verdadero esfuerzo nacional, vamos,” exclamó con orgullo.
Pero no se trata solo de infraestructura, como bien resaltó Sofía Valverde, la encargada de comunicación de Dos Pinos. Es un acto de respeto, de empatía hacia las personas y hacia nuestro planeta. Porque, díganlo conmigo, cuidar el medio ambiente también es cuidar de los demás, ¿verdad?
Y ahí entra el tema de la sostenibilidad, la educación ambiental y la economía circular. Transformar plástico en oportunidades de acceso… ¡qué nivel! Dos Pinos está metiéndose con toda en esta vaina, demostrando que hay empresas que sí le importan las causas sociales y ambientales. No todas, claro, pero estas sí están haciendo un buen brete.
Lo mejor de todo es que la administración de este nuevo espacio estará a cargo de los propios empresarios locales y dueños de restaurantes de la zona. Así, además de facilitar el acceso, se generan empleos y se apoya a la comunidad. ¡Eso es ganar-ganar, mi gente!
Ahora, cuéntenme, ¿qué opinan ustedes de esta iniciativa? ¿Creen que deberíamos implementar este tipo de proyectos en más playas del país? ¿Les parece que las empresas tienen la responsabilidad social de apoyar iniciativas como esta? Dejen sus comentarios abajo, ¡quiero leerlos!
