¡Ay, patata! Después de tanto batallar y anuncios que parecían humo, parece que el Tibi –ese tren eléctrico que nos prometieron– sí va a rodar. El Gobierno le dio luz verde a la Asamblea Legislativa al proyecto de ley para conseguir el financiamiento, así que ya pueden ir sacando los billetes, porque esto pinta para quedarse.
Para ponerlos al día, la movida es así: estamos hablando de un crédito multimillonario para construir las primeras dos líneas del Tren Rápido de Pasajeros (TRP) en la Gran Área Metropolitana (GAM). El negocio es gordo, vamos: $550 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con una ayuda jugosa del Fondo Verde para el Clima, y otros $250 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Encima, ¡faltan $21 millones de donación también del Fondo Verde!
El costo total de este brete, pa' que se hagan una idea, llega a los $847 millones. Mucho ojo con eso, porque algunos van a empezar a decir "¡qué carga!”, y bueno, es mucho dinero, no hay que negarlo. Pero desde el gobierno aseguran que vale la pena, que va a conectar San José, Alajuela, Heredia y Cartago, facilitando la vida a miles de personas que todos los días se pelean por un puesto en el bus.
La idea es electrificar unos 52 kilómetros de vías, sumándole bastante alivio al tráfico que tenemos ahora. Piensen en cuántas horas podríamos ahorrar si pudiéramos movernos rápido y cómodo entre las ciudades. Eso sí, tocará aguantarnos algunas molestias durante la construcción, porque estas cosas nunca son fáciles, diay.
Este proyecto apunta a darle un respiro al transporte público en la GAM, cubriendo 31 cantones y 152 distritos, donde vive más de la mitad de la población y casi el 70% de la actividad económica del país. Es decir, si le metemos empeño, esto podría cambiarle la cara a cómo vivimos y trabajamos en la Central. Y si sale bien, pues… ¡a disfrutar del Tibi!
Ahora, lo que preocupa es el trámite legislativo. El proyecto está ahora en manos de la Comisión de Asuntos Hacendarios, y con el Congreso en sesiones extraordinarias, el gobierno tiene la posibilidad de meterle presión para que avance rápido. Veremos si logran llevarlo a cabo sin mayores contratiempos, porque sabemos cómo son las cosas por acá: siempre aparece alguien a meterle dedo en el pastel.
Y hablando de dedos en el pastel... esto me recuerda a aquella vez que intentaron construir el teleférico en Bagazares. Promesas, promesas, y al final, solo quedaron recuerdos. Esperemos que con el Tibi no sea lo mismo; que realmente cumplan con lo que dicen y que no se convierta en otro despilfarro de plata. ¿Será que esta vez sí les salió bien la vara?
En fin, el tibio ha sido enviado al Congreso, y ahora la pelota está en su tejado. Con tantos intereses involucrados y tanta expectativa generada, ¿cree usted que el tren eléctrico será finalmente una solución viable para mejorar el transporte público en la GAM, o terminará siendo otro elefante blanco que nos costará caro?
Para ponerlos al día, la movida es así: estamos hablando de un crédito multimillonario para construir las primeras dos líneas del Tren Rápido de Pasajeros (TRP) en la Gran Área Metropolitana (GAM). El negocio es gordo, vamos: $550 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con una ayuda jugosa del Fondo Verde para el Clima, y otros $250 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Encima, ¡faltan $21 millones de donación también del Fondo Verde!
El costo total de este brete, pa' que se hagan una idea, llega a los $847 millones. Mucho ojo con eso, porque algunos van a empezar a decir "¡qué carga!”, y bueno, es mucho dinero, no hay que negarlo. Pero desde el gobierno aseguran que vale la pena, que va a conectar San José, Alajuela, Heredia y Cartago, facilitando la vida a miles de personas que todos los días se pelean por un puesto en el bus.
La idea es electrificar unos 52 kilómetros de vías, sumándole bastante alivio al tráfico que tenemos ahora. Piensen en cuántas horas podríamos ahorrar si pudiéramos movernos rápido y cómodo entre las ciudades. Eso sí, tocará aguantarnos algunas molestias durante la construcción, porque estas cosas nunca son fáciles, diay.
Este proyecto apunta a darle un respiro al transporte público en la GAM, cubriendo 31 cantones y 152 distritos, donde vive más de la mitad de la población y casi el 70% de la actividad económica del país. Es decir, si le metemos empeño, esto podría cambiarle la cara a cómo vivimos y trabajamos en la Central. Y si sale bien, pues… ¡a disfrutar del Tibi!
Ahora, lo que preocupa es el trámite legislativo. El proyecto está ahora en manos de la Comisión de Asuntos Hacendarios, y con el Congreso en sesiones extraordinarias, el gobierno tiene la posibilidad de meterle presión para que avance rápido. Veremos si logran llevarlo a cabo sin mayores contratiempos, porque sabemos cómo son las cosas por acá: siempre aparece alguien a meterle dedo en el pastel.
Y hablando de dedos en el pastel... esto me recuerda a aquella vez que intentaron construir el teleférico en Bagazares. Promesas, promesas, y al final, solo quedaron recuerdos. Esperemos que con el Tibi no sea lo mismo; que realmente cumplan con lo que dicen y que no se convierta en otro despilfarro de plata. ¿Será que esta vez sí les salió bien la vara?
En fin, el tibio ha sido enviado al Congreso, y ahora la pelota está en su tejado. Con tantos intereses involucrados y tanta expectativa generada, ¿cree usted que el tren eléctrico será finalmente una solución viable para mejorar el transporte público en la GAM, o terminará siendo otro elefante blanco que nos costará caro?