¡Alto ahí! Parece mentira, pero ya casi cerramos el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Israel. Después de varios percances – gracias al brete medio oriente–, nuestros negociadores lograron llevarlo a buen puerto. ¡Qué chiva para Costa Rica!
La verdad es que esto viene de lejitos. Desde hace tiempo, el gobierno venía buscando diversificar los mercados, porque, díganle a quien digan, depender de unos pocos compradores nos pone en riesgo. Con la maraña global que hay hoy, si algo sale mal en un lado, nos afecta a todos. Abrirnos a Israel, un país campeona mundial en tecnología, era prácticamente obligatorio.
Manuel Tovar, nuestro ministro de Comercio Exterior, le echó luz verde a la movida. Según él, este TLC va a abrir puertas increíbles para sectores como el desarrollo de software, la ciberseguridad, las Telecomunicaciones (TICS), y hasta pa’ nuestros productos agrícolas: piña, café, azúcar… ¡y vaya que tenemos de eso! Además, esperan que se impulse la inversión israelí en el país, así podemos crear más empleos y darle un empujón a la economía. Ya recibimos unos $20 millones el año pasado, y con esto podría subir bastante.
Ahora, los pasos a seguir son sencillos, aunque te toman su tiempito. Primero, el ministro Tovar se va pa' Israel para firmar el acuerdo. Luego, llega a manos de la Asamblea Legislativa, donde diputados tendrán que revisarlo y aprobarlo. ¡Esperemos que no se jalen una torta en el camino y lo aprueben rápido!
Pero, ¿qué tan potente puede ser esta alianza? Bueno, piensen en Israel: un país pequeño, pero con una capacidad de innovación impresionante. Ellos siempre están buscando soluciones creativas, sobre todo en temas de agricultura y manejo del agua, cosas que les sirven a ellos y podrían servirle a nosotros. Tenemos mucho que aprender de esos muchachos, y además, podemos ofrecerles un trampolín pa' toda Latinoamérica.
No todo es color de rosa, claro. Todavía tenemos pendiente el asunto del arancel del 15% que nos puso Estados Unidos durante el mandato de Trump. Ya tuvimos unas cuantas reuniones con ellos, pero la situación se complicó con el cierre del gobierno federal allá. Ahora que ya abrieron de nuevo, dicen que van a retomar las negociaciones, y esperamos que lleguen a un acuerdo justo, porque ese arancel nos ha afectado bastante, y no es poca broma. Hay que defender nuestros intereses, diay.
Y hablando de Estados Unidos, recordemos que tenemos el CAFTA. No podemos andar descuidando a nuestro vecino del norte, pero tampoco podemos poner todas las fichas en un solo jugador. Por eso es bueno tener opciones, como este TLC con Israel. Nos da más seguridad y nos permite jugar en ventaja. Imagínense, poder combinar la experiencia tecnológica israelí con el mercado latinoamericano... ¡eso sí sería a cachete!
Bueno, pues ya saben, amigos. El TLC con Israel está a punto de convertirse en realidad, y eso pinta bien para Costa Rica. Aunque todavía queda mucho por hacer, este es un primer paso importante para construir un futuro más próspero. Ahora me pregunto, ¿creen que realmente vamos a ver un impacto significativo en la inversión extranjera y la creación de empleos gracias a este acuerdo, o será otra promesa vacía?
La verdad es que esto viene de lejitos. Desde hace tiempo, el gobierno venía buscando diversificar los mercados, porque, díganle a quien digan, depender de unos pocos compradores nos pone en riesgo. Con la maraña global que hay hoy, si algo sale mal en un lado, nos afecta a todos. Abrirnos a Israel, un país campeona mundial en tecnología, era prácticamente obligatorio.
Manuel Tovar, nuestro ministro de Comercio Exterior, le echó luz verde a la movida. Según él, este TLC va a abrir puertas increíbles para sectores como el desarrollo de software, la ciberseguridad, las Telecomunicaciones (TICS), y hasta pa’ nuestros productos agrícolas: piña, café, azúcar… ¡y vaya que tenemos de eso! Además, esperan que se impulse la inversión israelí en el país, así podemos crear más empleos y darle un empujón a la economía. Ya recibimos unos $20 millones el año pasado, y con esto podría subir bastante.
Ahora, los pasos a seguir son sencillos, aunque te toman su tiempito. Primero, el ministro Tovar se va pa' Israel para firmar el acuerdo. Luego, llega a manos de la Asamblea Legislativa, donde diputados tendrán que revisarlo y aprobarlo. ¡Esperemos que no se jalen una torta en el camino y lo aprueben rápido!
Pero, ¿qué tan potente puede ser esta alianza? Bueno, piensen en Israel: un país pequeño, pero con una capacidad de innovación impresionante. Ellos siempre están buscando soluciones creativas, sobre todo en temas de agricultura y manejo del agua, cosas que les sirven a ellos y podrían servirle a nosotros. Tenemos mucho que aprender de esos muchachos, y además, podemos ofrecerles un trampolín pa' toda Latinoamérica.
No todo es color de rosa, claro. Todavía tenemos pendiente el asunto del arancel del 15% que nos puso Estados Unidos durante el mandato de Trump. Ya tuvimos unas cuantas reuniones con ellos, pero la situación se complicó con el cierre del gobierno federal allá. Ahora que ya abrieron de nuevo, dicen que van a retomar las negociaciones, y esperamos que lleguen a un acuerdo justo, porque ese arancel nos ha afectado bastante, y no es poca broma. Hay que defender nuestros intereses, diay.
Y hablando de Estados Unidos, recordemos que tenemos el CAFTA. No podemos andar descuidando a nuestro vecino del norte, pero tampoco podemos poner todas las fichas en un solo jugador. Por eso es bueno tener opciones, como este TLC con Israel. Nos da más seguridad y nos permite jugar en ventaja. Imagínense, poder combinar la experiencia tecnológica israelí con el mercado latinoamericano... ¡eso sí sería a cachete!
Bueno, pues ya saben, amigos. El TLC con Israel está a punto de convertirse en realidad, y eso pinta bien para Costa Rica. Aunque todavía queda mucho por hacer, este es un primer paso importante para construir un futuro más próspero. Ahora me pregunto, ¿creen que realmente vamos a ver un impacto significativo en la inversión extranjera y la creación de empleos gracias a este acuerdo, o será otra promesa vacía?