¡Qué barbaridad, raza! La vida nos da unos sustos de esos que te dejan tieso. Amanda Zuriely Guevara Fajardo, una enfermera de treinta añitos, quedó envuelta en un cruce de balas en Limón, y lamentablemente, no pudo sobrevivir. Una tragedia que sacudió al barrio La Colina y a toda la comunidad sanitaria, porque, vamos, era una máster cuidando a los nuestros.
Según nos cuentan, la muchacha estaba conversando con su mamá cerca de su casa cuando aparecieron unos tipos en moto y empezaron a dispararle a otros individuos que estaban trabajando por ahí. Parece que fue un ajuste de cuentas, esas varas violentas que tanto nos duelen como país, y desafortunadamente, Amanda resultó alcanzada por dos balas. Uno se imaginan el dolor de la madre, Verónica Fajardo, que además es compañera de trabajo de Amanda en el Hospital Tony Facio… ¡Qué sal!
El Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (SINAFINES) ya expresó su profundo pesar, mandándole un abrazo solidario a Verónica y a toda la familia. Enviaron una esquela bien sentidita y resaltaron el gran corazón que tenía Amanda, siempre dispuesta a echarle mano a quien lo necesitaba. El Colegio de Enfermeras de Costa Rica tampoco se quedó atrás, destacando el legado significativo que dejó Amanda en su profesión. Reconocen que su huella perdurará en la disciplina, y eso sí que vale oro.
Ahora, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está trabajando a marchas forzadas para esclarecer qué pasó realmente y quiénes son los responsables de este atropello. Hasta ahora, no hay capturas, y la investigación sigue en curso. Remitieron el cuerpo a la morgue judicial para realizar la autopsia correspondiente. Lo que preocupa es saber, ¿qué tipo de violencia estamos permitiendo que se propague por nuestras comunidades?
El OIJ nos dijo que todavía es pronto para determinar si Amanda fue una víctima colateral, pero desde la oficina de prensa de la Policía Judicial aseguran que, aparentemente, los disparos no iban dirigidos hacia ella. Eso no disminuye el dolor ni la injusticia de lo sucedido, porque al final, una vida se fue truncada por la irresponsabilidad de unos vándalos. Uno se queda pensando, ¿hasta cuándo vamos a vivir con miedo a que una bala perdida nos arrebate a alguien querido?
Y hablando de cosas que dan que pensar, la gente está comentando la ola de violencia que azota algunas zonas del país. Recordaremos los recientes incidentes con funcionarios públicos, esos bretes que terminan generando polémica y tensión social. Además, hace poco salió la noticia del viaje millonario de algunos directivos de la CCSS, ¡tremendo despiche!, mientras que los hospitales siguen necesitando recursos para brindar atención médica digna. Todo esto sumado a la discusión sobre la nueva causal de divorcio... parece que el país va en mil direcciones diferentes.
Las reacciones en redes sociales han sido masivas, con mensajes de apoyo a la familia de Amanda y críticas contundentes hacia la violencia. Muchos exigen mayor seguridad en Limón y en todo el territorio nacional. Y es que nadie merece morir así, en medio de un cruce de fuego, siendo inocente y ajeno a la situación. Personalmente, me recuerda mucho a lo que vivió mi primo Juanito cuando de niño presenció un asalto, ¡qué torta!, esa experiencia lo marcó para siempre.
Después de escuchar todas estas noticias tan fuertes, me pregunto: ¿Qué medidas concretas deberían tomar el gobierno y las autoridades competentes para prevenir estos hechos tan trágicos y proteger la integridad de todos los ciudadanos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables? ¡Den su opinión en el foro, raza! Vamos a debatir cómo podemos construir un país más seguro y justo para todos.
Según nos cuentan, la muchacha estaba conversando con su mamá cerca de su casa cuando aparecieron unos tipos en moto y empezaron a dispararle a otros individuos que estaban trabajando por ahí. Parece que fue un ajuste de cuentas, esas varas violentas que tanto nos duelen como país, y desafortunadamente, Amanda resultó alcanzada por dos balas. Uno se imaginan el dolor de la madre, Verónica Fajardo, que además es compañera de trabajo de Amanda en el Hospital Tony Facio… ¡Qué sal!
El Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (SINAFINES) ya expresó su profundo pesar, mandándole un abrazo solidario a Verónica y a toda la familia. Enviaron una esquela bien sentidita y resaltaron el gran corazón que tenía Amanda, siempre dispuesta a echarle mano a quien lo necesitaba. El Colegio de Enfermeras de Costa Rica tampoco se quedó atrás, destacando el legado significativo que dejó Amanda en su profesión. Reconocen que su huella perdurará en la disciplina, y eso sí que vale oro.
Ahora, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está trabajando a marchas forzadas para esclarecer qué pasó realmente y quiénes son los responsables de este atropello. Hasta ahora, no hay capturas, y la investigación sigue en curso. Remitieron el cuerpo a la morgue judicial para realizar la autopsia correspondiente. Lo que preocupa es saber, ¿qué tipo de violencia estamos permitiendo que se propague por nuestras comunidades?
El OIJ nos dijo que todavía es pronto para determinar si Amanda fue una víctima colateral, pero desde la oficina de prensa de la Policía Judicial aseguran que, aparentemente, los disparos no iban dirigidos hacia ella. Eso no disminuye el dolor ni la injusticia de lo sucedido, porque al final, una vida se fue truncada por la irresponsabilidad de unos vándalos. Uno se queda pensando, ¿hasta cuándo vamos a vivir con miedo a que una bala perdida nos arrebate a alguien querido?
Y hablando de cosas que dan que pensar, la gente está comentando la ola de violencia que azota algunas zonas del país. Recordaremos los recientes incidentes con funcionarios públicos, esos bretes que terminan generando polémica y tensión social. Además, hace poco salió la noticia del viaje millonario de algunos directivos de la CCSS, ¡tremendo despiche!, mientras que los hospitales siguen necesitando recursos para brindar atención médica digna. Todo esto sumado a la discusión sobre la nueva causal de divorcio... parece que el país va en mil direcciones diferentes.
Las reacciones en redes sociales han sido masivas, con mensajes de apoyo a la familia de Amanda y críticas contundentes hacia la violencia. Muchos exigen mayor seguridad en Limón y en todo el territorio nacional. Y es que nadie merece morir así, en medio de un cruce de fuego, siendo inocente y ajeno a la situación. Personalmente, me recuerda mucho a lo que vivió mi primo Juanito cuando de niño presenció un asalto, ¡qué torta!, esa experiencia lo marcó para siempre.
Después de escuchar todas estas noticias tan fuertes, me pregunto: ¿Qué medidas concretas deberían tomar el gobierno y las autoridades competentes para prevenir estos hechos tan trágicos y proteger la integridad de todos los ciudadanos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables? ¡Den su opinión en el foro, raza! Vamos a debatir cómo podemos construir un país más seguro y justo para todos.