¡Ay, Dios mío! La UCR anda hecha un relajo, imagínate. Después de varios días de nervios y alertas, parece que el ambiente en la Ciudadela Universitaria se puso más turbio que café corrido. Las amenazas, esas cosas feas, han obligado a cancelar clases y a poner a todos en modo precaución máxima. ¡Qué situación!
La bronca viene arrastrándose desde hace unas semanas. Según nos cuentan, varias amenazas de ataques armados han hecho temblar a la comunidad estudiantil y a los profes. Han tenido que evacuar lugares, suspender actividades... un verdadero desmadre, vamos. Pero esto no es novedad, ¿verdad?
Y ahora le suma la gota que derrama el vaso: amenazaron a un directivo de un posgrado, ¡con arma de fuego!, por querer cambiar algunos requisitos de admisión. Imagínate la osadía de esos tipos, queriendo controlar hasta quién entra a estudiar, y encima usando el miedo como herramienta. ¡Eso sí que es bajo!
La Universidad, obviamente, no quiere entrarle a dar detalles porque están investigando y ya le pusieron lupa a las autoridades judiciales. Eso es bien sensato, no vaya a ser que metan más leña al fuego. Lo único que dijeron es que expresan su apoyo a la persona amenazada y a su familia, quienes andan pasando por un momento horrible, claro.
Pero bueno, la UCR no está sola en este brete. Resulta que, según ellos, en las últimas semanas han recibido al menos siete amenazas dirigidas a diferentes universidades públicas. ¡Siete! Es como si quisieran sembrar el pánico y paralizar toda la educación superior. Este clima de violencia está pegando duro, papá.
Y es que, seamos honestos, Costa Rica no es el paraíso que pintan en las postales. Estamos viendo cómo la polarización y la intolerancia se apoderan del país. Se han encendido pasiones y, lamentablemente, algunos prefieren recurrir a la intimidación y a la violencia para imponer sus ideas. ¡Qué pena ajena!
El rector Carlos Araya salió al paso con un discurso bastante contundente, diciéndole a los vándalos que no van a ceder ante los amedrentamientos. Insiste en que defender la Universidad es defender la democracia y el pensamiento crítico. “Si permitimos que el miedo ocupe el lugar de la razón, renunciamos al futuro que merece este país,” dijo, y tiene toda la razón del mundo, diay.
Ahora bien, con todo este panorama complicado, me pregunto: ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para combatir la cultura de la violencia y promover el diálogo constructivo en nuestra sociedad? ¿O simplemente estamos esperando a que la cosa se calme sola? ¿Crees que el sistema educativo debería tener mayor énfasis en valores como el respeto, la tolerancia y la resolución pacífica de conflictos? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas tú sobre esto!
La bronca viene arrastrándose desde hace unas semanas. Según nos cuentan, varias amenazas de ataques armados han hecho temblar a la comunidad estudiantil y a los profes. Han tenido que evacuar lugares, suspender actividades... un verdadero desmadre, vamos. Pero esto no es novedad, ¿verdad?
Y ahora le suma la gota que derrama el vaso: amenazaron a un directivo de un posgrado, ¡con arma de fuego!, por querer cambiar algunos requisitos de admisión. Imagínate la osadía de esos tipos, queriendo controlar hasta quién entra a estudiar, y encima usando el miedo como herramienta. ¡Eso sí que es bajo!
La Universidad, obviamente, no quiere entrarle a dar detalles porque están investigando y ya le pusieron lupa a las autoridades judiciales. Eso es bien sensato, no vaya a ser que metan más leña al fuego. Lo único que dijeron es que expresan su apoyo a la persona amenazada y a su familia, quienes andan pasando por un momento horrible, claro.
Pero bueno, la UCR no está sola en este brete. Resulta que, según ellos, en las últimas semanas han recibido al menos siete amenazas dirigidas a diferentes universidades públicas. ¡Siete! Es como si quisieran sembrar el pánico y paralizar toda la educación superior. Este clima de violencia está pegando duro, papá.
Y es que, seamos honestos, Costa Rica no es el paraíso que pintan en las postales. Estamos viendo cómo la polarización y la intolerancia se apoderan del país. Se han encendido pasiones y, lamentablemente, algunos prefieren recurrir a la intimidación y a la violencia para imponer sus ideas. ¡Qué pena ajena!
El rector Carlos Araya salió al paso con un discurso bastante contundente, diciéndole a los vándalos que no van a ceder ante los amedrentamientos. Insiste en que defender la Universidad es defender la democracia y el pensamiento crítico. “Si permitimos que el miedo ocupe el lugar de la razón, renunciamos al futuro que merece este país,” dijo, y tiene toda la razón del mundo, diay.
Ahora bien, con todo este panorama complicado, me pregunto: ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para combatir la cultura de la violencia y promover el diálogo constructivo en nuestra sociedad? ¿O simplemente estamos esperando a que la cosa se calme sola? ¿Crees que el sistema educativo debería tener mayor énfasis en valores como el respeto, la tolerancia y la resolución pacífica de conflictos? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas tú sobre esto!
