¡Ay, Dios mío! Esto sí que te deja pensando, ¿verdad, compas? Aquí en Costa Rica estamos acostumbrados a mil cosas, pero esto de encontrar un bebé abandonado en un basurero... ¡qué sal! La Fuerza Pública tuvo que actuar rápido para rescatar a un recién nacido que apareció tirado en Hatillo 4, casi al borde de una quebrada. Un caso que te eriza la piel y te hace preguntarte, ¿cómo puede pasar esto en nuestro país?
La movida se armó tempranito este miércoles, cuando un buenazo que pasaba por la zona en moto avisó a los oficiales de la Fuerza Pública. Imagínate la escena: un tipo corretea con una moto y escucha un llanto de bebé en medio de tanta maleza. ¡Eso da escalofríos! Según cuentan los oficiales, estaban haciendo su recorrida habitual cerca de la rotonda de Rancho Guanacaste cuando llegaron los gritos desesperados.
Y ahí fue cuando comenzó la faena. El oficial Hugo Salas, uno de los primeros en llegar, relata que tuvieron que abrirse camino entre la vegetación y el lodo. “En ese momento estábamos en recorrido, un sujeto en una motocicleta nos dio la alerta de que había escuchado un bebé en un basurero… Efectivamente estaba un bebé llorando a la orilla de una quebrada”. Contar la historia así, directamente de la fuente, le da más impacto, ¿no creen?
Pero la cosa no terminó ahí, porque llegó el oficial Francisco Quirós, que resultó ser papá también. Él mismo dice que no lo pensó dos veces y corrió a ayudar. “Yo me encontraba en Sagrada Familia, dando recorridos y sin pensar dos veces me fui a ver en qué podía ayudar, porque soy papá.” Ese detalle de ser padre le agrega un peso extra a la historia, ¿verdad?
La descripción del rescate es impactante. Salas contó que el bebé estaba prácticamente en el fondo de un hueco de unos dos o tres metros de profundidad, con poca ropa y a la intemperie. ¡Qué susto! Y lo peor es que estaba cerca de una alcantarilla, en medio del agua que salía. Imaginemos el frío que le hacía sentir al pequeño. ¡Pobre angelito!
Lo más conmovedor de toda la historia es lo que hizo el oficial Quirós. Al verlo, no esperó a bomberos ni a ambulancias; simplemente lo sacó del agujero y lo protegió contra el frío, abriéndose paso con su propia camisa de uniforme. Dice que sintió un alivio grandísimo cuando el bebé recibió atención médica. ¡Qué mae tan ejemplar! Que siga siendo ejemplo a seguir. Demuestra que todavía hay gente con corazón grande por acá.
Las autoridades han confirmado que el bebé está estable en un centro médico, recibiendo todos los cuidados necesarios. Vamos a esperar noticias positivas y que se recupere pronto. Este caso ha generado una gran indignación en redes sociales, y mucha gente pide que se investigue quién dejó al bebé en esas condiciones. Es una barbaridad que haya personas capaces de hacerle eso a un inocente. Mucha gente comenta si será que no tienen recursos para mantenerlos, otros dicen que es falta de conciencia. En fin, muchos puntos de vista.
Este incidente abre un debate importante sobre la necesidad de fortalecer las políticas de protección infantil y de ofrecer apoyo a padres primerizos en situaciones vulnerables. Pero dime, ¿cuál crees tú que debería ser la respuesta más efectiva para prevenir casos como este en el futuro? ¿Más programas de ayuda social, campañas de concientización, o quizás reforzar la responsabilidad familiar?
La movida se armó tempranito este miércoles, cuando un buenazo que pasaba por la zona en moto avisó a los oficiales de la Fuerza Pública. Imagínate la escena: un tipo corretea con una moto y escucha un llanto de bebé en medio de tanta maleza. ¡Eso da escalofríos! Según cuentan los oficiales, estaban haciendo su recorrida habitual cerca de la rotonda de Rancho Guanacaste cuando llegaron los gritos desesperados.
Y ahí fue cuando comenzó la faena. El oficial Hugo Salas, uno de los primeros en llegar, relata que tuvieron que abrirse camino entre la vegetación y el lodo. “En ese momento estábamos en recorrido, un sujeto en una motocicleta nos dio la alerta de que había escuchado un bebé en un basurero… Efectivamente estaba un bebé llorando a la orilla de una quebrada”. Contar la historia así, directamente de la fuente, le da más impacto, ¿no creen?
Pero la cosa no terminó ahí, porque llegó el oficial Francisco Quirós, que resultó ser papá también. Él mismo dice que no lo pensó dos veces y corrió a ayudar. “Yo me encontraba en Sagrada Familia, dando recorridos y sin pensar dos veces me fui a ver en qué podía ayudar, porque soy papá.” Ese detalle de ser padre le agrega un peso extra a la historia, ¿verdad?
La descripción del rescate es impactante. Salas contó que el bebé estaba prácticamente en el fondo de un hueco de unos dos o tres metros de profundidad, con poca ropa y a la intemperie. ¡Qué susto! Y lo peor es que estaba cerca de una alcantarilla, en medio del agua que salía. Imaginemos el frío que le hacía sentir al pequeño. ¡Pobre angelito!
Lo más conmovedor de toda la historia es lo que hizo el oficial Quirós. Al verlo, no esperó a bomberos ni a ambulancias; simplemente lo sacó del agujero y lo protegió contra el frío, abriéndose paso con su propia camisa de uniforme. Dice que sintió un alivio grandísimo cuando el bebé recibió atención médica. ¡Qué mae tan ejemplar! Que siga siendo ejemplo a seguir. Demuestra que todavía hay gente con corazón grande por acá.
Las autoridades han confirmado que el bebé está estable en un centro médico, recibiendo todos los cuidados necesarios. Vamos a esperar noticias positivas y que se recupere pronto. Este caso ha generado una gran indignación en redes sociales, y mucha gente pide que se investigue quién dejó al bebé en esas condiciones. Es una barbaridad que haya personas capaces de hacerle eso a un inocente. Mucha gente comenta si será que no tienen recursos para mantenerlos, otros dicen que es falta de conciencia. En fin, muchos puntos de vista.
Este incidente abre un debate importante sobre la necesidad de fortalecer las políticas de protección infantil y de ofrecer apoyo a padres primerizos en situaciones vulnerables. Pero dime, ¿cuál crees tú que debería ser la respuesta más efectiva para prevenir casos como este en el futuro? ¿Más programas de ayuda social, campañas de concientización, o quizás reforzar la responsabilidad familiar?