¡Ay, Dios mío! Otro día, otra anécdota. Resulta que ayer a eso de las ocho y media de la mañana, un señor tuvo un sustito considerable en Barrio Cuba cuando se cruzó con el tren. Imagínate el panorama, ¡qué bronca!
Según nos cuentan los compañeros de la Cruz Roja, el tipo estaba moviéndose por la zona cuando, de repente, ¡bam!, apareció el tren. Recibió un golpe certero en la cabeza, aunque afortunadamente no fue nada grave. Lo clasificaron en condición amarilla, estable, pero vamos, te puedes imaginar el susto que se llevó el pobre.
Lo curioso del caso es que, pese a tener un buen golpe, el mae se negó a ir en ambulancia. Dijo que se encargaba solito de llegar a un centro médico. ¡Con qué maña este pueblo! Uno se piensa que estos señores tienen seguro privado para esas emergencias y ya... Pero bueno, cada quien maneja sus bretes como quiera.
Desde adentro del Incofer, nos aseguraron que el servicio ferroviario no sufrió ningún percance. Ni retrasos, ni suspensiones, nada de eso. Todo siguió funcionando como si nada hubiera pasado, como si un mae no estuviera recién sacándose el polvo después de un encuentro cercano con una locomotora. ¡Menudo alivio para los que andan usando el tren día de por medio!
La verdad es que esto pone en evidencia algunos problemas que tenemos por acá. Con todo respeto, la infraestructura en Barrio Cuba no es precisamente de vanguardia. Falta señalización, iluminación… cosas básicas que podrían evitar este tipo de incidentes. Hay que ponerle atención a eso, porque sino, ¡más broncas nos van a salir!
Y claro, también nos hace pensar en la responsabilidad individual. ¿Qué hacía ese señor ahí en primer lugar? No estamos diciendo que tenga la culpa él solamente, pero hay que ser conscientes de los riesgos y tomar precauciones. Porque al final, nadie quiere acabar siendo noticia por haberse topado con el tren, ¿verdad?
Ahora bien, analizando la situación, nos damos cuenta de que, a pesar de todo, seguimos siendo unos afortunados. Un susto así podría haber terminado mucho peor, pero gracias a Dios (y a la rápida respuesta de la Cruz Roja), el mae está bien. Además, muestra la capacidad de recuperación de nuestro sistema ferroviario, que, aunque necesite mejoras, sigue operando a pesar de los contratiempos.
En fin, este incidente nos deja varias reflexiones. ¿Ustedes creen que es suficiente la inversión actual en la mejora de la infraestructura ferroviaria y peatonal en zonas urbanas como Barrio Cuba? ¿O deberíamos exigir medidas más contundentes para prevenir accidentes similares en el futuro, quizás incrementando la presencia policial o implementando campañas de concientización?
Según nos cuentan los compañeros de la Cruz Roja, el tipo estaba moviéndose por la zona cuando, de repente, ¡bam!, apareció el tren. Recibió un golpe certero en la cabeza, aunque afortunadamente no fue nada grave. Lo clasificaron en condición amarilla, estable, pero vamos, te puedes imaginar el susto que se llevó el pobre.
Lo curioso del caso es que, pese a tener un buen golpe, el mae se negó a ir en ambulancia. Dijo que se encargaba solito de llegar a un centro médico. ¡Con qué maña este pueblo! Uno se piensa que estos señores tienen seguro privado para esas emergencias y ya... Pero bueno, cada quien maneja sus bretes como quiera.
Desde adentro del Incofer, nos aseguraron que el servicio ferroviario no sufrió ningún percance. Ni retrasos, ni suspensiones, nada de eso. Todo siguió funcionando como si nada hubiera pasado, como si un mae no estuviera recién sacándose el polvo después de un encuentro cercano con una locomotora. ¡Menudo alivio para los que andan usando el tren día de por medio!
La verdad es que esto pone en evidencia algunos problemas que tenemos por acá. Con todo respeto, la infraestructura en Barrio Cuba no es precisamente de vanguardia. Falta señalización, iluminación… cosas básicas que podrían evitar este tipo de incidentes. Hay que ponerle atención a eso, porque sino, ¡más broncas nos van a salir!
Y claro, también nos hace pensar en la responsabilidad individual. ¿Qué hacía ese señor ahí en primer lugar? No estamos diciendo que tenga la culpa él solamente, pero hay que ser conscientes de los riesgos y tomar precauciones. Porque al final, nadie quiere acabar siendo noticia por haberse topado con el tren, ¿verdad?
Ahora bien, analizando la situación, nos damos cuenta de que, a pesar de todo, seguimos siendo unos afortunados. Un susto así podría haber terminado mucho peor, pero gracias a Dios (y a la rápida respuesta de la Cruz Roja), el mae está bien. Además, muestra la capacidad de recuperación de nuestro sistema ferroviario, que, aunque necesite mejoras, sigue operando a pesar de los contratiempos.
En fin, este incidente nos deja varias reflexiones. ¿Ustedes creen que es suficiente la inversión actual en la mejora de la infraestructura ferroviaria y peatonal en zonas urbanas como Barrio Cuba? ¿O deberíamos exigir medidas más contundentes para prevenir accidentes similares en el futuro, quizás incrementando la presencia policial o implementando campañas de concientización?
