¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que la presidenta de la Caja, Mónica Taylor, se fue de viaje a Malasia y la cosa se puso turbia, ¿eh? Parece que el Presidente Chaves le dio luz verde sin pasar por la Junta Directiva, y eso ha levantado polvo en el Congreso. De verdad, esto huele a changüí.
Según trascendió en una audiencia con los diputados de la comisión que investiga las posibles irregularidades en la Caja, Taylor admitió que la autorización del viaje, que costó unos jugosos trece mil dólares en viáticos, vino directamente del mismísimo Presidente. Un critério jurídico, dice ella… ¡un critério! Uno se queda pensando qué tipo de criterio puede justificar saltarse los procedimientos establecidos y dejar afuera a la Junta Directiva, el máximo órgano de gobierno de la Caja.
La diputada Andrea Álvarez, presidenta del foro legislativo, no se anduvo con rodeos y cuestionó abiertamente la intervención del Poder Ejecutivo en una institución que, según declaraciones anteriores de Chaves, debía ser “completamente autónoma”. ¡Un cambio de discurso rápido, maé!, uno diría. ¿Cómo funciona esa autonomía si el Presidente decide por ahí nomás quién va y dónde?
Taylor trató de explicar que había recibido el permiso a través del Consejo de Gobierno, mencionando un supuesto criterio legal que avalaba la decisión. Pero claro, faltaba el documento oficial, ese papelito que le daba respaldo... sin número de folio ni oficio para que los legisladores pudieran revisarlo. Esto, amigos, solo alimenta las sospechas y deja entrever que tal vez haya algo más detrás de esta historia.
El viaje, que duró nada menos que doce días, del 25 de septiembre al 6 de octubre de 2025, tenía como propósito promocionar la CCSS en ese país asiático. Junto a Taylor, viajó Juan Carlos Esquivel, del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss). Los boletos costaron casi nueve mil dólares, y cada uno recibió dos mil ciento veintinueve dólares en viáticos. ¡Una aventura bien equipada, vamos!
Y para colmo, la Junta Directiva, que sí debía haber dado su aprobación, tuvo una sesión donde se analizó el tema el 16 de octubre. Pero, sorpresa, ¡no transmitieron la reunión en vivo en las redes sociales! Taylor justificó esta decisión argumentando que era una medida “precautoria” debido a la veda electoral, pero sorprendentemente, nadie del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) les había pedido que hicieran eso. Según ella, dejaron de transmitir “de forma precautoria”, aunque las sesiones quedaron grabadas. ¿Precaución o encubrimiento, maé?
Esta polémica se suma a otras controversias que han rodado alrededor de la gestión de Mónica Taylor en la Caja. Algunos sectores critican su estilo poco transparente y acusan a la administración de decisiones arbitrarias que ponen en riesgo la estabilidad financiera de la institución. El caso del viaje a Malasia es solo la punta del iceberg, señalan algunos analistas políticos. Y hablando de eso, ¿qué tan conveniente es gastar tanto dinero en viajes internacionales cuando hay tantas necesidades urgentes dentro del sistema de salud pública?
En fin, la bronca del viaje a Malasia sigue dando de qué hablar. ¿Creen ustedes que el Presidente Chaves actuó correctamente al autorizar este viaje sin consultar a la Junta Directiva? ¿Es acaso una práctica común que el ejecutivo influya en las decisiones administrativas de instituciones autónomas como la CCSS? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa el pueblo!
Según trascendió en una audiencia con los diputados de la comisión que investiga las posibles irregularidades en la Caja, Taylor admitió que la autorización del viaje, que costó unos jugosos trece mil dólares en viáticos, vino directamente del mismísimo Presidente. Un critério jurídico, dice ella… ¡un critério! Uno se queda pensando qué tipo de criterio puede justificar saltarse los procedimientos establecidos y dejar afuera a la Junta Directiva, el máximo órgano de gobierno de la Caja.
La diputada Andrea Álvarez, presidenta del foro legislativo, no se anduvo con rodeos y cuestionó abiertamente la intervención del Poder Ejecutivo en una institución que, según declaraciones anteriores de Chaves, debía ser “completamente autónoma”. ¡Un cambio de discurso rápido, maé!, uno diría. ¿Cómo funciona esa autonomía si el Presidente decide por ahí nomás quién va y dónde?
Taylor trató de explicar que había recibido el permiso a través del Consejo de Gobierno, mencionando un supuesto criterio legal que avalaba la decisión. Pero claro, faltaba el documento oficial, ese papelito que le daba respaldo... sin número de folio ni oficio para que los legisladores pudieran revisarlo. Esto, amigos, solo alimenta las sospechas y deja entrever que tal vez haya algo más detrás de esta historia.
El viaje, que duró nada menos que doce días, del 25 de septiembre al 6 de octubre de 2025, tenía como propósito promocionar la CCSS en ese país asiático. Junto a Taylor, viajó Juan Carlos Esquivel, del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss). Los boletos costaron casi nueve mil dólares, y cada uno recibió dos mil ciento veintinueve dólares en viáticos. ¡Una aventura bien equipada, vamos!
Y para colmo, la Junta Directiva, que sí debía haber dado su aprobación, tuvo una sesión donde se analizó el tema el 16 de octubre. Pero, sorpresa, ¡no transmitieron la reunión en vivo en las redes sociales! Taylor justificó esta decisión argumentando que era una medida “precautoria” debido a la veda electoral, pero sorprendentemente, nadie del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) les había pedido que hicieran eso. Según ella, dejaron de transmitir “de forma precautoria”, aunque las sesiones quedaron grabadas. ¿Precaución o encubrimiento, maé?
Esta polémica se suma a otras controversias que han rodado alrededor de la gestión de Mónica Taylor en la Caja. Algunos sectores critican su estilo poco transparente y acusan a la administración de decisiones arbitrarias que ponen en riesgo la estabilidad financiera de la institución. El caso del viaje a Malasia es solo la punta del iceberg, señalan algunos analistas políticos. Y hablando de eso, ¿qué tan conveniente es gastar tanto dinero en viajes internacionales cuando hay tantas necesidades urgentes dentro del sistema de salud pública?
En fin, la bronca del viaje a Malasia sigue dando de qué hablar. ¿Creen ustedes que el Presidente Chaves actuó correctamente al autorizar este viaje sin consultar a la Junta Directiva? ¿Es acaso una práctica común que el ejecutivo influya en las decisiones administrativas de instituciones autónomas como la CCSS? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa el pueblo!