¡Ay, Dios mío! El rollo con Yerlin Zúñiga, presidenta del Inamu, se puso más caliente que un gallito en parranda. Resulta que los diputados la tuvieron entre manos en la Comisión de Ingresos y Gastos Públicos, preguntándole hasta cuándo pararía de esquivar preguntas sobre si ha ido personalmente a ver a mujeres víctimas de violencia. La pura verdad, parecía que estaba jugando al gato y al ratón, tratando de no dar la cara.
La cosa empezó porque parece que alguien, allá por Turrialba, levantó polvo con una denuncia bastante peculiar. Según cuentan, funcionarios del Inamu, incluyendo a la mismísima Zúñiga y su abogada Claudia Blanco, andaban ofreciendo una beca en Derecho y otros chinches a una señora a cambio de que firmara una denuncia falsa contra Randall Zúñiga, el jefe del OIJ. ¡Imagínate el brío! Una beca a cambio de armar un escándalo... eso sí que es maña, chunche.
Nicolás, el diputado Francisco Nicolás, le metió presión a Yerlin con preguntas directas, buscando saber cuántas veces había ido a tocar puertas de mujeres golpeadas. Pero la presidenta del Inamu se escudó en que “hay casos complejos que requieren mi intervención”. ¡Digo, obvio! Pero nadie le creyó del todo, porque no dio ningún número concreto. Era como si estuviera tapándose los ojos con las manos, ¡qué torta!
Y ni hablar de Luz Mary Alpízar, que le soltó la bronca preguntándole dónde estaban esos protocolos que justifican que ella atienda ciertos casos y otros no. Ahí Zúñiga sacó la artillería pesada, argumentando que todos los funcionarios tienen la obligación de ayudar a las mujeres. Pero Alpízar no se quedó callada: "No están atendiendo todos los casos igual, ¿verdad? Porque tú te haces la heroína con algunos y a otros los dejas botando."
Luego vino el asunto de las 14 denuncias. Al parecer, en un principio se hablaba de 14 mujeres dispuestas a presentar cargos contra Randall. Pero Zúñiga se defendió diciendo que fue culpa de un medio de comunicación, sin querer especificar cuál. ¡Uy, qué pena! Todos los diputados, claro, apuntaron directo a OPA Central Noticias, dejando caer que ahí se inventaron la historia. Kattia Cambronero le tiró encima, diciéndole que había roto la confidencialidad de los casos al revelar esa información. "El Inamu trabaja bajo confidencialidad, Yerlin, y tú le quitaste toda la magia al asunto."
La abogada del Inamu, la Claudia Blanco, salió a negar todo rotundamente, jurando y perjurando que nadie ha presentado ni llevado ninguna denuncia falsa. Pero luego se descubrió que sí fueron a Turrialba en carro oficial, lo cual ya levanta sospechas. ¡Pero bueno!, dicen que van y vienen, todo el mundo anda por ahí. Lo raro es andar ofreciendo becas a cambio de acusaciones falsas. ¿Quién redacción esas denuncias, mae? Esa es la gran incógnita, vamos.
Y para rematar, salió a la luz que Zúñiga y Blanco no se llevaron profesionales en sociología ni psicología a Turrialba. ¡Cómo iba a faltar! ¿Para qué necesitaron ir si ya tenían la denuncia lista para entregar? Parecía una visita protocolaria, más que una investigación seria. Se fue al traste, vamos. Todo esto pinta más turbio que el café del mañanero.
Con todo este embrollo legal y político, queda la pregunta en el aire: ¿Estamos viendo una campaña coordinada para desprestigiar al OIJ o simplemente una gestión ineficiente y llena de huecos en el Inamu? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera vara aquí?
La cosa empezó porque parece que alguien, allá por Turrialba, levantó polvo con una denuncia bastante peculiar. Según cuentan, funcionarios del Inamu, incluyendo a la mismísima Zúñiga y su abogada Claudia Blanco, andaban ofreciendo una beca en Derecho y otros chinches a una señora a cambio de que firmara una denuncia falsa contra Randall Zúñiga, el jefe del OIJ. ¡Imagínate el brío! Una beca a cambio de armar un escándalo... eso sí que es maña, chunche.
Nicolás, el diputado Francisco Nicolás, le metió presión a Yerlin con preguntas directas, buscando saber cuántas veces había ido a tocar puertas de mujeres golpeadas. Pero la presidenta del Inamu se escudó en que “hay casos complejos que requieren mi intervención”. ¡Digo, obvio! Pero nadie le creyó del todo, porque no dio ningún número concreto. Era como si estuviera tapándose los ojos con las manos, ¡qué torta!
Y ni hablar de Luz Mary Alpízar, que le soltó la bronca preguntándole dónde estaban esos protocolos que justifican que ella atienda ciertos casos y otros no. Ahí Zúñiga sacó la artillería pesada, argumentando que todos los funcionarios tienen la obligación de ayudar a las mujeres. Pero Alpízar no se quedó callada: "No están atendiendo todos los casos igual, ¿verdad? Porque tú te haces la heroína con algunos y a otros los dejas botando."
Luego vino el asunto de las 14 denuncias. Al parecer, en un principio se hablaba de 14 mujeres dispuestas a presentar cargos contra Randall. Pero Zúñiga se defendió diciendo que fue culpa de un medio de comunicación, sin querer especificar cuál. ¡Uy, qué pena! Todos los diputados, claro, apuntaron directo a OPA Central Noticias, dejando caer que ahí se inventaron la historia. Kattia Cambronero le tiró encima, diciéndole que había roto la confidencialidad de los casos al revelar esa información. "El Inamu trabaja bajo confidencialidad, Yerlin, y tú le quitaste toda la magia al asunto."
La abogada del Inamu, la Claudia Blanco, salió a negar todo rotundamente, jurando y perjurando que nadie ha presentado ni llevado ninguna denuncia falsa. Pero luego se descubrió que sí fueron a Turrialba en carro oficial, lo cual ya levanta sospechas. ¡Pero bueno!, dicen que van y vienen, todo el mundo anda por ahí. Lo raro es andar ofreciendo becas a cambio de acusaciones falsas. ¿Quién redacción esas denuncias, mae? Esa es la gran incógnita, vamos.
Y para rematar, salió a la luz que Zúñiga y Blanco no se llevaron profesionales en sociología ni psicología a Turrialba. ¡Cómo iba a faltar! ¿Para qué necesitaron ir si ya tenían la denuncia lista para entregar? Parecía una visita protocolaria, más que una investigación seria. Se fue al traste, vamos. Todo esto pinta más turbio que el café del mañanero.
Con todo este embrollo legal y político, queda la pregunta en el aire: ¿Estamos viendo una campaña coordinada para desprestigiar al OIJ o simplemente una gestión ineficiente y llena de huecos en el Inamu? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera vara aquí?
