Amadito
Forero Regular
Hoy en día el poder político en Costa Rica está repartido en un menjunje de caciques dueños de sindicatos, instituciones autónomas, órganos adscritos, ochenta y pico alcaldías y un montón de partiduchos que no sirven como base de la democracia; sino como taxis para el guapo de turno, o para defender los intereses de un sector específico sin necesariamente contar con una visión de Estado (sindicalistas, municipalistas, evangélicos, "UCCAEPístas"), entre otras cosas.
A este escenario hay que sumarle que Costa Rica, en su afán de combatir la corrupción, hizo que prácticamente todo tenga que pasar por la Asamblea, dejando la figura del presidente como un ente que le propone a la Asamblea y gestiona las decisiones finalmente tomadas, pero que en realidad carece de poder real que se pueda traducir en acciones inmediatas ante las emergencias que surjan, caso contrario al que ahora mismo podemos ver en Argentina en donde (si bien es cierto está considerablemente peor que CR) se puede ver que la figura del presidente sí tiene poder real, como se puede apreciar en los DNUs que Milei firmó no más entrando su mandato.
¿Esta situación tiene fin? A mí lo único que se me ocurre es que, en algún momento, los ticos finalmente nos pongamos las pilas, y formemos un movimiento político que realmente unifique al país, lo cual traducido en hechos palpables: que algún día nos dejemos de varas y podamos ponernos de acuerdo en poner un partido, sea el que sea, con por lo menos 38 diputados al menos (la llamada mayoría calificada); o incluso más, volver a un esquema bipartidista en donde tanto el gobierno como la oposición tengan poder para formar una agenda nacional y llegar a acuerdos en un tiempo razonable.
Mientras tanto con el cacique que pusimos en casa presidencial, que ni redactar un decreto sabe hacer, y con la sopa de letras que es la Asamblea, no nos queda más que soñar con que podría llegar a ser este país; digo, especular, nada más (no hace ningún daño), porque viendo cómo están las cosas, de aquí a las elecciones del 2026, no nos queda nada más que esperar y ver cómo los años pasan y nada cambia…
A este escenario hay que sumarle que Costa Rica, en su afán de combatir la corrupción, hizo que prácticamente todo tenga que pasar por la Asamblea, dejando la figura del presidente como un ente que le propone a la Asamblea y gestiona las decisiones finalmente tomadas, pero que en realidad carece de poder real que se pueda traducir en acciones inmediatas ante las emergencias que surjan, caso contrario al que ahora mismo podemos ver en Argentina en donde (si bien es cierto está considerablemente peor que CR) se puede ver que la figura del presidente sí tiene poder real, como se puede apreciar en los DNUs que Milei firmó no más entrando su mandato.
¿Esta situación tiene fin? A mí lo único que se me ocurre es que, en algún momento, los ticos finalmente nos pongamos las pilas, y formemos un movimiento político que realmente unifique al país, lo cual traducido en hechos palpables: que algún día nos dejemos de varas y podamos ponernos de acuerdo en poner un partido, sea el que sea, con por lo menos 38 diputados al menos (la llamada mayoría calificada); o incluso más, volver a un esquema bipartidista en donde tanto el gobierno como la oposición tengan poder para formar una agenda nacional y llegar a acuerdos en un tiempo razonable.
Mientras tanto con el cacique que pusimos en casa presidencial, que ni redactar un decreto sabe hacer, y con la sopa de letras que es la Asamblea, no nos queda más que soñar con que podría llegar a ser este país; digo, especular, nada más (no hace ningún daño), porque viendo cómo están las cosas, de aquí a las elecciones del 2026, no nos queda nada más que esperar y ver cómo los años pasan y nada cambia…