En virtud de mi trabajo y lo he contado, hace 20 años estuve conectado con la construcción de viviendas, cuando se inició el famoso bono. Tuve que ir a otros países a ver experiencias. De esos, observé en sitio desarrollos en proceso en Colombia y en Chile y la categoría de ingenieros que tienen.
Además, me tocó lidiar con los ingenieros de Costa Rica. De allí concluí que los ingenieros de Costa Rica son bien malos y esta idea no me la han quitado, más con lo que viví en municipalidades, en donde una calle se construía y seis o nueve meses después no servía.
Se reparan calles y en el primer aguacero se destruyen, pero el año siguiente y el que sigue y el que sigue, se vuelve a reparar y se vuelven a destruir. Un gremio que no se ha puesto a pensar, a investigar, de qué manera parar esa barbaridad. El estado de las carreteras deja mucho que desear de la calidad de ingenieros de Costa Rica. Independiente que sea el gobierno, concesión o contratación con una empresa privada, quienes diseñan, dirigen y supervisan son ingenieros costarricenses. ¿O no?
Ahora, para que me digan que la construcción en Costa Rica es antisísmica y ha funcionado le aclaro que eso se debe a Franz Sauter un ingeniero alemán, cuya familia se vino a Costa Rica luego de la guerra, el estudió ingeniería y por sus propios medios hacía evaluaciones en otros países de los sismos. A él se debe toda la reglamentación. Si no fuera por él, estariamos con las casas en los suelos.