http://www.nacion.com/ln_ee/2009/octubr ... 26975.html
El 9 de octubre anterior, mi familia y yo fuimos víctimas del ensañamiento y del abuso policiales en el último lugar y momento que yo hubiese imaginado: durante un concierto en los Estados Unidos.
A una semana del horror vivido, no puedo más que hacer público lo sucedido, con dos firmes propósitos: exigir públicamente una disculpa y la reparación de los daños a las autoridades estadounidenses, y alertar a todos aquellos que puedan estar expuestos a una situación similar.
Esa noche, con mi hijo y mi novio, asistí al concierto de U2 en Tampa, Florida. El canal local de noticias nos entrevistó antes del concierto, y el espectáculo transcurrió con la magnificencia que despliega la mejor banda del mundo.
Casi al final del concierto, decidimos bajar un piso para evitar aglomeraciones y nos detuvimos en el balcón por unos segundos para terminar de escuchar With Or Without You , que aun sonaba.
Entonces, un policía se acercó y nos gritó que debíamos abandonar el lugar, así que decidimos volver a nuestros asientos.
Cuando subíamos las escaleras, de vuelta al lugar que nos correspondía, el policía nos persiguió, me acercó un foco iluminado a los ojos, me tomó con fuerza por los brazos y me exigió abandonar el estadio.
Le mostré las entradas que habíamos pagado, le respondí que estábamos regresando a los asientos que nos correspondían y que no saldríamos del estadio hasta que el espectáculo culminara.
El 9 de octubre anterior, mi familia y yo fuimos víctimas del ensañamiento y del abuso policiales en el último lugar y momento que yo hubiese imaginado: durante un concierto en los Estados Unidos.
A una semana del horror vivido, no puedo más que hacer público lo sucedido, con dos firmes propósitos: exigir públicamente una disculpa y la reparación de los daños a las autoridades estadounidenses, y alertar a todos aquellos que puedan estar expuestos a una situación similar.
Esa noche, con mi hijo y mi novio, asistí al concierto de U2 en Tampa, Florida. El canal local de noticias nos entrevistó antes del concierto, y el espectáculo transcurrió con la magnificencia que despliega la mejor banda del mundo.
Casi al final del concierto, decidimos bajar un piso para evitar aglomeraciones y nos detuvimos en el balcón por unos segundos para terminar de escuchar With Or Without You , que aun sonaba.
Entonces, un policía se acercó y nos gritó que debíamos abandonar el lugar, así que decidimos volver a nuestros asientos.
Cuando subíamos las escaleras, de vuelta al lugar que nos correspondía, el policía nos persiguió, me acercó un foco iluminado a los ojos, me tomó con fuerza por los brazos y me exigió abandonar el estadio.
Le mostré las entradas que habíamos pagado, le respondí que estábamos regresando a los asientos que nos correspondían y que no saldríamos del estadio hasta que el espectáculo culminara.