Yo tuve dos experiencias con taxistas. La primera, hace años ya, andaba en el antiguo club OH, al regreso tomé un taxi a las afueras, evidentemente iba en estado etílico y el taxista, un señor maduro, pelón, fibroso muy entero con cara de pocos amigos al que le dije que por favor pasáramos por el cajero del BAC para sacar el efectivo y así poder pagarle. Resulta que llegamos al de Tibás y el cajero no funcionaba. En esa época se empezó a implementar la política de no expedir dinero en los cajeros después de las 10 p.m. por lo que quede feo. Después de un rato de estar dele y dele llamando a los del servicio al cliente regreso al taxi, le explico al man y me dice ¡Que tirada, que vamos a hacer! Yo que soy consciente de la situación le digo que le puedo dejar alguna de mis pertenencias y en la mañana pasa a mi casa que yo ahí le tengo el dinero, a lo que me responde el taxista: no no jueputa yo quiero que me lo pague en especias y de una vez , se desabrocha el pantalón, saca el leño, tira el respaldar para atrás y este ni lerdo ni perezoso se puso a honrar la deuda jaja! No duró 1 minuto, el roco hasta se entiesó cuando tiró la leche. Y ahora, saldada la deuda, me llevó a casa y colorín colorado.