aquí está un fragmento de un texto que me encontré que hace referencia a esos estudios
En el caso más concreto de la conducta agresiva en la mujer se ha relacionado una determinada fase del ciclo menstrual con cambios de humor, e incluso con conducta delictiva. Nos estamos refiriendo al denominado «Síndrome Premenstrual» (SPM) que relaciona las fluctuaciones hormonales en la mujer con determinada sintomatología agresiva, irritativa, de ansiedad, depresión, etc. Es Frank en 1931 quien describe por primera vez un conjunto de síntomas, entre los que destaca la «tensión nerviosa», que aparecen de 7 a 10 días antes de la menstruacción y que se alivian con la aparición del sangrado periódico. Este autor propone como causante de todo ello a las hormonas ováricas. El término de «Síndrome Premenstrual» es acuñado por Greene y Dalton (1953) para referirse a una serie de síntomas diversos que aparecen tras la ovulación y se acentúan en los días que preceden a la menstruación, desapareciendo con la llegada de ésta.
Los síntomas del SPM son de dos tipos: somáticos y psicológicos. En una reciente revisión sobre el tema Bancroft y Báckstróm (1985) encuentran que los cambios psicológicos prementruales más importantes son los siguientes: irritabilidad, depresión y falta de energía. Lerma (1987) encontró que un 46% de las mujeres estudiadas presentaban un aumento de la irritabilidad en la fase premenstrual. Este aumento de la irritabilidad premenstrual podría contribuir a un aumento de los actos agresivos durante esta fase del ciclo (Floody, 1983).
Existen diversos estudios en los que se pone de manifiesto un mayor número de actos agresivos cometidos durante la fase premenstrual.
Morton y colr., (1953) observaron que el SPM conlleva un aumento de la irritabilidad y de la hostilidad, que puede llegar a una agresividad dc tipo irritativo que, sobre todo en sujetos con poco autocontrol, puede desencadenar un acto violento. Los antecedentes judiciales de una serie de reclusas por él estudiadas mostraron que el 60% de los actos de violencia criminal realizados por mujeres ocurren durante la semana premenstrual, mientras sólo el 2% se realizaron al final del período menstrual.
Una de las autoras que más ha destacado en el estudio de la asociación entre ciclo menstrual y comisión de delitos es la Dra. Dalton. Llevó a cabo una investigación con internas que arrojó el resultado de que al menos la mitad de las mujeres estudiadas cometieron su delito durante la menstruación o el premenstruo (Dalton, 1961). Ellis y Austin (1971) informan de un estudio realizado con 45 presas durante tres ciclos menstruales consecutivos; se registraron los actos agresivos por parte de los oficiales de la prisión, y encontraron 174 conductas agresivas que se presentaron en los días premenstruales y menstruales, de los cuales 1/3 fueron ataques físicos y 2/3 verbales. Además durante los días premenstruales se encontraron altos niveles de irritabilidad en los autorregistros de las propias mujeres. Este aumento de la irritabilidad y de la agresividad en el período premenstrual se ha repetido en los estudios de la Dra. Dalton. Así encontró que la incidencia de maltrato infantil era mayor en las fases pre- y menstrual (Dalton, 1975). Dalton (1980) en un estudio realizado con tres mujeres que presentaban historias delictivas cíclicas se las diagnosticó de SPM, y fueron tratadas con éxito con progesterona; también en ese mismo año participó en dos juicios en Inglaterra en los que testificó que dos mujeres que presentaban historiales de comisión de actos incontrolables de agresión sufrían una forma severa de SPM. La Dra. Dalton consiguió eliminar sus impulsos agresivos por medio de terapia con progesterona. El tribunal encargado de juzgarlas les concedió la libertad provisional en vez de imponerlas una condena de prisión.
A pesar del éxito que preconiza K. Dalton de tratar a las sufridoras del SPM con progesterona natural, basándose en que el síndrome estaría causado por un déficit de la misma, lo cierto es que la etilogía de dicho síndrome permanece aún sin aclarar, al tiempo que se han achacado a sus estudios problemas metodológicos (Koeske, 1987). Fundamentalmente, el SPM se ha intentado explicar desde el «Modelo Médico» estableciendo el énfasis en las hipótesis biológicas y proponiendo una relación causa-efecto entre biología y sintomatología, postulando que un desequilibrio fisiológico asociado con el premenstruo sería la causa de los síntomas que se experimentan como SPM. Desde este punto de vista son numerosas las hipótesis que existen sobre la causa del SPM. Para Kausch y Janowsky (1983) no existe suficiente información para definir precisamente qué hormonas, neurohormonas o combinación de hormonas son las causantes del SPM. Niveles elevados, o rápidos descensos de estrógenos, progesterona, aldosterona, angiotensina, prolactina, andrógenos e incluso ciertos neurotransmisores podrían relacionarse con la inestabilidad emocional y fluctuar durante la fase lútea o premenstrual del ciclo. Para Koeske (1987) los estudios que ponen el énfasis en una determinada sustancia biológica para encontrar una explicación al SPM son inconclusos, y las investigaciones se caracterizan por no ser sistemáticas y poseer errores metodológicos.