Nenejita!
ANÓNIMO
Buenísimo MóNo necesitaba ver su rostro para comprender que podía enamorarme.
No necesitaba tocar su piel para entender que era lo que necesitaba.
No necesitaba sentir el latido de su corazón para sentir el amor de Dios a través de él.
No necesitaba que estuviera aquí, sino ahí.
Me bastaba con la ilusión de su compañía.
Me bastaba con imaginar noches de risas y música.
Me bastaba con soñar con los mil lugares que conoceríamos.
Me bastaba con sus palabras reconfortantes.
Me bastaba solo y principalmente la idea de su presencia.
Me hace pensar que el amor y el cariño son como una semillita que se planta en nuestro corazón pero que alimentamos con nuestros pensamientos, en el momento que dejamos de pensarlos, lentamente mueren y desaparecen.