Desde hace poco más de 1 mes he venido saliendo con una ex compañera de colegio. Solíamos besarnos a la salida de clase, hace muchos años. En algún momento durante esos lindos y calurosos días de noviembre se llegó incluso a hablar de amor eterno, sexo, noviazgo, felicidad y otras tantas tonterías más. Sigue siendo atractiva. Sus kilos de más contrario de restarle atractivo en general le ha otorgado cierto atractivo sexual —al menos desde mi punto de vista—. La trillada y casi innecesaria práctica de hablar del pasado ha servido de mucho para adornar nuestras salidas. Ella tiene su vida y su mundo y yo trato de sobrevivir en el mío y solo los unificamos 1 día a la semana —de esta van 2— cuando tomamos algo y compartimos la cama, cigarros y anécdotas.
La mujer me agrada y si estamos en el mismo camino de hablar, cenar, coger y tal vez desayunar, muy bien. Un pequeño inconveniente podría ser el que tenga un hijo: varón, de 7 años de edad, feo, perspicaz y se encariña fácilmente. Esta es la parte complicada. Los niños en general están bien —algunos parecen hijos del mismo demonio— pero tampoco es mi rollo, ¿vale? Para favorecer mi relación con la madre, al pequeño le regalé un carro de juguete de esos que venden en Toys y que son caros —bien, no sé si son caros pero nunca había pagado 9580.00 por un feo carro de plástico— y parece haberle gustado. Espero que ninguno ni ella ni él hayan esperado que me sentaría a jugar.
Yo quisiera saber cómo hago para seguir follando con ella sin involucrarme con el niño. Yo no soy padre porque la naturaleza es sabia y la verdad prefiero que siga siendo así. Me gusta la aventura con esta mujer pero tampoco me veo amándola ni ella encariñada de este pobre diablo, su servidor. El problema se presenta porque ella insiste mucho —como madre orgullosa— en que me comunique más con el niño y no sabría para qué querría ella tal cosa. ¿Querrá que el chico crezca siendo un pervertido? Como sea...
Pronto llegarán los días de paseos, visitas al Parque de Diversiones, cumpleaños con los niños amigos de su hijo, domingos "familiares" y comprar más carros y más caros. Yo solo quiero hablar un rato con ella hasta que no queden temas y coger hasta que no queden ganas. De verdad la respeto y a su pequeño pero no quiero involucrarme demasiado.
Si se lo preguntan pues claro que ya le hablé mis intenciones a esta mujer. Fue de lo primero que se habló mas parece que ella puede estar olvidándose de nuestra pequeña charla: un contrato que sellamos con un polvazo.
La mujer me agrada y si estamos en el mismo camino de hablar, cenar, coger y tal vez desayunar, muy bien. Un pequeño inconveniente podría ser el que tenga un hijo: varón, de 7 años de edad, feo, perspicaz y se encariña fácilmente. Esta es la parte complicada. Los niños en general están bien —algunos parecen hijos del mismo demonio— pero tampoco es mi rollo, ¿vale? Para favorecer mi relación con la madre, al pequeño le regalé un carro de juguete de esos que venden en Toys y que son caros —bien, no sé si son caros pero nunca había pagado 9580.00 por un feo carro de plástico— y parece haberle gustado. Espero que ninguno ni ella ni él hayan esperado que me sentaría a jugar.
Yo quisiera saber cómo hago para seguir follando con ella sin involucrarme con el niño. Yo no soy padre porque la naturaleza es sabia y la verdad prefiero que siga siendo así. Me gusta la aventura con esta mujer pero tampoco me veo amándola ni ella encariñada de este pobre diablo, su servidor. El problema se presenta porque ella insiste mucho —como madre orgullosa— en que me comunique más con el niño y no sabría para qué querría ella tal cosa. ¿Querrá que el chico crezca siendo un pervertido? Como sea...
Pronto llegarán los días de paseos, visitas al Parque de Diversiones, cumpleaños con los niños amigos de su hijo, domingos "familiares" y comprar más carros y más caros. Yo solo quiero hablar un rato con ella hasta que no queden temas y coger hasta que no queden ganas. De verdad la respeto y a su pequeño pero no quiero involucrarme demasiado.
Si se lo preguntan pues claro que ya le hablé mis intenciones a esta mujer. Fue de lo primero que se habló mas parece que ella puede estar olvidándose de nuestra pequeña charla: un contrato que sellamos con un polvazo.