Ahora que hablan de cultos y esas cosas, hace como 3 años me pasó un chile con algo así: la cosa es que por mi casa hay una gran colonia de gringos, un día esperando el bus conozco a una gringa muy guapa, ya me cuenta que está viviendo como a 10 casas de la mía, que tiene 24 años, y todo el cuento; me la vuelvo a topar a los días y ya hablando me dice "¿Querés ir a una fiesta en mi casa?, claro, yo buenísimo imaginandome un Wild On tremendo.
Llega el día de la 'fiesta', voy y me compro un six de birras, me alisto y me voy para la casa de ella (mi mente volaba en ese momento), llego todo feliz y lo que me encuentro es un grupo de 12-15 gringos sentados en la sala orando. Se me quedan viendo porque yo llevaba las birras en la mano, me hace el 'íder': "muchachou, aquí no tomar cerveza, el licor ser muy malo parra el cuerpo y parra el alma". Vuelvo a ver a mi gringuita y ni para que, la pobre tenía una cara de decepción tremenda. "Ya con esta no me caso" pensé yo.
Bueno, voy y dejo el six en la refri (ni a putas las iba a botar), me siento a ver que es la cosa y todo estaba normal, ahí conversaban de experiencias que habían tenido en la vida y toda la cosa; ya como a la media hora me empiezo a incomodar, "¿En qué carajos me fui a meter?" decía una y otra vez, me despisto un toque y me voy a la cocina, ocupaba un minuto lejos de tanta hablada de basura, en eso llega otra gringuilla, probablemente de unos 19-20 años, claro, la bandida quería tomarse una cerveza, me pregunta que si le regalaba una, "diay si, porta'mi" pensé, "Sure, take wuan ************SPAM/BANNEAR************ my birs" (sacando a relucir el cursillo de inglés). Nos fuimos al patio a tomarnoslas, todo tranquilo, hasta me fumé como dos cigarrillos, "Can you teach me how to smoke?" me preguntó la chavala, ahí si me puse a pensar un toque, me pareció muy raro, "No, no, smoking it's very bad, mucho bad for you" le decía y le decía; bueno para no hacer el cuento muy largo en eso se apareció el 'líder' de esa secta, se le olvidó todos sus sermones acerca del perdón y la comprensión al prójimo, me pegó una cagada y literalmente me hizo sacado de la casa casi a patadas.
Está de sobra decir que nunca más volví a hablar con mi gringuita...