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Así que lo que dicen acerca de impunidad es una vil y alevosa mentira. Y es el colmo de la ingratitud, cuando miembros del Ejército de EEUU han trabajaodo acá en innumerables proyectos, ayudando a comunidades alejadas; para que ahora los resentidos de siempre vengan con el discursito de soberanía a lanzar infundios.
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respecto a los ataques como son solo eso que se queden de donde le salieron supongo la vilis en cuanto al parrafo de arriba....
¿Qué pasa, en realidad, cuando un soldado estadounidense comete algún crimen en el país de acogida, por ejemplo violando a una mujer? Si es denunciado, raramente eso llega a juicio. Si la justicia local puede levantar un proceso en su contra (dependiendo del grado de inmunidad estipulado en el acuerdo para la instalación de las bases), generalmente la presión ejercida por los Estados Unidos sobre el gobierno de ese país manipula el éxito del proceso. Sin embargo, en muchos de los países donde EEUU tiene sus bases e instalaciones militares, los acuerdos prevén que no sea la justicia local a encargarse del caso, sino las autoridades estadounidenses;
(este es el caso de costa rica) los eventuales procesos se llevan a cabo en Estados Unidos (dónde generalmente el soldado en cuestión queda exento de pena). El hecho de que el proceso se desarrolle en EEUU y no en el país en el cuál se cometió el delito tiene además como consecuencia que la víctima, en nuestro ejemplo la mujer que ha sido violada, no sepa como siguió ni como terminó la acción legal, es decir: si su violador fue juzgado culpable, si cumple una pena o sigue en libertad. Además, no es sólo la víctima, la que no sabe: en el acuerdo firmado hace pocos meses entre Estados Unidos y el gobierno colombiano se especifica también que en el caso de crímenes cometidos por el personal estadounidense en territorio colombiano, las autoridades de EEUU (las únicas autorizadas a poder realizar investigaciones y procesamientos) brindarán informaciones sobre su labor a las autoridades colombianas, pero "en el marco de sus capacidades".
Es así como la
inmunidad de la que goza el personal estadounidense se convierte de manera casi automática en impunidad.
Otro caso
En Filipinas, en 2006, el marine estadounidense Daniel Smith fue juzgado y condenado a 40 años de reclusión por violencia sexual hacia una joven mujer, conocida en la prensa bajo el pseudónimo de Nicole. Para las organizaciones filipinas que luchan para los derechos de las mujeres se trató de una victoria significativa, ya que en los años 80, cuando la presencia de EEUU era maciza, los tribunales filipinos habían rechazado más de 80 denuncias de violaciones cometidas por los soldados estadounidenses. Sin embargo en 2009, tres años más tarde, Nicole se retractó de manera confusa e "inexplicable" de su testimonio y emigró para los Estados Unidos. A los pocos meses, a pesar de que varios testigos oculares siguieron confirmando como la mujer había sido víctima de violación, el tribunal filipino dio la absolución a Daniel Smith y lo declaró inocente. El nuevo veredicto suscitó indignación y protestas. "El gobierno de Filipinas nunca apoyó Nicole" declaró Evalyn Ursua, quien antes de la retractación era la abogada de la joven, "ya habíamos visto las presiones de parte de EEUU, la mano de los EEUU, desde el primer día. Vimos también como el gobierno filipino cedió a la presión". Una de las consecuencias más graves es que el éxito de este caso crea un peligroso antecedente: desalentará a las víctimas para presentar denuncias e influenciará los juicios en casos similares
La presencia de bases militares extranjeras se acompaña también por un alto índice de delitos sexuales en contra de mujeres y niñas; y, de manera generalizada, la casi totalidad de estos delitos queda impune.
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