Maes qué buenas historias!! Ojalá más se apunten a contar sus relatos y los que quedaron inconclusos sería genial que las terminen porque lo dejan a uno con el pendiente y, óigame, no es justo jajaja.
Ya desearía yo tener historias así de buenas en mi adolescencia, pero crecí en una familia muy controladora y religiosa así que aunque me picaba el miquito desde muy güila pues tuve que esperar buen rato antes de conocer varón. Eso si, logré recuperar el tiempo perdido y graduarme con honores en el arte de mamar picha!! Lo que más amo en el mundo.
En fin, les voy a compartir una historia que es lo más parecido que tengo en mi repertorio a las que han contado acá y espero que les guste.
En el barrio donde crecí, en la esquina de mi cuadra, había una mae que me llevaba siete años. Me fascinaba. Era todo lindo y simpático y bueno era mi crush de adolescencia. Cuando yo tenía unos 15 años, recuerdo que el mae ya tenía su carrito, un vochito viejo color amarillo y una de las imágenes que tengo grabadas es verlo lavando el carro sin camisa y en un short de mezclilla todo talladito y empapado en agua y jabón.
El mae era todo buena gente y cuando yo pasaba me saludaba y bueno yo ya sentía que lo amaba jajaja pero en mi timidez seguía mi camino aunque los ojos casi se me salían de lado viendo aquel espectáculo de mae casi desnudo en media calle.
Además, recuerdo que en clases de Artes Industriales en el colegio nos pidieron una Regla T y mi mamá habló con la mamá de él y consiguió que me prestara la suya. Esa tarde, cuando regresé del cole, mi mamá me dijo: ‘vea lo que le conseguí’. Yo la tomé y le di vuelta y tenía el nombre del vecinito grabado en el lado de atrás. No les puedo explicar lo que sentí, pero era algo parecido al amor jajaja Si hubiera podido me hubiera metido esa regla ya que es lo más cercano que estaría de cumplir mi fantasía, según mi yo adolescente.
Resulta que, a los pocos años, el mae se fue a vivir a EEUU mientras yo lograba por fin salir de mi adolescencia reprimida y ya empecé a andar con maes y bueno obvio me olvidé de mi obsesión con el mae.
La hermana de él es lesbiana y bueno, una noche, yo tenía como 28 años, me fui a un bar gay con unos amigos y en eso la veo a ella con un grupo. La saludé a la distancia y uno de los maes que estaba de espalda se volvió a ver a quien había saludado y veo que era mi fantasía de adolescente que había venido de visita!!! Sentí que el corazón me latía, como en una telenovela, y el mae que es bien sociable se vino y me dio un abrazo y empezamos a hablar. En mi cabeza yo pensé que el mae estaba ahí en el bar gay para acompañar a su hermana pero no, resulta que el mae siempre había sido gay… siempre maes!!!! siempre!!! Y yo por pendejo había perdido la oportunidad de cumplir mi fantasía de quinceañero pero esa noche no iba a dejar que se me escapara.
Nos apartamos de nuestros grupos y nos fuimos a otra barra y ahí pude contarle mi ‘historia de amor’ hacia él y se reía mientras le contaba como yo babeaba cuando lo veía sin camisa y todo mojado o todo lo que suspiré abrazado a su Regla T. La sorpresa fue que él me confesó que yo siempre le había gustado también y me dijo que cuando yo tenía quince años no podía dejar de mirarme cuando pasaba con uniforme del cole y que le encantaba mi trasero pero que yo nunca le di pelota jajajaja. La vara es que esa noche en la barra terminamos apretando como dos adolescentes. No lo podía creer. Estaba besando a mi fantasía de carajillo. Nos pasamos los números y quedamos de vernos antes de que se regresara a Florida.
Obviamente esta vez no iba a perder el tiempo y al día siguiente quedamos de vernos en la casa de un amigo mío que tenía una fiesta con un grupo pequeño. Cuando el mae llegó no lo podía creer, era como si el tiempo se hubiera devuelto. Ya el mae estaba treintón pero seguía siendo casi el mismo o incluso mejor. Me lo llevé a recorrer la casa de mi amigo y en uno de los cuartos, nos sentamos en la cama a conversar. Unos segundos después nos empezamos a besar y luego a tocar. El mae no es muy alto pero estaba bien sabroso, con muy lindas piernas y bueno, la carita linda de siempre, empecé a tocarlo todo y él a mí. Luego le manoseé la maleta y le fui abriendo el zipper y de una me mandé a mamarlo. Yo seguía sin creerlo. Luego el mae hizo lo mismo y me empezó a mamar y yo sentía que estaba como en el cielo. Estuvimos saliendo varias veces antes de que regresara y fuimos una vez al motel y fueron unos días inolvidables en los que logré cumplir mi fantasía adolescente… casi 15 años después. Así que maes no pierdan la fé que mientras haya vida hay esperanza y lo que está para uno tarde o temprano llega, pero sí hay que ser un poco lanzado a veces o tener mucha suerte… o un poco de las dos.