Abominable
ANÓNIMO
Hice una búsqueda para ver si había algún tema de "Primera Vez", pero no logré encontrar uno (me pareció raro), así que abro este tema para compartir mi primera vez y leer de otras primeras experiencias. Si ya hay un tema de esto, pero favor me disculpan y que algún moderador mueva el mensaje.
La cosa es hace tiempo que no me acordaba de mi primera vez con un mae, pero en estos días me he estado acordando porque fue en un fin de semana largo, por el primero de mayo, hace un poco de años.
Yo tenía como 17, y nos fuimos de fin de semana a la casa de la finca de un tío, cerca de Orotina, mis papás, mi hermana mayor, y yo. Allí estaba un par de tíos con sus familias, así que era un buen molote de gente. La cosa es que, ya para dormir, no había campo para tanta gente, así que yo (pollo!) me ofrecí para dormir afuera con un primo, en una tienda de campaña. Mi primo tenía como 20 o tal vez 21, y cuando nos veíamos en cosas de familia nos llevábamos muy bien, con vacilones, buena confianza y todo.
Ya a la hora de irse a dormir, todo el mundo se fue bañando y despareciendo. Nosotros tuvimos que cerrar el zipper de la tienda de campaña porque había muchos mosquitos afuera. Como estaba un toque caliente la noche, y la tienda cerrada, nos quedamos solo en panta y nos pusimos a hablar paja. Al rato mi primo dijo que tenía mucho calor y que se iba a quitar la panta, pero que yo no fuera a decir nada después. Nos echamos unas risas y se quitó la panta. El muy vivo comenzó a joder diciendo que yo era demasiado gallina para quitarme la panta, así que me la quité y me quedé en pelotas. Hubo más risas, pero nada más: solo seguimos hablando paja, los dos en pelotas. Al rato nos fuimos quedando dormidos.
A alguna hora de la madrugada yo como que me desperté porque algo me incomodaba, y me di cuenta de que era mi primo, que tenía su cuerpo todo pegado al mío. No supe qué hacer, así que me quedé quieto. Yo no sé si al inicio mi primo estaba despierto o no, pero al ratito comenzó a mover su brazo, suavecito, y me lo puso sobre mi cadera. Después, al ratito, comenzó a mover su mano, acariciándome la cadera y la nalga de ese lado. Yo al principio estaba más sorprendido que asustado, pero tengo que ser honesto: al momento me comenzó a gustar todo aquello y se me comenzó a parar el soldado.
Sin saber qué hacer, se me salió como un suspiro o un gemido suavecito y mi primo se quedó quieto un segundo, pero después siguió. Yo creo que se evalentonó, porque como que me abrazó un toque para llegar al otro lado y tocarme la verga. Cuando se dio cuenta de lo parada que la tenía, se puso a acariciármela un toque, sobre todo la cabeza, y después se regresó a la cadera y las nalgas. Ya para entonces, yo estaba suspirando más descarado, haciendo ruiditos que no podía evitar y yo creo que hasta jadeando un toque.
Desde atrás, mi primo me arrimó la verga a las nalgas y me comenzó a rozar. Como yo no me quité ni reaccioné mal, el mae siguió acariciándome más duro, con sus manos por todo lado, y con la verga toda dura pegada a mis nalgas. De pronto, el mae me habló, lo que me dio mucho color porque, obvio, el mae ya sabía que yo estaba despierto y participando de la vara. Me dijo que me acomodara con una pierna doblada, como hacia arriba, y entonces metió una mano y comenzó a acariciarme el puro culo… a partir de ahí, yo ya no habría podido parar ni aunque hubiera querido.
En eso me di cuenta de que el mae estaba como buscando algo por ahí y noté que estaba abriendo el bloqueador solar. Luego sentí cuando me pasó por el culo la mano toda resbalosa con el bloqueador solar. Yo me sentí en la gloria con esa caricia húmeda en el puro ojete, pero hasta ahí a mí ni se me había ocurrido que lo que él estaba haciendo era lubricándome y dilatándome… yo solo estaba disfrutando de todo aquello tan nuevo para mi (ya yo tenía algunas experiencias gracias a mi hermana mayor, pero nunca me habían tocado el culo: ¡eso era otro nivel!).
Después mi primo se acomodó un toque y sentí cuando me puso la verga entre las nalgas. Se acomodó otro toque y me la comenzó a meter… ¡Oh maravilla! Primero fue como si la cabeza de la verga de mi primo hiciera “Plop!” al pasar y quedar adentro. Después fue demasiado rico sentir cómo esa verga se resbalaba despacito hacia dentro de mi culo, haciéndome sentir lleno de una forma que nunca antes había sentido. Después el mae como que me agarró de las caderas y comenzó a darme por las nalgas, primero despacito, y después con más ganas. Mete-saca, mete-saca. El asunto es que el mae le dio y le dio, y yo con los ojos en blanco, haciendo ruiditos bajitos y casi sin moverme, hasta que el mae explotó. Fue delicioso sentir esa inesperada explosión: podía sentir la verga del mae palpitando, sus jadeos en mi nuca, sus manos en mi cadera, y el chorro de algo caliente moviéndose dentro mío.
Después de unos jadeos y unas risas, me dijo “Mae, ahora le toca a usted”, y se dio media vuelta, poniéndome las nalgas. Yo no podía dejar de cumplir, así que lo acomodé un toque diferente, con las nalgas hacia arriba como seguro había visto en alguna cinta porno, lo embadurné de bloqueador solar, me subí como arriba de él y se la metí por el culo. Lo estuve bombeando un ratito, pero la verdad no sentí nada tan especial ni diferente que si fuera una mujer. Estuvo bueno, y con un montón de morbo por el tabú y todo eso, pero nada más. Yo creo que ahí mismo fue que decidí que me gusta mucho más que me la metan a mí.
Cuando terminé no pasó nada más. Nos limpiamos con lo que fuera y nos pusimos a dormir. Al día siguiente, todo normal, como si nada hubiera pasado… hasta la hora de irnos a dormir.
La otra noche, ya en la tienda con el zipper cerrado y todo oscuro, mi primo tomó la iniciativa de una vez y yo, ni tonto que fuera, me dejé hacer de todo. Esa segunda noche mi primo me mamó la verga un buen rato, me chupó los huevos hasta que se cansó, y después me abrió las puertas de otro universo cuando comenzó a chuparme el culo… ¡Qué cosa más deliciosa es que le coman el culo a uno! Después yo le devolví el favor: esa noche me comí mi primera verga y lo más importante es que descubrí el placer extraterrenal de comer culo. Me pueden decir lo que quieran, pero qué delicioso es comerse un buen culo recién bañado, con esas texturas suavecitas y con ese sabor ligeramente dulce que tiene la piel de esa zona. Después de todo eso, mi primo me cogió bien rico, primero con mis piernas sobre sus hombros y después de frente, con mis piernas dobladas… la verga del mae tiene una cabezota, así que fue de lo más rico sentirla entrando y saliendo. Después llegó mi turno y yo se la metí de perrito. Me hubiera gustado metérsela de frente, pero me daba color verlo a la cara mientras estábamos en eso. Y aunque metérsela a un mae no ha resultado ser lo mío, debo decir que ese fue uno de los mejores orgasmos que he tenido en la vida.
Ese fin de semana no pasó nada más (eran solo dos noches… ni modo!), pero al tiempo mi primo y yo nos volvimos a ver y aún ahora nos seguimos viendo ocasionalmente, sobre todo en varas de familia. Y de vez en cuando nos hablamos para vernos en la casa de alguno de los dos, cuando no hay nadie más, y cuando nos encontramos es a lo que vinimos: nos damos unas culiadotas súper sabrosas, tal vez unas dos veces al año, como para no perder la costumbre. Nunca nos hemos dado besos, ni nada así: solo es acariciarnos y coger, pero cuando nos vemos la pasamos súper bien. Me encanta estar con una mujer y sentir las curvas deliciosas de su cuerpo, y el tacto suavecito de su piel… pero qué rico es que, de vez en cuando, un mae se lo coja a uno bien cogido!
La cosa es hace tiempo que no me acordaba de mi primera vez con un mae, pero en estos días me he estado acordando porque fue en un fin de semana largo, por el primero de mayo, hace un poco de años.
Yo tenía como 17, y nos fuimos de fin de semana a la casa de la finca de un tío, cerca de Orotina, mis papás, mi hermana mayor, y yo. Allí estaba un par de tíos con sus familias, así que era un buen molote de gente. La cosa es que, ya para dormir, no había campo para tanta gente, así que yo (pollo!) me ofrecí para dormir afuera con un primo, en una tienda de campaña. Mi primo tenía como 20 o tal vez 21, y cuando nos veíamos en cosas de familia nos llevábamos muy bien, con vacilones, buena confianza y todo.
Ya a la hora de irse a dormir, todo el mundo se fue bañando y despareciendo. Nosotros tuvimos que cerrar el zipper de la tienda de campaña porque había muchos mosquitos afuera. Como estaba un toque caliente la noche, y la tienda cerrada, nos quedamos solo en panta y nos pusimos a hablar paja. Al rato mi primo dijo que tenía mucho calor y que se iba a quitar la panta, pero que yo no fuera a decir nada después. Nos echamos unas risas y se quitó la panta. El muy vivo comenzó a joder diciendo que yo era demasiado gallina para quitarme la panta, así que me la quité y me quedé en pelotas. Hubo más risas, pero nada más: solo seguimos hablando paja, los dos en pelotas. Al rato nos fuimos quedando dormidos.
A alguna hora de la madrugada yo como que me desperté porque algo me incomodaba, y me di cuenta de que era mi primo, que tenía su cuerpo todo pegado al mío. No supe qué hacer, así que me quedé quieto. Yo no sé si al inicio mi primo estaba despierto o no, pero al ratito comenzó a mover su brazo, suavecito, y me lo puso sobre mi cadera. Después, al ratito, comenzó a mover su mano, acariciándome la cadera y la nalga de ese lado. Yo al principio estaba más sorprendido que asustado, pero tengo que ser honesto: al momento me comenzó a gustar todo aquello y se me comenzó a parar el soldado.
Sin saber qué hacer, se me salió como un suspiro o un gemido suavecito y mi primo se quedó quieto un segundo, pero después siguió. Yo creo que se evalentonó, porque como que me abrazó un toque para llegar al otro lado y tocarme la verga. Cuando se dio cuenta de lo parada que la tenía, se puso a acariciármela un toque, sobre todo la cabeza, y después se regresó a la cadera y las nalgas. Ya para entonces, yo estaba suspirando más descarado, haciendo ruiditos que no podía evitar y yo creo que hasta jadeando un toque.
Desde atrás, mi primo me arrimó la verga a las nalgas y me comenzó a rozar. Como yo no me quité ni reaccioné mal, el mae siguió acariciándome más duro, con sus manos por todo lado, y con la verga toda dura pegada a mis nalgas. De pronto, el mae me habló, lo que me dio mucho color porque, obvio, el mae ya sabía que yo estaba despierto y participando de la vara. Me dijo que me acomodara con una pierna doblada, como hacia arriba, y entonces metió una mano y comenzó a acariciarme el puro culo… a partir de ahí, yo ya no habría podido parar ni aunque hubiera querido.
En eso me di cuenta de que el mae estaba como buscando algo por ahí y noté que estaba abriendo el bloqueador solar. Luego sentí cuando me pasó por el culo la mano toda resbalosa con el bloqueador solar. Yo me sentí en la gloria con esa caricia húmeda en el puro ojete, pero hasta ahí a mí ni se me había ocurrido que lo que él estaba haciendo era lubricándome y dilatándome… yo solo estaba disfrutando de todo aquello tan nuevo para mi (ya yo tenía algunas experiencias gracias a mi hermana mayor, pero nunca me habían tocado el culo: ¡eso era otro nivel!).
Después mi primo se acomodó un toque y sentí cuando me puso la verga entre las nalgas. Se acomodó otro toque y me la comenzó a meter… ¡Oh maravilla! Primero fue como si la cabeza de la verga de mi primo hiciera “Plop!” al pasar y quedar adentro. Después fue demasiado rico sentir cómo esa verga se resbalaba despacito hacia dentro de mi culo, haciéndome sentir lleno de una forma que nunca antes había sentido. Después el mae como que me agarró de las caderas y comenzó a darme por las nalgas, primero despacito, y después con más ganas. Mete-saca, mete-saca. El asunto es que el mae le dio y le dio, y yo con los ojos en blanco, haciendo ruiditos bajitos y casi sin moverme, hasta que el mae explotó. Fue delicioso sentir esa inesperada explosión: podía sentir la verga del mae palpitando, sus jadeos en mi nuca, sus manos en mi cadera, y el chorro de algo caliente moviéndose dentro mío.
Después de unos jadeos y unas risas, me dijo “Mae, ahora le toca a usted”, y se dio media vuelta, poniéndome las nalgas. Yo no podía dejar de cumplir, así que lo acomodé un toque diferente, con las nalgas hacia arriba como seguro había visto en alguna cinta porno, lo embadurné de bloqueador solar, me subí como arriba de él y se la metí por el culo. Lo estuve bombeando un ratito, pero la verdad no sentí nada tan especial ni diferente que si fuera una mujer. Estuvo bueno, y con un montón de morbo por el tabú y todo eso, pero nada más. Yo creo que ahí mismo fue que decidí que me gusta mucho más que me la metan a mí.
Cuando terminé no pasó nada más. Nos limpiamos con lo que fuera y nos pusimos a dormir. Al día siguiente, todo normal, como si nada hubiera pasado… hasta la hora de irnos a dormir.
La otra noche, ya en la tienda con el zipper cerrado y todo oscuro, mi primo tomó la iniciativa de una vez y yo, ni tonto que fuera, me dejé hacer de todo. Esa segunda noche mi primo me mamó la verga un buen rato, me chupó los huevos hasta que se cansó, y después me abrió las puertas de otro universo cuando comenzó a chuparme el culo… ¡Qué cosa más deliciosa es que le coman el culo a uno! Después yo le devolví el favor: esa noche me comí mi primera verga y lo más importante es que descubrí el placer extraterrenal de comer culo. Me pueden decir lo que quieran, pero qué delicioso es comerse un buen culo recién bañado, con esas texturas suavecitas y con ese sabor ligeramente dulce que tiene la piel de esa zona. Después de todo eso, mi primo me cogió bien rico, primero con mis piernas sobre sus hombros y después de frente, con mis piernas dobladas… la verga del mae tiene una cabezota, así que fue de lo más rico sentirla entrando y saliendo. Después llegó mi turno y yo se la metí de perrito. Me hubiera gustado metérsela de frente, pero me daba color verlo a la cara mientras estábamos en eso. Y aunque metérsela a un mae no ha resultado ser lo mío, debo decir que ese fue uno de los mejores orgasmos que he tenido en la vida.
Ese fin de semana no pasó nada más (eran solo dos noches… ni modo!), pero al tiempo mi primo y yo nos volvimos a ver y aún ahora nos seguimos viendo ocasionalmente, sobre todo en varas de familia. Y de vez en cuando nos hablamos para vernos en la casa de alguno de los dos, cuando no hay nadie más, y cuando nos encontramos es a lo que vinimos: nos damos unas culiadotas súper sabrosas, tal vez unas dos veces al año, como para no perder la costumbre. Nunca nos hemos dado besos, ni nada así: solo es acariciarnos y coger, pero cuando nos vemos la pasamos súper bien. Me encanta estar con una mujer y sentir las curvas deliciosas de su cuerpo, y el tacto suavecito de su piel… pero qué rico es que, de vez en cuando, un mae se lo coja a uno bien cogido!
