¡Ay, Dios mío, qué despiche! Justo cuando uno anda buscando cómo agarrarle al aguinaldo, salen unos timochencos a mamarnos el pelo. Parece que este año, la temporada de fiestas trajo consigo una ola de ofertas laborales falsas que han dejado a varios varados y sin chunche para comprar pan.
Según la Fiscalía, estos personajes, unos lobos con piel de cordero, andan operando tanto en Facebook como en la calle, haciéndose pasar por reclutadores de tiendas y empresas que necesitan manos extra para estas fechas. Lo más triste es que apestan a desesperación, aprovechándose de la gente que busca un brete rápido para mejorarle un poquito la vida. Claramente, la economía nos tiene apretaditos, y ellos lo saben.
Uno de los casos más comunes es el de las vacantes para puestos de limpieza. Te agregan a un grupo de WhatsApp lleno de ilusos, te invitan a un parque como el de Alajuelita y, ¡bum!, te piden dos o hasta veinte mil colones para “reservar” el uniforme o el calzado. Ahí es donde se acabó la telenovela, porque una vez que te recogen la lana, esos corruptos desaparecen como humo. ¡Qué torta!
Pero no todo es por WhatsApp. También hay unos maes que te encantan en la calle, prometiéndote un puesto de inmediato y llevándote a un comercio que ni existe. Como si sacaran de un cuento chino. Una vez allá, te clavan el cepo pidiendo tu celular para “ingresar códigos de acceso” al empleo. Obviamente, al rato te das cuenta de que te cagaron y te dejaron seco, sin trabajo y sin el teléfono. ¡Qué sal!
La Fiscalía, como siempre, salió a recordarnos que ninguna empresa seria pide plata por adelantado ni se roba los celulares. Pero bueno, ya sabemos cómo son estas cosas... uno tiene que estar con los ojos bien abiertos y desconfiado como chancho en mercado. Mejor presentarte directo en la tienda, preguntar por el encargado y verificar todo antes de darle cualquier peso a nadie.
Lo que más me molesta es la poca vergüenza de estos timadores. Ya estamos acostumbrados a que la vida sea difícil, pero meterse con la necesidad ajena es de poca monta. Se creen listos, pero al final terminan comiendo picadillo porque la policía está tras sus pasos. Uno esperaría un poco más de respeto por el prójimo, diay.
Y hablando de prevenir, la lista de recomendaciones es larguísima: nunca pagar por ser contratado, no entregar el celular a desconocidos, verificar las ofertas en canales oficiales, desconfiar de los empleos inmediatos… En resumen, andar alerta como gato montés. Porque estos tipos no tienen escrúpulos y están dispuestos a aprovecharse de cualquiera que esté vulnerable. Que les caiga la mala, ¿eh?
Ahora dime, compa, ¿tú has visto alguna de estas trampas laborales? ¿Alguna vez te han intentado timar con una oferta falsa? ¿Cómo crees que podemos protegernos mejor de estos delincuentes en tiempos de crisis? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios y vamos a armar una buena conversación!
Según la Fiscalía, estos personajes, unos lobos con piel de cordero, andan operando tanto en Facebook como en la calle, haciéndose pasar por reclutadores de tiendas y empresas que necesitan manos extra para estas fechas. Lo más triste es que apestan a desesperación, aprovechándose de la gente que busca un brete rápido para mejorarle un poquito la vida. Claramente, la economía nos tiene apretaditos, y ellos lo saben.
Uno de los casos más comunes es el de las vacantes para puestos de limpieza. Te agregan a un grupo de WhatsApp lleno de ilusos, te invitan a un parque como el de Alajuelita y, ¡bum!, te piden dos o hasta veinte mil colones para “reservar” el uniforme o el calzado. Ahí es donde se acabó la telenovela, porque una vez que te recogen la lana, esos corruptos desaparecen como humo. ¡Qué torta!
Pero no todo es por WhatsApp. También hay unos maes que te encantan en la calle, prometiéndote un puesto de inmediato y llevándote a un comercio que ni existe. Como si sacaran de un cuento chino. Una vez allá, te clavan el cepo pidiendo tu celular para “ingresar códigos de acceso” al empleo. Obviamente, al rato te das cuenta de que te cagaron y te dejaron seco, sin trabajo y sin el teléfono. ¡Qué sal!
La Fiscalía, como siempre, salió a recordarnos que ninguna empresa seria pide plata por adelantado ni se roba los celulares. Pero bueno, ya sabemos cómo son estas cosas... uno tiene que estar con los ojos bien abiertos y desconfiado como chancho en mercado. Mejor presentarte directo en la tienda, preguntar por el encargado y verificar todo antes de darle cualquier peso a nadie.
Lo que más me molesta es la poca vergüenza de estos timadores. Ya estamos acostumbrados a que la vida sea difícil, pero meterse con la necesidad ajena es de poca monta. Se creen listos, pero al final terminan comiendo picadillo porque la policía está tras sus pasos. Uno esperaría un poco más de respeto por el prójimo, diay.
Y hablando de prevenir, la lista de recomendaciones es larguísima: nunca pagar por ser contratado, no entregar el celular a desconocidos, verificar las ofertas en canales oficiales, desconfiar de los empleos inmediatos… En resumen, andar alerta como gato montés. Porque estos tipos no tienen escrúpulos y están dispuestos a aprovecharse de cualquiera que esté vulnerable. Que les caiga la mala, ¿eh?
Ahora dime, compa, ¿tú has visto alguna de estas trampas laborales? ¿Alguna vez te han intentado timar con una oferta falsa? ¿Cómo crees que podemos protegernos mejor de estos delincuentes en tiempos de crisis? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios y vamos a armar una buena conversación!