¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? Resulta que allá en Costa de Marfil tienen un centro pa’ ayudar a la gente con problemas de drogas. No es aquí, donde a veces parece que nos vamos al traste buscando soluciones fáciles. Me cuentan que ahí, en Abiyán, han montado un verdadero oasis pa’ esos máes y maestras que andan buscando una salida.
Parece que el negocio del narcotráfico les pegó duro. Heroína, cocaína, medicina que usan pa’ otras cosas... ¡Una torta! Según el doctor Zahoui, la situación es bien preocupante: unos 30 mil a 40 mil consumidores en Abiyán solamente. Eso sí que es un aumento, ¡y no precisamente pa’ celebrar!
Pero lo bueno es que no le agarraron con la policía y los jueces. Ahí tienen un centro llamado CASA, Centro de Acogida, Atención y Acompañamiento, donde le dan techo, comida, limpieza y, sobre todo, apoyo psicológico y médico. Parece sacado de un documental, pero es real. Imagínate, atienden a unas 20 personas diarias. ¡Eso sí que es echarle ganas!
Lo más impresionante es cómo funciona. Les ofrecen metadona, que es como un sustituto de la heroína, pa' que se vayan sacando de encima la sustancia. Y lo hacen gratis, sin pedirle nada a cambio. Además, tienen rondas pa' buscar a la gente que vive en los 'fumaderos', esos lugares donde se juntan a drogarse como si no hubiera un mañana. ¡Qué sal, la vida que lleva esa gente!
¿Se acuerdan de la polémica que tuvimos acá con el tema de las drogas? Algunos querían meter a toda la gente presa, sin pensar en las causas o en las posibles soluciones. Ahí en Costa de Marfil cambiaron la jugada: redujeron las penas pa’ los consumidores y apostaron por la rehabilitación. ¡Qué carga que a veces nos faltan esas ideas innovadoras!
Escuché historias que te dejan helao. Una dama, Massita Konaté, contó cómo era vivir en esos fumaderos, descrita como un infierno donde la gente muere como perros. Dice que sus antebrazos aún llevan las cicatrices de cuando se inyectaba heroína. Ahora, gracias al CASA, tiene un apartamento y pasa los días ahí, porque dice que encuentra gente que realmente la entiende. ¡Tremenda superación!
Otro caso es el de Hassan Mohana, que lleva yendo al CASA desde que abrieron. Dice que le ayudó a reencontrarse consigo mismo, a mantener un trabajo y a volver a insertarse en la sociedad. Hasta le ayudan con el tratamiento de metadona. ¡Qué tuanis poder contar con ese tipo de apoyo!
Entonces, aquí me pregunto, ¿no deberíamos nosotros, los ticos, aprender algo de esto? ¿Será que estamos enfocados demasiado en castigar y muy poco en brindar oportunidades a quienes luchan contra la adicción? ¿Deberíamos considerar modelos como el CASA para crear espacios seguros y de apoyo aquí en Costa Rica? Venga, díganme qué piensan. ¿Es posible implementar algo similar por aquí, o estamos condenados a repetir los mismos errores?
Parece que el negocio del narcotráfico les pegó duro. Heroína, cocaína, medicina que usan pa’ otras cosas... ¡Una torta! Según el doctor Zahoui, la situación es bien preocupante: unos 30 mil a 40 mil consumidores en Abiyán solamente. Eso sí que es un aumento, ¡y no precisamente pa’ celebrar!
Pero lo bueno es que no le agarraron con la policía y los jueces. Ahí tienen un centro llamado CASA, Centro de Acogida, Atención y Acompañamiento, donde le dan techo, comida, limpieza y, sobre todo, apoyo psicológico y médico. Parece sacado de un documental, pero es real. Imagínate, atienden a unas 20 personas diarias. ¡Eso sí que es echarle ganas!
Lo más impresionante es cómo funciona. Les ofrecen metadona, que es como un sustituto de la heroína, pa' que se vayan sacando de encima la sustancia. Y lo hacen gratis, sin pedirle nada a cambio. Además, tienen rondas pa' buscar a la gente que vive en los 'fumaderos', esos lugares donde se juntan a drogarse como si no hubiera un mañana. ¡Qué sal, la vida que lleva esa gente!
¿Se acuerdan de la polémica que tuvimos acá con el tema de las drogas? Algunos querían meter a toda la gente presa, sin pensar en las causas o en las posibles soluciones. Ahí en Costa de Marfil cambiaron la jugada: redujeron las penas pa’ los consumidores y apostaron por la rehabilitación. ¡Qué carga que a veces nos faltan esas ideas innovadoras!
Escuché historias que te dejan helao. Una dama, Massita Konaté, contó cómo era vivir en esos fumaderos, descrita como un infierno donde la gente muere como perros. Dice que sus antebrazos aún llevan las cicatrices de cuando se inyectaba heroína. Ahora, gracias al CASA, tiene un apartamento y pasa los días ahí, porque dice que encuentra gente que realmente la entiende. ¡Tremenda superación!
Otro caso es el de Hassan Mohana, que lleva yendo al CASA desde que abrieron. Dice que le ayudó a reencontrarse consigo mismo, a mantener un trabajo y a volver a insertarse en la sociedad. Hasta le ayudan con el tratamiento de metadona. ¡Qué tuanis poder contar con ese tipo de apoyo!
Entonces, aquí me pregunto, ¿no deberíamos nosotros, los ticos, aprender algo de esto? ¿Será que estamos enfocados demasiado en castigar y muy poco en brindar oportunidades a quienes luchan contra la adicción? ¿Deberíamos considerar modelos como el CASA para crear espacios seguros y de apoyo aquí en Costa Rica? Venga, díganme qué piensan. ¿Es posible implementar algo similar por aquí, o estamos condenados a repetir los mismos errores?
