¡Wojooo! ¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos panas parecen tener el dinero fluyendo y tú andas batallando pa' llegar a fin de mes? Pues resulta que no es magia, es pura planificación. Ya se acabó eso de esperar a que la vaca nos dé leche; toca ponerle empeño al ahorro y a la inversión, mae. Y ojo, que esto no es solo pa’ los súper ricos, ¡es pa’ todos!
Muchos confunden ahorrar con invertir, ¡qué diferencia! Ahorrar es como juntarle monedas en una alcancía, guardarte un poquito pa’ los imprevistos. Invertir, en cambio, es darle al dinero la oportunidad de crecer, ponerlo a trabajar pa’ ti. Imagina que tienes un chunche de clavos, puedes dejarlos ahí tirados o plantarlos pa’ que crezcan árboles frutales. Igualito con el dinero, diay.
“El error más grande que veo cuando alguien se empieza a meter al mundo de las inversiones es que lo hace a ciegas”, me comentaba Juan Pablo Arias, estratega de inversiones en BN Valores. “Es como ir al médico con el diagnóstico de tu compa, sin saber si te sirve. Hay que conocer tu perfil de riesgo, cuánto te sientes cómodo perdiendo (porque sí existe el riesgo) y qué quieres lograr”. El mae tiene razón, ¡hay que informarse!”.
Ahora, BN Valores ha sacado algunas opciones pa’ los que quieren empezar sin hacerse unos expertos en Wall Street. Tienen fondos internacionales donde puedes invertir desde cinco mil dólares, ¡más accesible de lo que parece! También tienen bonos soberanos, que son más tranquilos, pa’ los que prefieren dormir con los ojos cerrados. Y lo mejor de todo es que te dan acompañamiento, te explican todo clarito y te ayudan a armar una estrategia pa’ tus necesidades.
¿Te suena interesante? Pues mira, te cuento cómo María, una profe de secundaria, logró darle vuelta a su brete financiero. Ella empezó a separar unos 50 mil colones al mes, pagó sus deudas, se hizo un fondo pa’ emergencias (por si se va el agua o hay que arreglar el carro) y ahora está invirtiendo pa’ que su dinero siga creciendo. ¡Una maestra, diay!
Pero bueno, no todo es color de rosa. Si recibiste una liquidación, un regalo inesperado o vendiste el carro, ¡no te emociones y lo vayas a gastar en vaina! Lo primero es pagar cualquier deuda que tengas con intereses altos – esas te comen vivo–, luego guarda un buen porcentaje pa’ cualquier cosa que pueda salir mal, y ya después piensa dónde invertir el resto. Recuerda, la paciencia es una virtud, y la prisa es pa’ los imprudentes.
Arias insiste en algo importante: diferenciar entre especular e invertir. “Especular es jugar a la ruleta rusa, buscando ganancias rápidas sin pensar mucho. Invertir es estudiar, planificar y aceptar que hay altibajos, pero a largo plazo, con disciplina, vas a ver resultados.” Así que, antes de comprarte criptomonedas porque escuchaste a un pana en el bar, ¡investiga, compara, pide ayuda!”,
En resumen, pasar del ahorro a la inversión no es pa’ volverse millonario de la noche a la mañana, sino pa’ construir un futuro económico más sólido y tranquilo. Requiere disciplina, paciencia y un poco de conocimiento. Pero créeme, vale la pena. Ahora dime, ¿tú ya estás pensando en poner a trabajar tu plata, o sigues esperando a que lluevan billetes del cielo?
Muchos confunden ahorrar con invertir, ¡qué diferencia! Ahorrar es como juntarle monedas en una alcancía, guardarte un poquito pa’ los imprevistos. Invertir, en cambio, es darle al dinero la oportunidad de crecer, ponerlo a trabajar pa’ ti. Imagina que tienes un chunche de clavos, puedes dejarlos ahí tirados o plantarlos pa’ que crezcan árboles frutales. Igualito con el dinero, diay.
“El error más grande que veo cuando alguien se empieza a meter al mundo de las inversiones es que lo hace a ciegas”, me comentaba Juan Pablo Arias, estratega de inversiones en BN Valores. “Es como ir al médico con el diagnóstico de tu compa, sin saber si te sirve. Hay que conocer tu perfil de riesgo, cuánto te sientes cómodo perdiendo (porque sí existe el riesgo) y qué quieres lograr”. El mae tiene razón, ¡hay que informarse!”.
Ahora, BN Valores ha sacado algunas opciones pa’ los que quieren empezar sin hacerse unos expertos en Wall Street. Tienen fondos internacionales donde puedes invertir desde cinco mil dólares, ¡más accesible de lo que parece! También tienen bonos soberanos, que son más tranquilos, pa’ los que prefieren dormir con los ojos cerrados. Y lo mejor de todo es que te dan acompañamiento, te explican todo clarito y te ayudan a armar una estrategia pa’ tus necesidades.
¿Te suena interesante? Pues mira, te cuento cómo María, una profe de secundaria, logró darle vuelta a su brete financiero. Ella empezó a separar unos 50 mil colones al mes, pagó sus deudas, se hizo un fondo pa’ emergencias (por si se va el agua o hay que arreglar el carro) y ahora está invirtiendo pa’ que su dinero siga creciendo. ¡Una maestra, diay!
Pero bueno, no todo es color de rosa. Si recibiste una liquidación, un regalo inesperado o vendiste el carro, ¡no te emociones y lo vayas a gastar en vaina! Lo primero es pagar cualquier deuda que tengas con intereses altos – esas te comen vivo–, luego guarda un buen porcentaje pa’ cualquier cosa que pueda salir mal, y ya después piensa dónde invertir el resto. Recuerda, la paciencia es una virtud, y la prisa es pa’ los imprudentes.
Arias insiste en algo importante: diferenciar entre especular e invertir. “Especular es jugar a la ruleta rusa, buscando ganancias rápidas sin pensar mucho. Invertir es estudiar, planificar y aceptar que hay altibajos, pero a largo plazo, con disciplina, vas a ver resultados.” Así que, antes de comprarte criptomonedas porque escuchaste a un pana en el bar, ¡investiga, compara, pide ayuda!”,
En resumen, pasar del ahorro a la inversión no es pa’ volverse millonario de la noche a la mañana, sino pa’ construir un futuro económico más sólido y tranquilo. Requiere disciplina, paciencia y un poco de conocimiento. Pero créeme, vale la pena. Ahora dime, ¿tú ya estás pensando en poner a trabajar tu plata, o sigues esperando a que lluevan billetes del cielo?