¡Ay, Dios mío! Parece que la bronca con los pagos de las licencias de cuidado y fase terminal no tiene fin. Cerca de 1.200 familias acá en Costa Rica andan pataleando porque el gobierno no les ha depositado ni un colón. Imagínate la angustia, la preocupación... ¡Qué torta!
Este subsidio, que debería ayudar a quienes tienen que cuidar a familiares enfermos gravemente, les permite seguir trabajando y sosteniendo a sus hogares. Desde septiembre que se pararon los traspasos, y muchas familias se han quedado solas, sin la plata para pagar el alquiler, los servicios básicos e incluso comprar comida y medicinas. ¡Un verdadero despache!
Según la ley, estas licencias deberían cubrir el 100% del salario si el ingreso es menor a tres salarios base, y el 60% si es más alto. El propósito es noble: asegurar que haya alguien cuidando a los enfermos y que las familias no tengan que elegir entre el trabajo y la salud de sus seres queridos. Pero ahora mismo, la realidad es bien diferente.
Daniela Galli, una madre de Sabanilla, nos cuenta su historia. Su bebé, un angelito de apenas un año, nació prematuro y necesita cuidados constantes: oxígeno, tratamiento para la hipertensión, problemas cardíacos y renales. Ella, como madre abnegada, está ahí las 24 horas, pero sin el subsidio, ¡la vida se le complica!
"Mi bebé depende de mí las 24 horas," nos dijo Daniela, con la voz quebrada. "Con ese dinerito pagaba la casa, los recibos, compraba pañales y leche especial para él. Esa leche cuesta una fortuna, ¡más de catorce mil colones por bote!” Está endeudada hasta las cejas, con tarjetas de crédito al máximo. Imagínate el estrés, la desesperación. ¡Que se pongan en los zapatos de estos mae!
La historia de Ivonne Brenes es similar. Llevando más de 85 días sin recibir el pago que le corresponde por cuidar a su hija Mía, quien sufre de una enfermedad grave. Dice que no hay comida en la casa, ni luz, ni agua, ni teléfono. Han tenido que depender del apoyo de sus familiares. Y no es solo ella. Hay cientos de cuidadores, como Emmanuel, cuyo mamá lamentablemente falleció, y Simón, que también pasa apuros. “Esto no es política, esto es amor,” afirma Ivonne, alzando la voz por todos ellos.
Yulai Acuña, de Alajuela, relata cómo la burocracia y la falta de respuesta del gobierno la han hecho sentir "totalmente burlada”. Obtuvo una licencia extraordinaria para cuidar a su bebé, quien tiene alergia severa a la proteína de la leche de vaca y depende exclusivamente de la lactancia materna. Ahora, tras haber tenido que regresar al trabajo por necesidad, expresa su frustración y desilusión ante la inacción gubernamental. “Estamos siendo utilizadas para hacer un show político,” denuncia, evidenciando la indignación generalizada.
La CCSS ha presentado un presupuesto extraordinario de ¢2.700 millones para reanudar los pagos, pero aún está pendiente la autorización de la Contraloría General de la República y la posibilidad de que se necesite una reforma legal. La incertidumbre persiste, y mientras tanto, familias enteras sufren las consecuencias. ¡Ahora dime, compa!, ¿crees que el Estado realmente está priorizando el bienestar de las familias costarricenses que necesitan urgentemente este apoyo, o simplemente está haciendo promesas vacías?
Este subsidio, que debería ayudar a quienes tienen que cuidar a familiares enfermos gravemente, les permite seguir trabajando y sosteniendo a sus hogares. Desde septiembre que se pararon los traspasos, y muchas familias se han quedado solas, sin la plata para pagar el alquiler, los servicios básicos e incluso comprar comida y medicinas. ¡Un verdadero despache!
Según la ley, estas licencias deberían cubrir el 100% del salario si el ingreso es menor a tres salarios base, y el 60% si es más alto. El propósito es noble: asegurar que haya alguien cuidando a los enfermos y que las familias no tengan que elegir entre el trabajo y la salud de sus seres queridos. Pero ahora mismo, la realidad es bien diferente.
Daniela Galli, una madre de Sabanilla, nos cuenta su historia. Su bebé, un angelito de apenas un año, nació prematuro y necesita cuidados constantes: oxígeno, tratamiento para la hipertensión, problemas cardíacos y renales. Ella, como madre abnegada, está ahí las 24 horas, pero sin el subsidio, ¡la vida se le complica!
"Mi bebé depende de mí las 24 horas," nos dijo Daniela, con la voz quebrada. "Con ese dinerito pagaba la casa, los recibos, compraba pañales y leche especial para él. Esa leche cuesta una fortuna, ¡más de catorce mil colones por bote!” Está endeudada hasta las cejas, con tarjetas de crédito al máximo. Imagínate el estrés, la desesperación. ¡Que se pongan en los zapatos de estos mae!
La historia de Ivonne Brenes es similar. Llevando más de 85 días sin recibir el pago que le corresponde por cuidar a su hija Mía, quien sufre de una enfermedad grave. Dice que no hay comida en la casa, ni luz, ni agua, ni teléfono. Han tenido que depender del apoyo de sus familiares. Y no es solo ella. Hay cientos de cuidadores, como Emmanuel, cuyo mamá lamentablemente falleció, y Simón, que también pasa apuros. “Esto no es política, esto es amor,” afirma Ivonne, alzando la voz por todos ellos.
Yulai Acuña, de Alajuela, relata cómo la burocracia y la falta de respuesta del gobierno la han hecho sentir "totalmente burlada”. Obtuvo una licencia extraordinaria para cuidar a su bebé, quien tiene alergia severa a la proteína de la leche de vaca y depende exclusivamente de la lactancia materna. Ahora, tras haber tenido que regresar al trabajo por necesidad, expresa su frustración y desilusión ante la inacción gubernamental. “Estamos siendo utilizadas para hacer un show político,” denuncia, evidenciando la indignación generalizada.
La CCSS ha presentado un presupuesto extraordinario de ¢2.700 millones para reanudar los pagos, pero aún está pendiente la autorización de la Contraloría General de la República y la posibilidad de que se necesite una reforma legal. La incertidumbre persiste, y mientras tanto, familias enteras sufren las consecuencias. ¡Ahora dime, compa!, ¿crees que el Estado realmente está priorizando el bienestar de las familias costarricenses que necesitan urgentemente este apoyo, o simplemente está haciendo promesas vacías?