1.- ¿Hablar en lenguas tiene fundamento bíblico?
Si nos remitimos a las Escrituras, encontraremos que el hablar en lenguas fue prometido por el Señor Jesucristo a sus seguidores. Les dijo: "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos y sanarán"(Marcos 16:16, 17).
Si leemos con detenimiento el texto, encontraremos que el Señor Jesús lo preveía. Es más, no hizo acepción de personas sino que extendió el privilegio a todos aquellos que creyeran. Una vez ascendió a los cielos el Señor Jesús, sus discípulos se reunían a orar juntos en el aposento alto y ocurrió lo que conocemos de memoria: El Espíritu Santo les llenó con poder: "fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen"(Hechos 2:4). El autor sagrado señala que gentes de otros países se encontraban en Jerusalén y "les oían hablar en su propia lengua", y se preguntaban:"¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?"(vv.6,8).
En este caso, las lenguas tenían una aplicación práctica, es decir, sirvió de testimonio de Dios a personas de diversos países. Pero si avanzamos en las escrituras, hallamos la manifestación de las lenguas espirituales. Ocurrió mientras el apóstol Pedro se encontraba en la vivienda donde residía un alto oficial del ejército romano de nombre Cornelio. "Y los fieles de la circunsión que habían venido con Pedro, se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo, porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios"(Hechos 10: 45, 46).
El hecho se repitió en Éfeso, cuando el apóstol Pablo –que iba de paso—visitó a algunos discípulos seguidores de las enseñanzas de Juan el Bautista: "Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban"(Hechos 19:6).
Diversidad de lenguas
Encontramos entonces que, al referirnos a hablar en lenguas fruto del mover del Espíritu Santo, hay dos manifestaciones: lenguas terrenales—cuando sin conocer el idioma de los visitantes, los discípulos testificaron a los extranjeros—y lenguas espirituales.
Al referirse a los dones del Espíritu Santo, el apóstol Pablo escribió a los creyentes de Corinto:"... hay diversidad de dones pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho... a otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas"(1 Corintios 12: 4,5,10)