¡Ay, Dios mío! Qué sustito se llevaron unos turistas la tarde de ayer en la Ruta 27, allá por el sector de Alto Las Palomas. Un camión se prendió fuego, una verdadera torta, y casi deja a una pareja hecha cenizas. Por suerte, la Cruz Roja llegó rápido y les brindó atención, pero el cuento tiene varias vueltas, diay.
Según nos cuentan los compañeros de Diario Extra, todo comenzó pasadas las seis de la tarde. Alguien alertó a los servicios de emergencia sobre un incendio vehicular y la posible presencia de personas afectadas. Imagínate el panorama, el tráfico atascado, humo por todos lados... ¡Un estrés!, vamos.
Cuando llegaron los cruceros, encontraron a un hombre y una mujer bastante alterados. El pobre hombre tenía quemaduras de segundo grado en un brazo, le estaban doliendo feísimo, se nota. La dama, por su parte, estaba teniendo una crisis de ansiedad, presa del miedo y la impresión del momento. Se agarraba la cabeza, temblaba… Que salada experiencia, compa.
Para atenderlos, movilizaron dos ambulancias de soporte avanzado, con todo el equipo necesario. Le dieron primeros auxilios en el lugar, estabilizaron al señor con las quemaduras y trataron de calmar a la señora. Los profesionales hicieron lo que pudieron, pero ahí radica la rareza del asunto: aunque necesitaban atención médica, decidieron NO irse al hospital.
Las autoridades presentes intentaron convencerlos de que se fueran a chequear, pero dijeron que ya se sentían mejor, que preferían seguir el camino. Dicen que a veces la negación es muy poderosa, y este caso parece serlo. Uno se pregunta qué pasó por esas cabezas para tomar esa decisión tan peculiar, ¿no?
Esto me recuerda a historias que escuchamos de nuestros abuelos, que decían “la medicina indígena vale oro”. Quizás tenían algo de razón, aunque en estos casos extremos, buscar atención médica especializada siempre es lo recomendable, ¿verdad?. Y bueno, ahora toca esperar si se arrepienten de su decisión, aunque esperamos que no tengan complicaciones posteriores.
El incidente generó bastante tráfico en la zona, por supuesto, pero gracias a la rápida respuesta de los equipos de rescate, evitó que la situación fuera aún peor. Habrá que analizar si hay alguna falla en la seguridad de los vehículos pesados en nuestras carreteras, porque esto podría haberse evitado con un mantenimiento adecuado. Sería una pena que ocurriera otro accidente similar, vamos.
En fin, una historia con final abierto. Una pareja escapa por poco de un incendio en la Ruta 27, recibe asistencia de la Cruz Roja, pero decide rechazar el traslado al hospital. ¿Creen ustedes que fue correcto que no se dejaran llevar a un centro médico, considerando las quemaduras y la crisis de ansiedad? ¿Y hasta dónde llega la responsabilidad del Estado en asegurar la salud de los ciudadanos, incluso cuando ellos mismos se niegan a recibir ayuda?
Según nos cuentan los compañeros de Diario Extra, todo comenzó pasadas las seis de la tarde. Alguien alertó a los servicios de emergencia sobre un incendio vehicular y la posible presencia de personas afectadas. Imagínate el panorama, el tráfico atascado, humo por todos lados... ¡Un estrés!, vamos.
Cuando llegaron los cruceros, encontraron a un hombre y una mujer bastante alterados. El pobre hombre tenía quemaduras de segundo grado en un brazo, le estaban doliendo feísimo, se nota. La dama, por su parte, estaba teniendo una crisis de ansiedad, presa del miedo y la impresión del momento. Se agarraba la cabeza, temblaba… Que salada experiencia, compa.
Para atenderlos, movilizaron dos ambulancias de soporte avanzado, con todo el equipo necesario. Le dieron primeros auxilios en el lugar, estabilizaron al señor con las quemaduras y trataron de calmar a la señora. Los profesionales hicieron lo que pudieron, pero ahí radica la rareza del asunto: aunque necesitaban atención médica, decidieron NO irse al hospital.
Las autoridades presentes intentaron convencerlos de que se fueran a chequear, pero dijeron que ya se sentían mejor, que preferían seguir el camino. Dicen que a veces la negación es muy poderosa, y este caso parece serlo. Uno se pregunta qué pasó por esas cabezas para tomar esa decisión tan peculiar, ¿no?
Esto me recuerda a historias que escuchamos de nuestros abuelos, que decían “la medicina indígena vale oro”. Quizás tenían algo de razón, aunque en estos casos extremos, buscar atención médica especializada siempre es lo recomendable, ¿verdad?. Y bueno, ahora toca esperar si se arrepienten de su decisión, aunque esperamos que no tengan complicaciones posteriores.
El incidente generó bastante tráfico en la zona, por supuesto, pero gracias a la rápida respuesta de los equipos de rescate, evitó que la situación fuera aún peor. Habrá que analizar si hay alguna falla en la seguridad de los vehículos pesados en nuestras carreteras, porque esto podría haberse evitado con un mantenimiento adecuado. Sería una pena que ocurriera otro accidente similar, vamos.
En fin, una historia con final abierto. Una pareja escapa por poco de un incendio en la Ruta 27, recibe asistencia de la Cruz Roja, pero decide rechazar el traslado al hospital. ¿Creen ustedes que fue correcto que no se dejaran llevar a un centro médico, considerando las quemaduras y la crisis de ansiedad? ¿Y hasta dónde llega la responsabilidad del Estado en asegurar la salud de los ciudadanos, incluso cuando ellos mismos se niegan a recibir ayuda?
